¿Cuántos militares están con la Constitución?
IGNACIO J. ÁLVAREZ | EL UNIVERSAL
jueves 11 de noviembre de 2010 06:14 PM
El problema principal de la declaración del general Henry Rangel Silva, conforme a la cual los militares no aceptarían un hipotético gobierno de la oposición a partir de 2012, no sólo es lo que dijo, sino lo que puede revelar respecto al pensamiento de otros militares. En el pasado la mayoría de la institución castrense entendía que su lealtad era con la Constitución, y juraba hacerla cumplir. ¿Cuántos militares siguen entendiendo que la Constitución está por encima del Presidente? ¿Cuántos militares piensan hoy como Rangel Silva?
En una situación así, lo normal sería que las más altas autoridades militares enviaran un mensaje al país expresando públicamente que las declaraciones de Rangel Silva fueron a título personal y no representan la posición de la institución castrense.
Sin embargo, una declaración en ese sentido probablemente no sería hecha por el ministro de la Defensa, general Carlos Mata Figueroa, quien al asumir su cargo juró "dedicarse por entero a seguir dando forma a la nueva Fuerza Armada popular, socialista y antiimperialista"; prometió asimismo "continuar construyendo el socialismo y la revolución", y cerró su intervención expresando "Patria socialista o muerte. Venceremos". Tampoco es probable que los militares inscritos en el PSUV deslegitimen las declaraciones de su colega.
El Presidente tiene dos maneras de perpetuarse en el poder: los votos o los fusiles. Ojalá que si le fallan los votos le fallen también los fusiles. Ojalá que la mayoría silente de la Fuerza Armada no se haya olvidado de la Constitución, y que esté dispuesta a defenderla. Ojalá que de llegar un momento crucial, haya una mayoría de militares en puestos decisivos que se acuerden del artículo 228 de la Carta Magna, conforme al cual la Fuerza Armada Nacional, "en el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna".
En una situación así, lo normal sería que las más altas autoridades militares enviaran un mensaje al país expresando públicamente que las declaraciones de Rangel Silva fueron a título personal y no representan la posición de la institución castrense.
Sin embargo, una declaración en ese sentido probablemente no sería hecha por el ministro de la Defensa, general Carlos Mata Figueroa, quien al asumir su cargo juró "dedicarse por entero a seguir dando forma a la nueva Fuerza Armada popular, socialista y antiimperialista"; prometió asimismo "continuar construyendo el socialismo y la revolución", y cerró su intervención expresando "Patria socialista o muerte. Venceremos". Tampoco es probable que los militares inscritos en el PSUV deslegitimen las declaraciones de su colega.
El Presidente tiene dos maneras de perpetuarse en el poder: los votos o los fusiles. Ojalá que si le fallan los votos le fallen también los fusiles. Ojalá que la mayoría silente de la Fuerza Armada no se haya olvidado de la Constitución, y que esté dispuesta a defenderla. Ojalá que de llegar un momento crucial, haya una mayoría de militares en puestos decisivos que se acuerden del artículo 228 de la Carta Magna, conforme al cual la Fuerza Armada Nacional, "en el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna".
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