Sunday, April 27, 2014

La realidad arrincona la revolución

En: http://www.eluniversal.com/opinion/140427/la-realidad-arrincona-la-revolucion

JUAN MARTIN ECHEVERRÍA| EL UNIVERSAL
domingo 27 de abril de 2014 12:00 AM
Desde hace unos meses, y por primera vez en 15 años, el tiempo corre contra el régimen, eso explica su aceptación al diálogo y las concesiones en materia de política económica. Lo cierto es que las autoridades han sido incapaces de hacer frente a las expectativas populares y los subsidios de las misiones son útiles, pero a la larga se agotan por la incompetencia, corrupción, ingobernabilidad y la escasa articulación entre demasiados ingredientes, que terminan por anularse entre sí y envenenan este sancocho ideológico, signado por el dogmatismo y la intolerancia.

El contraste sería el buen gobierno con la sensatez como norte, ya que nada es superior a la aplicación racional del sentido común y el aprovechamiento de los mejores. Teniendo como ventaja competitiva la capacidad para anticiparse a los acontecimientos, cuando lo cierto es que las me didas no se aplican, o se hacen con retardo, porque hay que mirar hacia atrás para comprender el pasado y hacia adelante para superar los obstáculos que se nos irán presentando en el futuro. Definitivamente al gobierno le falta el ritmo de la acción coherente en función de realidades, en especial si se impone el viejo discurso de la izquierda frente al desabastecimiento, inseguridad, represión y la reiterada manipulación de las estadísticas. Se engaña tanto a los demás, que se termina por confundir incluso a los propios funcionarios y simpatizantes del socialismo radical.

La protesta tiene un contenido de justicia social, esa es la verdad innegable e imposible de esconder, fallas en los servicios, la crisis de la vivienda, los malandros se refugian en la revolución para disfrutar de su dosis de impunidad y las consecuencias de tantas expropiaciones, invasiones y desatinos están ahora a la vista, porque se le cayó el techo encima a los ultras y es inútil correr la arruga. Repetiremos hasta el cansancio, el tiempo muestras las grietas, abusos, dádivas absurdas, triangulaciones rodeadas de sospechas y toda la podredumbre propia de un régimen que rechaza la alternabilidad por su propia naturaleza. Estamos en presencia de un anacronismo político, con un discurso agresivo y al máximo volumen y falta humanidad, luminosidad, un programa y un proyecto de país que nos abarque a todos, con respeto a la Constitución y un pacto social inclusivo y progresista. La pretendida voluntad revolucionaria no puede aplastar a la Constitución, a los estudiantes y a los principios fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.

Como lo resaltan conocidos dirigentes, más allá de las palabras lo que importa son los hechos, que contrastan con un discurso destemplado y especialmente primitivo. El diálogo se da cuando ninguna de las partes es vencedora y no le queda más remedio que sentarse a negociar con el apoyo de un tercero, que le imprime a las negociaciones dinamismo, visión de conjunto y soluciones concretas. ¿Cómo justifica la izquierda la violación de los derechos humanos de millares de ciudadanos, jóvenes y adultos que han participado en las protestas? La realidad arrincona a la revolución.

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