Sunday, March 3, 2019

Fernando Ochoa Antich: La sinrazón de la violencia

El 23 de febrero pasado los venezolanos esperanzados con una solución que ponga fin a la tragedia que sufre nuestro pueblo, tuvimos sentimientos francamente antagónicos. Desde tempranas horas experimentamos un moderado optimismo, ante la posibilidad de que la tan ansiada ayuda humanitaria pudiese ingresar, sin mayores dificultades, a nuestro territorio. Sin embargo, no fue así.
Nicolás Maduro y sus hordas salvajes se encargarían de impedir, a sangre y fuego, que una inm
ensa cantidad de ciudadanos tuviese acceso a un paliativo, que ellos le han negado, para al menos mitigar sus penurias. Muy pronto comenzamos a recibir con angustia y preocupación las noticias de los brutales ataques que estaban recibiendo las poblaciones fronterizas de San Antonio en Táchira y Santa Elena de Uairén en Bolívar. No era posible que el inmenso esfuerzo realizado, en el cual estaban comprometidos todas las organizaciones democráticas venezolanas, Estados Unidos, la Unión Europea, Brasil, Colombia, Chile y Paraguay, pudiera fracasar.......

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