LUIS JOSÉ UZCÁTEGUI | EL UNIVERSAL
jueves 7 de julio de 2011 12:00 AM
Después de varias apariciones conmovedoras por televisión, el madrugonazo de su llegada y el festín de bienvenida, una sensación de mayor aturdimiento invade a los venezolanos. Y la pregunta que ronda y lacera, sin escatimar clase social ni tendencia política, es: ¿qué pasará?
El que un Presidente ante situación de suma importancia no salga de tres ideas, "mea culpa", "amor con amor se paga", "fue un milagro" desviste los esquemas mentales anodinos con que se vive en una cultura. Se evidencia la regresión a la cual llega una sociedad cuando ante un problema médico convertido en show, no se tienen mecanismos para resolver la situación de forma concreta, moderna y lógica.
La realidad volvió a sacudir a los venezolanos. Los hechos exponen a una nación desahuciada, cacofónica, desnuda y sin mayor piso social para generar liderazgos que sirvan de apoyo ante situaciones de caos y confusión. Nadie, ni líderes oficialistas ni líderes que le adversan, han emergido en estos turbulentos momentos como referencia afectiva para los pobladores.
La ausencia y llegada del jerarca genera una combinación de curiosidad, temor y sobre todo "atracción ciega", proceso psicológico que se manifiesta de diferentes formas en el imaginario colectivo. Las emociones de millones de habitantes, similar a pelotas unidas con cuerdas a un centro de atracción, giran atraídas por el Mandatario. Dependiendo de lo que él haga, las cuerdas se mantendrán atadas o romperán, y aquí está la gran desgracia. El país no tiene otras referencias que lo bueno o malo de Chávez, su caída o resurrección, su jugada política, la dimensión del show que pueda estar preparando o si la precariedad de su salud inexorablemente lo inhabilita.
Lo cierto es que después de la misteriosa ausencia, juguetonas apariciones y regreso "triunfal", se vuelve a encrudecer el estilo ucrónico de los venezolanos con mentes vacías. Pareciese que no poseen competencias afectivas sino para seguir a un líder que sin duda genera un efecto emocional centrípeto sobre millones de ciudadanos, y es entonces cuando movidos por el histrionismo del gobernante, la mayoría de los pobladores caen rendidos a través de afectos e ideas positivas o negativas, pero al final es lo mismo, todos existen tal esclavos emocionales.
El que un Presidente ante situación de suma importancia no salga de tres ideas, "mea culpa", "amor con amor se paga", "fue un milagro" desviste los esquemas mentales anodinos con que se vive en una cultura. Se evidencia la regresión a la cual llega una sociedad cuando ante un problema médico convertido en show, no se tienen mecanismos para resolver la situación de forma concreta, moderna y lógica.
La realidad volvió a sacudir a los venezolanos. Los hechos exponen a una nación desahuciada, cacofónica, desnuda y sin mayor piso social para generar liderazgos que sirvan de apoyo ante situaciones de caos y confusión. Nadie, ni líderes oficialistas ni líderes que le adversan, han emergido en estos turbulentos momentos como referencia afectiva para los pobladores.
La ausencia y llegada del jerarca genera una combinación de curiosidad, temor y sobre todo "atracción ciega", proceso psicológico que se manifiesta de diferentes formas en el imaginario colectivo. Las emociones de millones de habitantes, similar a pelotas unidas con cuerdas a un centro de atracción, giran atraídas por el Mandatario. Dependiendo de lo que él haga, las cuerdas se mantendrán atadas o romperán, y aquí está la gran desgracia. El país no tiene otras referencias que lo bueno o malo de Chávez, su caída o resurrección, su jugada política, la dimensión del show que pueda estar preparando o si la precariedad de su salud inexorablemente lo inhabilita.
Lo cierto es que después de la misteriosa ausencia, juguetonas apariciones y regreso "triunfal", se vuelve a encrudecer el estilo ucrónico de los venezolanos con mentes vacías. Pareciese que no poseen competencias afectivas sino para seguir a un líder que sin duda genera un efecto emocional centrípeto sobre millones de ciudadanos, y es entonces cuando movidos por el histrionismo del gobernante, la mayoría de los pobladores caen rendidos a través de afectos e ideas positivas o negativas, pero al final es lo mismo, todos existen tal esclavos emocionales.
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