ORLANDO VIERA-BLANCO| EL UNIVERSAL
martes 18 de febrero de 2014 12:00 AM
Fernando Mires en su ensayo, Venezuela: Los dos dilemas de la oposición (10-02-2014), como buen cirujano de ciencias sociales y políticas, tomó con pinzas y bisturí los argumentos para descartar la toma de calle sugerida por María Corina y López. Es buena la ocasión para revisar conceptos en medio de una Venezuela que arde en la calle y en donde al escribir estas líneas, ordenan captura de Leopoldo López.
Alerta el autor Chileno: "La unidad política surge de las diferencias. Si no es así, la unidad pierde su carácter político y se convierte en un conglomerado de grupos ligados por simples intereses inmediatos... Ni Capriles es un colaborador de Maduro, ni López/Machado son golpistas. Si no aceptamos esas premisas cualquier discusión será imposible" Bien. Impecable aclaratoria. Sigue: "¿Cómo enfrentar al post-chavismo en un escenario no-electoral? La respuesta más fácil parece ser la de López y Machado: llevar la lucha política a la calle... que se ha transformado no sólo en una táctica o estrategia, sino en el punto central que diferenciaría a López/Machado de Capriles." Y Mires reivindica la calle, pero la de Henrique, diciendo que en esa materia, "ni López ni Machado pueden darle lecciones a Capriles" Es aquí donde el profesor desde Alemania, hace gala de su manejo académico, pero con un toque lírico y falaz que no puedo dejar pasar. La calle en Venezuela, profesor, no es un asunto electoral y para nada estratégico. Es un tema ciudadano, existencial, libertario e indeclinablemente humano y jurídico por constitucional.
La calle dilecto colega, es la reacción desesperada de madres, profesionales u obreros, jóvenes o viejos, tratando de defenderse de la desesperanza y la violencia. Es rescatar un país para no hacer maletas e irse a otro, donde encontrar paz, pan y futuro. La calle en Venezuela, no pasa por un consenso de mesa, un plebiscito o propaganda como Ud. sugiere. No. La calle es una respuesta social, popular, anhelada, que refleja una realidad: Ansiedades e impotencias acumuladas de un movimiento que si es mayoritario, y de abajo hacia arriba: de jóvenes que dejan el alma por sus padres y por el país; de madres barrio abajo peleando por la vida de sus hijos; de obreros levantando mirada a políticos que dilapidaron sus ahorros y pensiones; de maestros que ganan miseria, mientras sus Ministros se pasean en jets, bebiendo whisky del bueno y comiendo langosta con las manos. La calle va de jóvenes médicos que no tienen ni gasa en sus hospitales, que los asaltan o los matan, y son sustituidos por galenos cubanos pagados con nuestro petróleo. La calle amigo mío, está siendo tomada por un sentimiento innegociable: la dignidad. Y Ud. todavía se pregunta "¿Cuál es el objetivo de la lucha en las calles?"
El objetivo es recuperar la normalidad, la condición ciudadana. Más que recuperar la democracia, la libertad o nuestros derechos, es poder entrar o salir de casa con vida. Es estudiar para superarme. Es ir a un hospital y curarme; obtener un crédito o ganar para comer. Nada de esto es posible -normalmente- en Venezuela. Y restablecer esa normalidad, no es un tema de laboratorio político. Ud. fustiga a López y Machado diciendo que su planteamiento es inequívocamente "insurreccional". Y calificándole dirigentes (porque según su decir, ellos no son líderes), les espeta que su salida es subversiva. Porque no otra cosa quiere decir Ud. con lo de insurreccional. Dejese de vainas Mires. No le meta un ingrediente maniqueo al debate. La salida no es insurreccional, ni a golpes, ni a troche y moche. Lea el 350/CBV. Lo que se plantea es una defensa colectiva de nuestros derechos y propiciar salidas legítimas. Tampoco comprendo su diferencia "academicista" entre líder y dirigente. Líder es quien con gerencia y pasión, impulsa un proceso legitimo de cambio. Dirigente es aquel que da órdenes, obedeciendo antes. Aquí no le quito un milímetro de liderazgo, ni a Henrique, ni a María Corina ni a Leopoldo. Vuelve Ud. con sutilezas que no van de nada.
Con un dejo de pitoniso, Mires se pregunta: "Cuántos trabajadores dejarán a un lado las banderas del chavismo para sumarse a las de López/Machado? ¿Cuántos indecisos irán a engrosar las fuerzas manifestantes y arriesgar el pellejo en las calles, para seguir a una oposición que se presenta dividida?" Que decirle Mires. Venezuela es hoy una sociedad allanada....Y Ud. lanza esta perla: "No hay que ser ingenuos. El 8-D Maduro aumentó su legitimidad y su gobierno mantiene mayoría nominal". Pues el ingenuo es Ud. ¡o se las da! Los eventos políticos cambian cada día profesor... El 8-D quedó atrás y el deterioro-país avanzó exponencialmente. Maduro es un ilegitimo triplecoronado: Por el resultado del 14A, por su incompetencia y por su entredicha nacionalidad. ¿Y Ud. habla de una mayoría nominal de Maduro? Yo le pregunto: ¿Ha oído Ud. hablar del CNE?
