Friday, July 31, 2015

Aquí se tortura

EN: Recibido por email


CLAUDIO FERMÍN

 

En Venezuela se violan los derechos humanos. Eso lo sabe todo el mundo. No importan los artículos que aprobaran en procura de esos derechos en la Constitución de 1999 ni que a cada rato declaren que no torturan a nadie. Cualquiera sabe que eso es pura propaganda y es mentira.

El sistema judicial está tan viciado que no hay instancias ante las cuales acudir. Todas son cómplices del gobierno en el desconocimiento y maltrato de las garantías mínimas a la dignidad del hombre.

La Defensoría del Pueblo es una burla. En el más apartado barrio se sabe que es una oficina de activismo político del gobierno y que para nada representa al ciudadano ante los atropellos del poder.

Para aislar a los reclamantes y convertirlos en parias, se retiraron del Sistema Interamericano de Derechos Humanos desconociendo a la corte que se ocupa de esos asuntos.

Escudados en un oportunista y cínico concepto de soberanía impiden que organismos internacionales procesen abusos que las autoridades, en ejercicio de una arbitrariedad sin límites, cometen contra ciudadanos críticos y descontentos.

Nadie, ni la Cruz Roja, puede visitar a los presos políticos para constatar las torturas a que son sometidos y la irregularidad de sus procesos. Tampoco institución alguna puede hacer de observadora en procesos electorales, salvo el funcionariado suramericano pegado a la teta del presupuesto venezolano.

Diferir, decenas de veces, audiencias a presos políticos y mantenerlos encarcelados por años sin estar sometidos a juicio ha sido práctica característica de los gobiernos a cargo de Chávez y de Maduro. Siendo tan obvia la inocencia de esas víctimas del gobierno, no les queda sino soltarlas pero sometidas a secuestros institucionales disfrazados de medidas cautelares.

En estos años, lo cotidiano han sido las detenciones arbitrarias y los condenados sin pruebas. Los médicos no pueden atender a sus pacientes privados de libertad, los familiares no pueden visitarlos y abundan castigos y aislamientos como si se tratase de prisioneros de guerra en épocas primitivas de la humanidad.

Los torturadores andan sueltos y varios de ellos hasta fueron ascendidos en sus grados militares y objeto de reconocimiento por ministros y por quien hace de Presidente. Como quien dice, el mundo al revés.



@claudioefermin



Vía Últimas Notiicias
Que pasa Margarita

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