Tuesday, April 22, 2014

El "diálogo" con los grupos correctos

En: http://www.eluniversal.com/opinion/140422/el-dialogo-con-los-grupos-correctos

MARIANO DE ALBA URIBE| EL UNIVERSAL
martes 22 de abril de 2014 12:00 AM
Luego de dos meses de protestas en diversas partes del país, integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática ("MUD") acudieron a "dialogar" con el gobierno de Nicolás Maduro. Un diálogo extraño, ya que aunque cuenta con una supuesta "mediación" de Unasur y el Vaticano, fue realizado en el Palacio de Miraflores, con Nicolás Maduro sentado en una punta de la mesa y con el Vicepresidente Arreaza sirviendo de "moderador".

La primera sesión, transmitida en cadena de radio y televisión, fue simplemente un ejercicio de catarsis para la oposición, en donde cada participante expuso su visión de la grave situación que vive el país. Por su parte, los integrantes del gobierno demostraron nuevamente que están convencidos que el modelo económico que plantean es sumamente exitoso, que tienen el derecho a gobernar sin límite alguno a pesar de que el país está profundamente dividido y que la culpa de todo lo que ha venido ocurriendo recae en una supuesta "oposición violenta" que en su gran mayoría no ha hecho otra cosa que protestar pacíficamente en contra de la crisis económica y la falta de garantías democráticas que hay en Venezuela.

La segunda sesión, de carácter privado, dejó entrever que no se trata verdaderamente de un diálogo entre iguales sino más bien una negociación en donde la MUD acude para tratar de obtener algo, por más mínimo que sea. Así, ya se anunció al país que no habrá Ley de Amnistía para los estudiantes detenidos y presos políticos y que hay un acuerdo para reemplazar a los cargos vencidos en el TSJ y el CNE, como si ello fuera una conquista producto del diálogo y no un mandato expreso de la Constitución. Sorprende que la dirigencia opositora se conforme con esto, cuando existen pruebas concretas de que la gran mayoría de los integrantes de dichos Poderes Públicos responden a los intereses del partido de gobierno y una simple renovación de cargos vencidos no logrará solventar nuestras deficiencias democráticas.

Más aún, sorprende que como premisa fundamental ambas partes acuerden el respeto a la Constitución de 1999, pero los alcaldes destituidos por el TSJ continúen presos aunque no se les respetó su derecho al debido proceso recogido expresamente en esa misma Constitución y que la diputada María Corina Machado continúe despojada de su cargo sin que haya tenido oportunidad de ejercer si quiera su derecho a la defensa.

Internacionalmente, el resultado de esas dos sesiones ha otorgado un nuevo aire de legitimidad al gobierno de Maduro, ya que por más irrelevante que sean los acuerdos que se han logrado hasta ahora, la comunidad internacional observa que efectivamente el gobierno y representantes de la oposición se están sentando en la misma mesa con la supuesta voluntad de solucionar la crisis que existe en el país.

El problema está en si en verdad el gobierno tiene la voluntad de solucionar la situación o si por el contrario está tratando de ganar tiempo y tratar de hacer ver ante el mundo que finalmente logró que la oposición participara en las comisiones creadas por el propio gobierno para solventar el problema económico, la inseguridad y las violaciones de derechos humanos.

Por lo pronto, el problema de fondo está en que las negociaciones entre la MUD y el gobierno no involucran en realidad a todos los sectores en conflicto. No están presentes los estudiantes, quiénes han dejado claro que requieren el cumplimiento previo de diversas condiciones para poder sentarse a dialogar con el gobierno y tampoco está presente la sociedad civil opositora, la cual cada vez se siente menos representada por la MUD.

Mientras tanto, el Canciller de Brasil, Luis Alberto Figuereido, declara al diario O Globo que las "conversaciones van bien encaminadas con los grupos correctos". Para el jefe de la diplomacia brasileña, la MUD representa a los opositores moderados y los demás "son radicales conformados por estudiantes y políticos de derecha".

No hace falta advertir detalladamente la poca utilidad de un diálogo que no involucre a todos los actores relevantes. Por ende, si la MUD en verdad busca solventar la crisis debe exigir que se cumplan las condiciones propuestas por los estudiantes y se incluyan a representantes de la sociedad civil en las conversaciones. De lo contrario, todo apunta a que este esfuerzo quedará en nada.

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