El dilema de la oposición es uno sólo amigo: Unirse de verdad para reconstruir un país saqueado moral y patrimonialmente. Y la calle es la única salida real. No confunda.
Alerta el autor Chileno: "La unidad política surge de las diferencias. Si no es así, la unidad pierde su carácter político y se convierte en un conglomerado de grupos ligados por simples intereses inmediatos... Ni Capriles es un colaborador de Maduro, ni López/Machado son golpistas. Si no aceptamos esas premisas cualquier discusión será imposible" Bien. Impecable aclaratoria. Sigue: "¿Cómo enfrentar al post-chavismo en un escenario no-electoral? La respuesta más fácil parece ser la de López y Machado: llevar la lucha política a la calle... que se ha transformado no sólo en una táctica o estrategia, sino en el punto central que diferenciaría a López/Machado de Capriles." Y Mires reivindica la calle, pero la de Henrique, diciendo que en esa materia, "ni López ni Machado pueden darle lecciones a Capriles" Es aquí donde el profesor desde Alemania, hace gala de su manejo académico, pero con un toque lírico y falaz que no puedo dejar pasar. La calle en Venezuela, profesor, no es un asunto electoral y para nada estratégico. Es un tema ciudadano, existencial, libertario e indeclinablemente humano y jurídico por constitucional.
La calle dilecto colega, es la reacción desesperada de madres, profesionales u obreros, jóvenes o viejos, tratando de defenderse de la desesperanza y la violencia. Es rescatar un país para no hacer maletas e irse a otro, donde encontrar paz, pan y futuro. La calle en Venezuela, no pasa por un consenso de mesa, un plebiscito o propaganda como Ud. sugiere. No. La calle es una respuesta social, popular, anhelada, que refleja una realidad: Ansiedades e impotencias acumuladas de un movimiento que si es mayoritario, y de abajo hacia arriba: de jóvenes que dejan el alma por sus padres y por el país; de madres barrio abajo peleando por la vida de sus hijos; de obreros levantando mirada a políticos que dilapidaron sus ahorros y pensiones; de maestros que ganan miseria, mientras sus Ministros se pasean en jets, bebiendo whisky del bueno y comiendo langosta con las manos. La calle va de jóvenes médicos que no tienen ni gasa en sus hospitales, que los asaltan o los matan, y son sustituidos por galenos cubanos pagados con nuestro petróleo. La calle amigo mío, está siendo tomada por un sentimiento innegociable: la dignidad. Y Ud. todavía se pregunta "¿Cuál es el objetivo de la lucha en las calles?"
El objetivo es recuperar la normalidad, la condición ciudadana. Más que recuperar la democracia, la libertad o nuestros derechos, es poder entrar o salir de casa con vida. Es estudiar para superarme. Es ir a un hospital y curarme; obtener un crédito o ganar para comer. Nada de esto es posible -normalmente- en Venezuela. Y restablecer esa normalidad, no es un tema de laboratorio político. Ud. fustiga a López y Machado diciendo que su planteamiento es inequívocamente "insurreccional". Y calificándole dirigentes (porque según su decir, ellos no son líderes), les espeta que su salida es subversiva. Porque no otra cosa quiere decir Ud. con lo de insurreccional. Dejese de vainas Mires. No le meta un ingrediente maniqueo al debate. La salida no es insurreccional, ni a golpes, ni a troche y moche. Lea el 350/CBV. Lo que se plantea es una defensa colectiva de nuestros derechos y propiciar salidas legítimas. Tampoco comprendo su diferencia "academicista" entre líder y dirigente. Líder es quien con gerencia y pasión, impulsa un proceso legitimo de cambio. Dirigente es aquel que da órdenes, obedeciendo antes. Aquí no le quito un milímetro de liderazgo, ni a Henrique, ni a María Corina ni a Leopoldo. Vuelve Ud. con sutilezas que no van de nada.
Con un dejo de pitoniso, Mires se pregunta: "Cuántos trabajadores dejarán a un lado las banderas del chavismo para sumarse a las de López/Machado? ¿Cuántos indecisos irán a engrosar las fuerzas manifestantes y arriesgar el pellejo en las calles, para seguir a una oposición que se presenta dividida?" Que decirle Mires. Venezuela es hoy una sociedad allanada....Y Ud. lanza esta perla: "No hay que ser ingenuos. El 8-D Maduro aumentó su legitimidad y su gobierno mantiene mayoría nominal". Pues el ingenuo es Ud. ¡o se las da! Los eventos políticos cambian cada día profesor... El 8-D quedó atrás y el deterioro-país avanzó exponencialmente. Maduro es un ilegitimo triplecoronado: Por el resultado del 14A, por su incompetencia y por su entredicha nacionalidad. ¿Y Ud. habla de una mayoría nominal de Maduro? Yo le pregunto: ¿Ha oído Ud. hablar del CNE?
El dilema de la oposición es uno sólo amigo: Unirse de verdad para reconstruir un país saqueado moral y patrimonialmente. Y la calle es la única salida real. No confunda.
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