José Luis Méndez La Fuente
5 Julio, 2011
La aparición de Chávez por televisión, el jueves 30 de junio en una grabación desde La Habana, anunciando que había sido operado de un tumor canceroso en la zona pélvica días atrás, dejó a una parte de la oposición satisfecha, pues se confirmaba lo que ya se suponía, preocupado al chavismo, y con incredulidad a mucha gente que no se creyó, ni por un instante, lo que estaba viendo y oyendo.Un primer análisis del video nos indicaba de inmediato que el discurso leído por Chávez no daba en realidad ningún dato adicional, salvo que había sido intervenido quirúrgicamente, a lo que ya se comentaba en todas partes: que lo aquejaba una enfermedad grave. Nada sobre el tipo de cáncer que padecía, sobre su tratamiento o sobre el tiempo que duraría su rehabilitación. Se hacia evidente que desde Cuba se controlaba la información y que la presentación de Chávez confesando su enfermedad formaba parte de una estrategia. Cuarenta y ocho horas más tarde, esto se confirmaba, al igual que era evidente que había habido manipulación, tanto de la información, como de los tiempos en que fue dada. Los incrédulos parecían tener razón.
El viernes primero de julio, se transmite en cadena nacional de televisión otro video, éste con fecha del 29 de junio, o sea, grabado supuestamente un día antes del anterior. Aquí, se muestra a Chávez en una reunión de trabajo, acompañado de su hermano Adán, del canciller Maduro y un general venezolano; se habla de todo y Chávez durante la hora que dura el programa, se muestra enérgico y con mejor semblante aunque parezca raro, que el día jueves 30 de junio. Es decir, que unas horas después del anuncio de su enfermedad en que se ve demacrado y mucho más flaco, se nos quiere vender la imagen de un Chávez más fuerte y con más aguante, pero que es del día anterior. Obviamente, algo no cuadra. La respuesta más sencilla seria pensar que las fechas de los videos no son las verdaderas y que el usado para confesar el padecimiento del cáncer, fue grabado con anterioridad al 29 de junio.
Pero la estrategia de presentar a Chávez el 30 enfermito, para resucitarlo casi bien del todo, llega a su apogeo con su regreso a Venezuela en la madrugada del 4 de julio, no obstante haberse anunciado desde fuentes oficiales, que no estaría para la celebración de la independencia patria y del bicentenario. Esto, no solo tomó por sorpresa y dejó confundidos a sus opositores, a la vez que llenó de júbilo a sus seguidores, sino que, además, sirvió para enseñar en televisión, a su arribo al país, a un Chávez mas repuesto, mas parecido al del video del 29 que del 30 y que ese mismo día en la tarde, mostró a un Chávez hablando desde el balcón del pueblo y recibiendo posteriormente, en acto protocolar, las credenciales de varios embajadores, muy parecido, idéntico casi, al Chávez que se fue un mes antes de viaje. Una recuperación prácticamente instantánea, de apenas cuatro días, un verdadero milagro, o al menos, eso es lo que se logró vender a la opinión pública, que permitirá empujar hacia arriba su popularidad y fortalecer su imagen con un toque casi místico.
Mientras tanto, Chávez aprovechará su estadía en Venezuela para poner orden en sus filas, dar ánimo a sus colaboradores en el gobierno, y establecer los pasos a seguir cuando tenga que ausentarse nuevamente, sin que haya temores, recelos o enfrentamientos entre delfines. ¡Sin duda!, el segundo retorno de Chávez, como ya lo llaman algunos, es un retorno estratégico,
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