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Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / 14 mar 2014.- A juicio del economista Angel García Banchs el nuevo esquema cambiario o Sicad II que ha promulgado el gobierno es una especie de trapo rojo pues considera que los problemas fundamentales no están siendo atacados.
El también director de Econométrica descarta que el dólar paralelo haya bajado por el anuncio del nuevo esquema cambiario. “Yo de lo que estoy seguro es que todos los años, para esta época, el tipo de cambio en el mercado negro suele bajar; y esto, porque la gente declara y paga el Impuesto sobre la Renta”.
¿Qué lectura le hace usted al Convenio Cambiario Nº 27?
-La lectura es un poco lo que nosotros en Econométrica veníamos anticipando: de alguna forma es una especie de trapo rojo. No va a resolver el problema cambiario en Venezuela porque los problemas fundamentales no están siendo atacados. Nosotros descartamos que las autoridades permitan que el mercado fije la tasa de cambio.
- Si ese fuese el caso, la tasa de cambio del Sicad II se dispararía hacia el nivel del tipo de cambio del mercado negro, lo que equivaldría a legalizar el mercado negro de divisas; y, por lo tanto, equivaldría también a que aduanas, Seniat y la recién creada Superintendencia Nacional para los Derechos Socioeconómicos tuviesen que reconocer ese tipo de cambio como parte de la estructura de costos de las empresas.
-Lo anterior impactaría los precios y permitiría exponer públicamente al gobierno por haber ejecutado la mayor devaluación de la historia monetaria de Venezuela. Es que estaríamos hablando de un tipo de cambio que pasaría de 6,30 bolívares a los niveles del cambio negro que por razones de ley no podemos mencionar.
-Entonces, nosotros en Econométrica descartamos que las autoridades vayan a estar dispuestas a pagar ese alto costo político en términos de una inflación desbordada y, sobre todo, el costo político en términos de reputación al reflejarse en una tasa de cambio que ha de publicar diariamente el BCV, la mayor devaluación monetaria de la historia del país.
Sin embargo, trascendió que ya los anuncios de la promulgación del nuevo esquema cambiario suscitaron una situación favorable en el comportamiento del dólar paralelo. ¿No se vislumbra allí una esperanza con respecto a lo que espera el gobierno?
-Yo no estoy seguro que el dólar paralelo haya bajado por el anuncio. Yo de lo que estoy seguro es que todos los años, para esta época, el tipo de cambio en el mercado negro suele bajar; y esto, porque la gente declara y paga el Impuesto sobre la Renta. No todas las empresas tienen acceso ilimitado y en todo instante del tiempo al crédito bancario; por tanto, los bolívares que tienen destinados a la compra de divisas en el mercado negro lo dedican a pagar el ISLR, lo que reduce la demanda de divisas en el mercado negro transitoriamente.
-Pero también muchas pequeñas y medianas empresas y personas naturales se ven obligadas a vender dólares propios para conseguir bolívares con qué honrar el pago de impuestos. Probablemente, haya existido algún efecto. Pero yo atribuiría el mayor peso de la caída del tipo de cambio en el mercado negro observada últimamente a esto último: al pago de los impuestos; no al anuncio de un sistema complementario de divisas II porque lo cierto es que aquí ya el empresario y el demandante de divisas no le cree al gobierno; no le tiene confianza a las autoridades.
-Aquí ha habido un Sitme; aquí ha habido un Sicad I y ahora traen un Sicad II, y si esto sigue, que yo dudo que pueda seguir, habrá un Sicad III y Sicad IV o cualquier nombre que le pongan. Porque lo cierto es que no están resolviendo el problema de fondo, que es la inflación.
-No están acabando con los desórdenes fiscales, con los desórdenes monetarios, y los desórdenes salariales. Entonces, ningún régimen cambiario que ellos quieran implantar va a ser sostenible hasta no poner orden en casa. Aquí se viene expandiendo la base monetaria y la liquidez a una velocidad del 91% interanual. No hay régimen cambiario que aguante eso. Esa es la tasa de aumento de la liquidez mayor del planeta. Estamos hablando no de poca cosa.
-En ese sentido, Econométrica lo que espera es que no sea el mercado el que fije la tasa de cambio en SICAD II; de hecho, esperamos que sean las autoridades quienes fijen la tasa de cambio, artificialmente, al nivel que ellos deseen y luego, asignen las divisas a las industrias que ellos deseen y a las empresas que ellos deseen. Y esto último abre la puerta grande a la corrupción.
-En conclusión, el Sicad II podría ser un trapo rojo más para desviar la atención, y para tratar de seguir dándole esperanzas a un empresariado que jamás podrá pagar sus deudas o hacer la conversión de sus portafolios a dólares hasta que el control de cambio no se levante; y lo digo con responsabilidad; este mecanismo nuevo abre la oportunidad de fraguar una nueva forma de mafia cambiaria con un diferencial menor, pero, diferencial al fin; se trata de un diferencial que han de explotar entre aquellos que tengan acceso privilegiado al dólar, en este caso al Sicad II, y, luego, se volteen y vendan esas divisas en el mercado negro.
Al parecer el gobierno ha cifrado sus esperanzas en la participación del sector privado, en especial, de empresas transnacionales en las subastas del Sicad II. Eso y otros factores juegan en torno a las posiciones que cada uno de los altos funcionarios sostiene en cuanto a qué nivel fijar la tasa en el Sicad II. Por ejemplo, se dice que Rafael Ramírez está dispuesto a que llegue a 60; lo cual no sólo eleva los ingresos en bolívares a Pdvsa sino que también incita a la participación de dichas empresas en las subastas del Sicad. ¿Qué piensa usted?
-60 bolívares por dólar en SICAD II implicaría una devaluación de uno de los tipos de cambio de alrededor de 852%; y de un solo golpe. Sería la mayor de toda la historia monetaria del país. Nosotros descartamos que la tasa de cambio de SICAD II llegue al inicio a esos niveles. Lo anterior, no porque tengan dólares para mantenerla a niveles más bajos sino porque esperamos que las autoridades van a fijar la tasa artificialmente a niveles más bajos; posiblemente, entre 20 y 35 bolívares por dólar para darle un poquito de oxigenación a las cuentas de las petroleras, y para atender un poco el tema de la escasez; pero, no pensamos nosotros que van a permitir al inicio que la tasa de cambio llegue a esos extremos de 60 bolívares pues ya estaríamos hablando de un costo político “reputacional” muy grande, en un momento de protestas exacerbadas en la calle.
Mañana, última parte de la entrevista...
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