LUIS BELTRÁN GUERRA G.| EL UNIVERSAL
viernes 28 de marzo de 2014 12:00 AM
Ha comenzado a calificarse al régimen como dictadura y consecuencialmente a los dictadores, sujetos activos de la praxis. Aquellos que según Borja usurpándolos reúnen en sus manos los poderes y los ejercen autoritariamente sin limitaciones jurídicas ni temporales.
La justificación en América Latina ha sido el gendarme necesario, que no es más que el uso del garrote para conducir pueblos en procura de rumbo, aunque en el cesarismo democrático Laureano Vallenilla apologista de Gómez y en medio del evolucionismo y positivismo use palabras más subliminales. También, está emparentada la ficción con las frases de Miranda ¡Venezuela es un bochinche!, lo cual repitiera Diógenes Escalante al hacerse el loco cuanto se percató que gobernar al postgomecismo no era fácil.
Así las cosas pareciera prudente recordar ¡los dolores de barriga de los dictadores!: Pinochet, aún no sé sabe quién persigue al otro, si éste al juez Garzón o el último al general, Fujimori, 25 años de prisión, Ríos Mont 80, Videla 50, Pérez Jiménez, en el infierno porque ¡pescuezo no retoña! A Milosevic y Mubarak no se mencionan por la lejanía con Venezuela. El status de dictador, además, se transfiere en orden ascendente y descendente, por motivos de consanguinidad y afinidad, aunque los códigos no lo contemplen.
El escenario internacional confuso propaga una protección a las democracias de origen, olvidando que se convierten en regímenes desconocedores de la libertad. Ramírez, Naim, y Guerra las califican como fachadas democráticas. Las dictaduras de ahora son eleccionarias, pero en lo tocante a su desempeño dictaduras. Dios quiera que las premisas ayuden a descifrar al régimen que nos gobierna y si lo mantenemos, mejoramos o cambiamos. Venezolanos la misión es nuestra
La justificación en América Latina ha sido el gendarme necesario, que no es más que el uso del garrote para conducir pueblos en procura de rumbo, aunque en el cesarismo democrático Laureano Vallenilla apologista de Gómez y en medio del evolucionismo y positivismo use palabras más subliminales. También, está emparentada la ficción con las frases de Miranda ¡Venezuela es un bochinche!, lo cual repitiera Diógenes Escalante al hacerse el loco cuanto se percató que gobernar al postgomecismo no era fácil.
Así las cosas pareciera prudente recordar ¡los dolores de barriga de los dictadores!: Pinochet, aún no sé sabe quién persigue al otro, si éste al juez Garzón o el último al general, Fujimori, 25 años de prisión, Ríos Mont 80, Videla 50, Pérez Jiménez, en el infierno porque ¡pescuezo no retoña! A Milosevic y Mubarak no se mencionan por la lejanía con Venezuela. El status de dictador, además, se transfiere en orden ascendente y descendente, por motivos de consanguinidad y afinidad, aunque los códigos no lo contemplen.
El escenario internacional confuso propaga una protección a las democracias de origen, olvidando que se convierten en regímenes desconocedores de la libertad. Ramírez, Naim, y Guerra las califican como fachadas democráticas. Las dictaduras de ahora son eleccionarias, pero en lo tocante a su desempeño dictaduras. Dios quiera que las premisas ayuden a descifrar al régimen que nos gobierna y si lo mantenemos, mejoramos o cambiamos. Venezolanos la misión es nuestra
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