"...El 2017 fue áspero, duro, doloroso. Por eso se va cabizbajo, cargando muchas melancolías bajos los brazos. Este año, la mayoría de los venezolanos hemos sido derrotados.....
¿Cómo se le dice adiós a un mal año? ¿Con qué ánimo se puede recibir al 2018?
Sería ideal poder creer en la fantasía del año nuevo y la vida nueva. Imaginar, por ejemplo, que Tarek Williams Saab aparecerá el 3 de enero mostrando el video donde Euzenando Prazeres de Azevedo, ex presidente de Odebrecht en Venezuela, asegura haber entregado 50 millones de dólares para la campaña de Nicolás Maduro. O esperar que alguien en el gobierno tenga el coraje y la dignidad de aceptar que hay graves problemas, que el modelo fracasó, que la gente pasa hambre, que la corrupción y la negligencia han sido más eficaces y potentes que el imperialismo. Pero, por lo que se ve, nada de esto sucederá. En el horizonte del 2018 no se ven milagros.
George Orwell, que pensó y narró con mucha agudeza procesos como el que estamos viviendo, escribió en 1946 que “un Estado totalitario es una teocracia y su casta dominante, para mantener su posición, debe creerse infalible”. Esa es nuestra desgracia. Nos gobiernan los infalibles.
Ellos ya solo son la certeza del poder. Una certeza cada vez más pequeña y más violenta. No hay nada nuevo en ellos. Nada distinto. Así sea difícil, así parezca imposible, la única posibilidad de cambio está de nuestro lado, somos nosotros. Todos los demás. Esa incertidumbre, ese temor, esa desazón, aunque parezca increíble, sigue siendo nuestra única esperanza....."
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