En crónica del día de ayer dimos varias cifras para intentar dar respuesta a la interrogante planteada en el título, con cifras disponibles sobre la gente de habla hispana en los Estados Unidos. Ahora me propongo hacer unas breves consideraciones sugeridas por dichas cifras. Empecemos por el hecho de que los mexicanos constituyen el principal componente (60%) de la gente de habla hispana en los Estados Unidos, lo cual es fácilmene explicable tanto por razones históricas (varios territorios que son ahora parte de los Estados Unidos pertenecieron a México en el pasado), como por la cercanía fronteriza de México con este último país. Este hecho no deja de tener importantes implicaciones a la hora de ponderar los factores que se consideran relevantes para determinar la política de los Estados Unidos hacia la América Latina, en la cual, las relaciones con México están llamadas a ocupar un puesto relevante, como lo representa en el área económica el tratado de libre comercio suscrito entre ambos países con la también participación de Canadá.
Más allá del área económica, pueden encontrarse otras áreas que requieren la cooperación entre México y los Estados Unidos, como es el caso de la lucha contra el comercio transfronterizo ilegal de drogas y el lavado de dinero proveniente de éste y otros delitos. Esta necesidad de cooperación es más evidente, sobre todo a raíz de que en época reciente se ha desatado en México, una ofensiva prácticamente sin cuartel, de los capos de la droga en contra de personeros de las instituciones gubernamentales y policiales mexicanas que tienen a su cargo la persecución de los delitos relacionados con dicho comercio. La alta jerarquía que ocupa en los Estados Unidos, la lucha antidrogas, releva de cualquier comentario adicional sobre la importancia que dicho país debe atribuir a sus relaciones con México.
Por otra parte, desde la perspectiva mexicana, la circunstancia de tener un considerable número de personas ligadas a México por orígen, tradición o familia, viviendo en los Estados Unidos, constituye también un acicate para cuidar las relaciones con este último país. Piénsese, sólamente, a manera de ejemplos, en el incentivo que representa para la industria mexicana, el producir mercancías para la exportación y consumo por parte de una masa importante de consumidores en los Estados Unidos, o desde la otra cara de la moneda, tómese en cuenta, la cantidad de remesas de dinero efectuadas por los trabajadores mexicanos residenciados enlos Estados Unidos hacia sus familiares en México. Sin duda, se trata de áreas que demuestran la importancia que México debe atribuir a sus relaciones con los Estados Unidos.
Pero la alta cifra de personas de procedencia mexicana (casi 30 millones de personas) viviendo en los Estados Unidos tiene también repercusión en materia de política interna en este último país, dado el papel que viene desempeñando el problema de la inmigración ilegal en las contiendas electorales. Es de suponer, entonces, que la votación de una parte sustancial de los votantes con alguna vinculación de origen mexicano, tendrá muy en cuenta las posiciones de los candidatos sobre este problema a la hora de emitir su voto. El efecto del problema inmigratorio y su solución, seguramente se pondrá mayormente de manifiesto en la oportunidad de que se celebren elecciones para presidente en noviembre de 2012, donde el voto hispano puede llegar a tener algún peso a la ahora de decidir la balanza entre los candidatos en pugna, en virtud de que la población hispana ya se cifraría en un porcentaje superior al 15% de la población total.
En cuanto a las cifras relacionadas con habitantes en los Estados Unidos que proceden de otros países latinoamericanos puede observarse lo siguiente:
(i) La cifra alta de puertorriqueños (3,9 millones) parece tener explicación en la política existente desde hace muchos años, conforme a la cual, Puerto Rico es un estado libre asociado de los Estados Unidos. Aunque en el pasado algunos líderes políticos, según su diferente orientación, han propuesto dar un paso bien hacia la total independencia o en dirección de constituir a Puerto Rico en un estado más de los Estados Unidos, no hay signos visibles de que el actual status quo vaya a sufrir cambios de significación en un futuro inmediato. Antes, por el contrario, sobran evidencias de que la condición actual de libre estado asociado de Puerto Rico con los Estados Unidos ha traído ventajas significativas para ambas partes durante sus largos años de vigencia.
(ii) La nada despreciable cifra (3,3 millones) de habitantes de procedencia centroamericana (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) que sigue podría tener su explicación en la larga historia de conflictos vivida por esta región, sumada a las dificultades económicas de los países que la integran y a la necesidad planteada a sus habitantes para buscar nuevos horizontes de seguridad y progreso, cuando no de elementos de apoyo económico a través de las remesas efectuadas desde los Estados Unidos a los familiares residenciados en los países de donde proceden. No disponemos de cifras estratificadas, pero la percepción que tenemos por la experiencia vivida en el área de Washington es que, al menos en tal área, la mayor proporción corresponde a quienes provienen de El Salvador.
(iii) La cifra de los cubanos (1,5 millones), se encuentra vinculada a la existencia del régimen de los Castro en Cuba por más de 50 años. La presencia de los cubanos y personas procedentes de otros países latinoamericanos, principalmente en el área del estado de La Florida, ha erigido un polo de desarrollo de acento latinoamericano en los Estados Unidos, constituyéndose en un ejemplo de lo que una política de inmigración bien orientada y correctamente aplicada puede llegar a significar en términos de ventajas mutuas tanto para el país receptor como para quienes a él llegan procedentes de otras regiones del mundo.
(iv) Debo confesar que me sorprendió la cifra (2,4 millones) de suramericanos, ya que al proceder de nueve países de habla hispana (Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela) pensé que podría ser mayor. Esta cifra puede haberse incrementado por el gran éxodo de venezolanos durante el gobierno de Hugo Chávez, principalmente hacia el área de La Florida, como seguramente lo revelará el censo de 2010.
(v) La cifra de dominicanos (1,2 millones) no deja de ser una relevación, por cuanto desconocíamos la existencia de su relativa importancia en el contingente de la población hispana en los Estados Unidos. Nos aventuramos a asomar como explicación, el éxodo que se originó en la República Dominicana como resultado del largo régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo o a raíz de su asesinato en 1961.
(vi) Finalmente están la cifra (3,3 millones) sobre "otros" habitantes hispanos, en el mismo rango de cantidad que ocupan las personas de procedencia centroamericana. Es posible que tal cifra comprenda, además de las personas procedentes de España, la de otros países de habla hispana, tales como Guinea Ecuatorial, Andorra y Gibraltar, pero no tenemos información disponible sobre su inclusión en la cifra que nos ocupa.
Bueno, para un domingo, paramos aquí. Reciban saludos, Jotabe.
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