RAFAEL BELLO| EL UNIVERSAL
sábado 29 de marzo de 2014 12:00 AM
Los pueblos sin preguntarle a nadie toman sus grandes decisiones cuando de la libertad se trata. Nada ni nadie detiene el ímpetu venezolano que con determinación vence todos los obstáculos y retoma el camino de la libertad. Fuente donde se nutren los pueblos para que la legalidad prevalezca, con la determinación inequívoca de la justicia y la paz.
La lucha de la conciencia libre de millones de hombres y mujeres desafía la barbarie totalitaria, que asesina y destruye. Hay un pueblo que levanta de punta a punta las banderas de la patria libre y la juventud venezolana que estudia y trabaja, en militante unidad nacional, no transige con la cobardía colaboracionista de la claudicación. Esta es una lucha de convicciones y principios en la supremacía del sentimiento de libertad. Es el encuentro de esta nación con lo que representa sus grandes conquistas de justicia y paz en la significación del mundo libre.
En los caminos polvorientos de la naciente República, jamás el miedo venció su gloria. La juventud venezolana en este momento asume el compromiso que la historia demanda. Es hora entonces de los cambios para la reconstrucción nacional. Esa es la razón fundamental de esta lucha heroica, histórica y suprema para la vida de Venezuela.
Notable la fortaleza del pueblo en sus valores y principios, mientras que el régimen totalitario deja su estela de muerte de jóvenes útiles a Venezuela. Es el dolor que está presente en todos los que llevamos a esta patria en nuestros sentimientos de gratitud eterna.
Duele cuando se asesinan a mansalva a nuestros muchachos que vocean consignas de libertad y justicia. Hierve la sangre cuando el vandalaje a sueldo se regodea con la atrocidad que dejan a su paso. Contra esta desgracia que vive Venezuela se impone un sentimiento de libertad en la actitud renovadora de su valiente juventud.
La lucha de la conciencia libre de millones de hombres y mujeres desafía la barbarie totalitaria, que asesina y destruye. Hay un pueblo que levanta de punta a punta las banderas de la patria libre y la juventud venezolana que estudia y trabaja, en militante unidad nacional, no transige con la cobardía colaboracionista de la claudicación. Esta es una lucha de convicciones y principios en la supremacía del sentimiento de libertad. Es el encuentro de esta nación con lo que representa sus grandes conquistas de justicia y paz en la significación del mundo libre.
En los caminos polvorientos de la naciente República, jamás el miedo venció su gloria. La juventud venezolana en este momento asume el compromiso que la historia demanda. Es hora entonces de los cambios para la reconstrucción nacional. Esa es la razón fundamental de esta lucha heroica, histórica y suprema para la vida de Venezuela.
Notable la fortaleza del pueblo en sus valores y principios, mientras que el régimen totalitario deja su estela de muerte de jóvenes útiles a Venezuela. Es el dolor que está presente en todos los que llevamos a esta patria en nuestros sentimientos de gratitud eterna.
Duele cuando se asesinan a mansalva a nuestros muchachos que vocean consignas de libertad y justicia. Hierve la sangre cuando el vandalaje a sueldo se regodea con la atrocidad que dejan a su paso. Contra esta desgracia que vive Venezuela se impone un sentimiento de libertad en la actitud renovadora de su valiente juventud.
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