OSCAR ARNAL| EL UNIVERSAL
jueves 27 de marzo de 2014 12:00 AM
El gobierno habla de diálogo, pero echa cada vez más leña al fuego. A María Corina Machado la despojaron de su inmunidad, sin la presentación de cargos por parte de la fiscalía, declaratoria con lugar de antejuicio por parte del TSJ, y votación en la Asamblea.
Cabello se alzó con todos los poderes, arremetiendo contra el debido proceso. La van a meter en la cárcel como lo hicieron con Leopoldo López. Asimismo, hay nuevos alcaldes detenidos y amenazas a los demás opositores.
Con las palabras por un lado y las obras por otro, nadie puede creer que exista una actitud sincera para lograr el diálogo. No hay ni siquiera una acción veraz que demuestre que el gobierno tiene la intención de respetar a la otra mitad de Venezuela. No han aceptado la mediación de la OEA, del Centro Carter o del Vaticano, instituciones que serían garantes de los pasos, que hacen falta para el restablecimiento de la paz. El propio Papa Francisco ha pedido "que cesen lo antes posible las violencias y las hostilidades y que todo el pueblo venezolano, a partir de los responsables políticos e institucionales, actúen para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón recíproco y un diálogo sincero, respetuoso de la verdad y de la justicia, capaz de afrontar temas concretos para el bien común".
Lamentablemente, pareciera que lo que desea el gobierno es hacer un show sentando a Capriles o la MUD para entablar supuestas conversaciones, que no irían a ningún lado. Los estudiantes y la oposición han puesto por escrito sus aspiraciones. Entre ellas la de que se establezca una agenda. Un cronograma de puntos a discutir, donde se libere a los presos políticos para empezar...
El nombramiento de la "Comisión de la Verdad" deja muy mal parado al gobierno. ¿Cómo es posible que sea el propio Diosdado Cabello, quien la encabeza? Cuando en los distintos países de América Latina se han nombrado entes similares, la regla ha sido el designar a gente no comprometida con la política activa, independiente y de muy alto nivel. Por ejemplo, la Comisión de Verdad en Argentina, estuvo presidida por el escritor Ernesto Sábato, y estuvieron en ella entre otros: un obispo Católico, otro metodista y el más prestigioso rabino Judío. Aquí la designación se transformó de antemano en una "Comisión de la Mentira", sesgada por la partidización de sus miembros.
Quienes tienen el poder en sus manos, tendría que dar los primeros pasos para generar confianza. Un indulto podría dejar en libertad a Simonovis y sería un gesto para avanzar en la búsqueda de soluciones al conflicto que nos agobia. Simonovis va a cumplir diez años en prisión, esta enfermo y ha sido hospitalizado en varias oportunidades.
En toda esta confrontación, quien tiene más que perder es el gobierno, porque tiene el poder. A veces los extremos se imponen a la sensatez. Hay factores interesados en que esto escale y explote. En que nunca se conozca la verdad. Hasta al propio presidente Chávez, quien pertenecía a la cantera militar, las protestas lo sacaron por unas horas. El peor drama es que cuando se toman estos atajos, la mayoría de las veces, el remedio termina siendo peor que la enfermedad y se vuelve a abrir la caja de pandora. Lo sucedido con Carmona lo recuerda.
La violencia siempre será el arma de los que no tienen razón. La protesta debe continuar y tiene que incrementarse, pero debe ser pacífica e invocar a la no violencia activa. Ojalá la Comisión de Cancilleres de Unasur pueda tomar el toro por los cachos. Hay que sumar un vasto movimiento popular de unidad nacional que sea genuino representante de la soberanía popular. En este momento estamos sentados sobre un barril de pólvora. El gobierno y sectores antidemocráticos pisan el peine de la violencia. Es la hora de desarmar con las ideas, a los agresores, a los extremistas y a la sin razón...
Cabello se alzó con todos los poderes, arremetiendo contra el debido proceso. La van a meter en la cárcel como lo hicieron con Leopoldo López. Asimismo, hay nuevos alcaldes detenidos y amenazas a los demás opositores.
Con las palabras por un lado y las obras por otro, nadie puede creer que exista una actitud sincera para lograr el diálogo. No hay ni siquiera una acción veraz que demuestre que el gobierno tiene la intención de respetar a la otra mitad de Venezuela. No han aceptado la mediación de la OEA, del Centro Carter o del Vaticano, instituciones que serían garantes de los pasos, que hacen falta para el restablecimiento de la paz. El propio Papa Francisco ha pedido "que cesen lo antes posible las violencias y las hostilidades y que todo el pueblo venezolano, a partir de los responsables políticos e institucionales, actúen para favorecer la reconciliación nacional a través del perdón recíproco y un diálogo sincero, respetuoso de la verdad y de la justicia, capaz de afrontar temas concretos para el bien común".
Lamentablemente, pareciera que lo que desea el gobierno es hacer un show sentando a Capriles o la MUD para entablar supuestas conversaciones, que no irían a ningún lado. Los estudiantes y la oposición han puesto por escrito sus aspiraciones. Entre ellas la de que se establezca una agenda. Un cronograma de puntos a discutir, donde se libere a los presos políticos para empezar...
El nombramiento de la "Comisión de la Verdad" deja muy mal parado al gobierno. ¿Cómo es posible que sea el propio Diosdado Cabello, quien la encabeza? Cuando en los distintos países de América Latina se han nombrado entes similares, la regla ha sido el designar a gente no comprometida con la política activa, independiente y de muy alto nivel. Por ejemplo, la Comisión de Verdad en Argentina, estuvo presidida por el escritor Ernesto Sábato, y estuvieron en ella entre otros: un obispo Católico, otro metodista y el más prestigioso rabino Judío. Aquí la designación se transformó de antemano en una "Comisión de la Mentira", sesgada por la partidización de sus miembros.
Quienes tienen el poder en sus manos, tendría que dar los primeros pasos para generar confianza. Un indulto podría dejar en libertad a Simonovis y sería un gesto para avanzar en la búsqueda de soluciones al conflicto que nos agobia. Simonovis va a cumplir diez años en prisión, esta enfermo y ha sido hospitalizado en varias oportunidades.
En toda esta confrontación, quien tiene más que perder es el gobierno, porque tiene el poder. A veces los extremos se imponen a la sensatez. Hay factores interesados en que esto escale y explote. En que nunca se conozca la verdad. Hasta al propio presidente Chávez, quien pertenecía a la cantera militar, las protestas lo sacaron por unas horas. El peor drama es que cuando se toman estos atajos, la mayoría de las veces, el remedio termina siendo peor que la enfermedad y se vuelve a abrir la caja de pandora. Lo sucedido con Carmona lo recuerda.
La violencia siempre será el arma de los que no tienen razón. La protesta debe continuar y tiene que incrementarse, pero debe ser pacífica e invocar a la no violencia activa. Ojalá la Comisión de Cancilleres de Unasur pueda tomar el toro por los cachos. Hay que sumar un vasto movimiento popular de unidad nacional que sea genuino representante de la soberanía popular. En este momento estamos sentados sobre un barril de pólvora. El gobierno y sectores antidemocráticos pisan el peine de la violencia. Es la hora de desarmar con las ideas, a los agresores, a los extremistas y a la sin razón...
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