¿Por qué Globovisión?
En Venezuela el deber elemental periodístico (mostrar la realidad) es un acto de rebelión
ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
martes 30 de noviembre de 2010 12:00 AM
En un país donde los golpistas son benditos, los corruptos premiados, los violentos ministros, los ladrones policías, los policías ladrones y la verdad mentira porque a ésta la convierten en una realidad que es sólo ilusión, Globovisión resulta un incordio, una impostura, una negación de El Mundo Según Chávez que constantemente el canal de La Florida pone en evidencia con el simple expediente de mostrar los hechos.
Si más de la mitad de la población no viviera en la pobreza, si las instituciones funcionaran, si no se violaran los derechos humanos, si no murieran 18 mil personas cada año por armas de fuego, si los trabajadores tuvieran empleo, los niños escuelas decentes, los enfermos atención en los hospitales y los damnificados una vivienda digna; si no se perdieran cientos de miles de toneladas de comida mientras hay gente escarbando en los basureros, si hubiera equilibrio de poderes, si se borrara la lisonja ignominiosa, la autocracia ramplona, el culto a la personalidad, la dictadura embozada; si supiéramos que cada cinco años habrá relevo de mando, que esto no se convertirá en una cárcel colectiva de 912 mil kilómetros cuadrados con 27 millones de presos y si el futuro nos resultara previsible y razonablemente aburrido, entonces Globovisión sería un canal de noticias común y silvestre, ocupando el lugar que le corresponde en una sociedad democrática normal.
Por desgracia las cosas no funcionan así y en este mundo donde todo está patas arriba (y nos quieran forzar a aceptarlo porque así es como ellos quieren que sea) el ejercicio del periodismo se convierte en desafío al poder y la información en elemento desestabilizador. Y no porque se pretenda derrocar un Gobierno, sino por cumplir el más elemental de los deberes periodístico (reproducir la realidad tal cual) lo cual genera opinión pública y en países democráticos rectificaciones, correctivos y sanciones provenientes del Estado.
En Venezuela eso no ocurre porque estamos en manos de un Gobierno arbitrario y de un Estado secuestrado y como las instituciones no funcionan (sólo lo hacen de acuerdo al diktat del poder) Globovisión se convierte en referente de una sociedad ignorada y excluida por los órganos de Estado. De manera que estos son los únicos elementos (pueblo y medios, porque no se trata sólo de Globovisión) los que asumen la tarea colocar al país en su lugar.
Pero ese reflejo de la realidad provoca reacciones, despierta conciencias e induce cambios políticos (¿acaso es un pecado reclamar la salida de Chávez por elecciones?) y esto es lo que está ocurriendo. Con lo que queda de democracia aún es posible lograr ese cambio que se pretende impedir silenciando los medios. Por eso quieren cerrar a Globovisión. Digo, quieren, porque otra cosa es que puedan.
Si más de la mitad de la población no viviera en la pobreza, si las instituciones funcionaran, si no se violaran los derechos humanos, si no murieran 18 mil personas cada año por armas de fuego, si los trabajadores tuvieran empleo, los niños escuelas decentes, los enfermos atención en los hospitales y los damnificados una vivienda digna; si no se perdieran cientos de miles de toneladas de comida mientras hay gente escarbando en los basureros, si hubiera equilibrio de poderes, si se borrara la lisonja ignominiosa, la autocracia ramplona, el culto a la personalidad, la dictadura embozada; si supiéramos que cada cinco años habrá relevo de mando, que esto no se convertirá en una cárcel colectiva de 912 mil kilómetros cuadrados con 27 millones de presos y si el futuro nos resultara previsible y razonablemente aburrido, entonces Globovisión sería un canal de noticias común y silvestre, ocupando el lugar que le corresponde en una sociedad democrática normal.
Por desgracia las cosas no funcionan así y en este mundo donde todo está patas arriba (y nos quieran forzar a aceptarlo porque así es como ellos quieren que sea) el ejercicio del periodismo se convierte en desafío al poder y la información en elemento desestabilizador. Y no porque se pretenda derrocar un Gobierno, sino por cumplir el más elemental de los deberes periodístico (reproducir la realidad tal cual) lo cual genera opinión pública y en países democráticos rectificaciones, correctivos y sanciones provenientes del Estado.
En Venezuela eso no ocurre porque estamos en manos de un Gobierno arbitrario y de un Estado secuestrado y como las instituciones no funcionan (sólo lo hacen de acuerdo al diktat del poder) Globovisión se convierte en referente de una sociedad ignorada y excluida por los órganos de Estado. De manera que estos son los únicos elementos (pueblo y medios, porque no se trata sólo de Globovisión) los que asumen la tarea colocar al país en su lugar.
Pero ese reflejo de la realidad provoca reacciones, despierta conciencias e induce cambios políticos (¿acaso es un pecado reclamar la salida de Chávez por elecciones?) y esto es lo que está ocurriendo. Con lo que queda de democracia aún es posible lograr ese cambio que se pretende impedir silenciando los medios. Por eso quieren cerrar a Globovisión. Digo, quieren, porque otra cosa es que puedan.
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