Gustavo Coronel
El discurso de Dudamel puede leerse aquí, en su versión en español: http://prodavinci.com/2016/09/28/artes/puede-venezuela-salvar-a-el-sistema-lea-el-discurso-de-gustavo-dudamel/
Un
venezolano en la Casa Blanca, con el uso de la palabra, frente al
Presidente de los Estados Unidos, frente al mundo. Que tremenda
oportunidad de referirse al país
oprimido, arruinado y humillado. Pero, como decía T.S. Eliot en “The
Cocktail Party”: “Aprendo
mucho al observarte y oírte hablar, tomando nota de lo que no dices”.
Dudamel dijo esto sobre la tragedia venezolana
“En
mi amado país Venezuela una crisis como esta está sucediendo
actualmente. La gente está pasando sus días en busca de alimentos,
medicinas y las necesidades
de la vida”. Pero, de inmediato se fue por una tangente. En vista de la situación arriba existente, continuó: “¿cómo
podemos financiar la música – las artes – cuando las necesidades
básicas no se satisfacen? Un artículo reciente planteó la siguiente
pregunta: “¿puede El Sistema salvar a Venezuela?”. Para mí, la pregunta
más apropiada sería:¿Puede Venezuela salvar a El Sistema? – que ahora
es más importante que nunca para los venezolanos y para su esperanza”. .
Gustavo
Dudamel perdió una excelente oportunidad, hablando en ese centro de
poder mundial, de decir cuán urgente era lograr el regreso de Venezuela,
ayudada por la
comunidad internacional, al mundo civilizado, libre, democrático y
próspero, donde no solo las artes sino el bienestar físico y espiritual
de sus pobladores deba ser la primera prioridad. Añadir eso no hubiera
tomado más de un minuto adicional y hubiera sido
un gran gesto. Pero Dudamel, una vez más, guardó silencio frente a la
tragedia política venezolana y se limitó a pedir ayuda para El Sistema.
La reducción de la ayuda financiera a El Sistema en Venezuela llevó a
Dudamel a pedir esa ayuda, confirmando lo
dicho por Churchill sobre los apaciguadores y colaboracionistas: “
tienen la esperanza de ser los últimos en ser comidos por el cocodrilo”.
Y, también, confirmando lo atribuido a Edmund Burke: “Todo lo que los
malos requieren para ganar es el silencio de los
buenos”.
Ángel Alayón, en http://prodavinci.com/blogs/a-proposito-de-la-peticion-dudamel-por-angel-alayon/ comentó
lo siguiente sobre el discurso:
“Sólo
se me ocurre una sugerencia para Gustavo
Dudamel, ahora que entró a participar en el terreno de la política
fiscal: no se quede en eso de pedir recursos. Eso es algo que harán
todos los afectados por la crisis. Pase más bien a preguntarse cómo
hacemos para que en Venezuela los bienes y servicios
públicos necesarios se provean en las cantidades y con la calidad
adecuadas; cómo hacemos para que no haya niños sin escuelas y para que
quienes sí las tienen tengan una educación de calidad; cómo hacer para
que enfermarse en Venezuela no sea sinónimo de muerte;
cómo lograr que se pueda andar por la calle sin sentir miedo; qué debe
hacerse para que las empresas puedan producir de forma abundante y
suficiente. Pregúntese cómo hacemos para que Venezuela sea próspera,
tanto como para que haya una expansión sin precedentes
de inversión privada y nuevos emprendimientos con ambiciones globales.
Pregúntese cómo hacemos para que se erradique la pobreza, para que haya
democracia plena y para que en verdad, más allá de los discursos, haya
oportunidades para todos en Venezuela. Hágalo.
Porque en la construcción de ese país no sólo le irá mejor a El
Sistema: nos irá mejor a todos.
Nuestra admirada Gabriela Montero comentó lo siguiente en: http://www.noticierodigital.com/2016/09/gabriela-montero-mi-reaccion-al-discurso-de-dudamel-en-la-casa-blanca/
“Debemos
construir nuestra sociedad, sin importar nuestra profesión, con la
ayuda de buenos gobernantes (no una narco-mafia!), denunciando a los
déspotas que
la destruyen. Una vez construida, la sociedad puede ser libre de
expresarse con sus orquestas y con una vida artística en general, con el
apoyo de todos los sectores. Gustavo vende la narrativa de que la
educación musical nos va a salvar, como un opiáceo,
para así escapar de una sociedad donde los niños no tienen como soñar.
Yo prefiero presentarle a los niños la música como una celebración de
una sociedad que hemos construido no solo atreviéndonos a soñar pero
también involucrándonos en los procesos democráticos
y defendiendo y procurando vivir en democracia.
Ante
todo, yo veo a cada hombre, mujer y niño venezolano, como seres
igualmente merecedores de ser salvados, sin importar sus habilidades
musicales. Mi prioridad,
y la prioridad de cada venezolano que conozco, es salvar a nuestra
nación. Urgentemente. De hecho, no logro entender cómo alguien puede
utilizar la importantísima plataforma de la Casa Blanca para discutir la
música, aun cuando yo también soy músico y es de
mi evidente interés promover las artes en medio de tanto sufrimiento
diario en mi país. Me parece incoherente, disociado, insensible y de muy
mal gusto”.
Fue una brillante oportunidad perdida para la Venezuela que anhela despertar de su pesadilla.
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