CARLOS MACHADO ALLISON| EL UNIVERSAL
martes 22 de abril de 2014 12:00 AM
Observamos el primer encuentro entre el gobierno y la oposición. Resultó ser lo que esperaba: (1) Maduro habló como en todas sus cadenas; (2) El VP que actuaba como moderador, hizo comentarios poco neutrales. El moderador debería haber sido el Nuncio o uno de los representantes de Unasur; (3) Aveledo habló como lo que es, un caballero; (4) Los representantes del gobierno tenían una chuleta: el imaginario golpe que les estaban fraguando violentos de la oposición, logros revolucionarios y la exigencia de ser reconocidos; (5) La oposición pidió lo esperado: que pongan en libertad a los presos políticos, que funcione la justicia, que cese la violencia contra los estudiantes y que se respete la Constitución. Ramos Allup habló duro: los golpes los dan los militares, no los civiles; Capriles fue el mismo de siempre y su discurso fue consistente, quizás debió hablar antes y no cuando la teleaudiencia mermaba por lo avanzado de la hora; (6) Los que sólo saben insultar y mandar, pues hicieron eso mismo.
Deben ser escuchados...
Parte de la oposición no participó. Sus razones tendrán. Los estudiantes no quieren sentarse junto a sus verdugos, pero desean tener un derecho de palabra en las próximas reuniones. También pienso que el Foro Penal y otras ONG, que miden la violencia y las torturas, deberían ser escuchadas. Algunos analistas dibujan escenarios, entre ellos el plausible "aflojamiento" en lo económico para tratar de reducir la escasez de dólares, la falta de inversión y la baja producción, la escasez de alimentos y, si les alcanza, abatir la tasa de inflación. Pero dentro del gobierno existen más de una corriente, duros que no les gusta eso de la apertura y diálogo con los productores, ya que piensan que lo único que hace viable la revolución es la destrucción económica. Otros piensas que pueden seguir siendo duros en materia política, con presos y bombas lacrimógenas, pero abiertos a mejorar el desempeño económico.
Creo que el diálogo es útil y normal. Absurdo y peligroso fueron 15 años sin encuentros. Fue anormal el hacerlo en cadena, pero como temían que los acusaran de "pactar" cualquier cosa, no hubo alternativa. Al hacerlo público se dijeron cosas sabidas y posiblemente se dejaron de decir otras. Pactar no es ningún delito en la política, en Europa y en Estados Unidos, en Brasil, Colombia o México, parlamentos y gobiernos "pactan", se ponen de acuerdo para desarrollar alguna política pública en salud, alimentación, seguridad, servicios públicos, etc... Conversar y actuar no tiene nada de novedoso. Miles de huelgas se han dirimido en dos terrenos, cese de actividades con protesta y negociación de términos contractuales. Aquí el gran patrono es el gobierno, así que es lícito que la oposición actúe en dos o más frentes para lograr sus peticiones. La pelota está en manos del gobierno, ellos son los que pueden mitigar la violencia y dar un mensaje de paz con la libertad de los presos y cambios en la economía para estimular la producción nacional.
Deben ser escuchados...
Parte de la oposición no participó. Sus razones tendrán. Los estudiantes no quieren sentarse junto a sus verdugos, pero desean tener un derecho de palabra en las próximas reuniones. También pienso que el Foro Penal y otras ONG, que miden la violencia y las torturas, deberían ser escuchadas. Algunos analistas dibujan escenarios, entre ellos el plausible "aflojamiento" en lo económico para tratar de reducir la escasez de dólares, la falta de inversión y la baja producción, la escasez de alimentos y, si les alcanza, abatir la tasa de inflación. Pero dentro del gobierno existen más de una corriente, duros que no les gusta eso de la apertura y diálogo con los productores, ya que piensan que lo único que hace viable la revolución es la destrucción económica. Otros piensas que pueden seguir siendo duros en materia política, con presos y bombas lacrimógenas, pero abiertos a mejorar el desempeño económico.
Creo que el diálogo es útil y normal. Absurdo y peligroso fueron 15 años sin encuentros. Fue anormal el hacerlo en cadena, pero como temían que los acusaran de "pactar" cualquier cosa, no hubo alternativa. Al hacerlo público se dijeron cosas sabidas y posiblemente se dejaron de decir otras. Pactar no es ningún delito en la política, en Europa y en Estados Unidos, en Brasil, Colombia o México, parlamentos y gobiernos "pactan", se ponen de acuerdo para desarrollar alguna política pública en salud, alimentación, seguridad, servicios públicos, etc... Conversar y actuar no tiene nada de novedoso. Miles de huelgas se han dirimido en dos terrenos, cese de actividades con protesta y negociación de términos contractuales. Aquí el gran patrono es el gobierno, así que es lícito que la oposición actúe en dos o más frentes para lograr sus peticiones. La pelota está en manos del gobierno, ellos son los que pueden mitigar la violencia y dar un mensaje de paz con la libertad de los presos y cambios en la economía para estimular la producción nacional.
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