EN: http://konzapata.com/2015/07/en-antimano-le-advierten-al-gobierno-que-la-inflacion-mato-a-la-revolucion/
Por Danny Leguízamo @DannyLeguizamo.
Lo habíamos dicho en nuestros Konfidenciales: La MUD picó adelante en
el denominado “circuito de la muerte” de Caracas, integrado por las parroquias Antímano, Macarao, La Vega, El
Paraíso y Caricuao. Luego de la asamblea efectuada en el Comité Ejecutivo Seccional Caracas (CES) de Acción
Democrática hace más de siete días, en la que participaron todos los factores de la unidad, le sucedieron un conjunto
de reuniones enfocadas en la estrategia para el día de las elecciones.
La agenda llevada a cabo incluyó encuentros con los coordinadores de centro de votación de las parroquias Macarao,
Antímano, El Paraíso y Caricuao. Y desde ya afinan los detalles: Múltiples y recurrentes son las denuncias de
amedrentamiento a los testigos de la oposición en este circuito. Pasos clave como el sorteo de las máquinas que
serán sometidas a auditoría después y nunca antes de cerradas todas las mesas e impresas las actas de escrutinio
(o “chorizo”, en la jerga de los testigos de mesa), son factores que inciden en los resultados.
El día de ayer domingo, KonZapata acompañó a los candidatos Tomás Guanipa (en lista por Primero Justicia) e Ivlev
Silva (suplente de AD por Stalin González) en su recorrido por uno de los presuntos bastiones del chavismo:
Antímano, específicamente el sector de Mamera. El periplo inició con una rueda de prensa en la estación del metro de
Mamera, para luego recorrer el boulevard en donde se ubican comercios de todo tipo, particularmente abastos y
farmacias.
Se acercaron a la gente y no hubo episodios de rechazo sino que, por el contrario, fueron recibidos por la gran
mayoría de los transeúntes y comerciantes de la zona con agrado. “Ahí está Tomás Guanipa, me quiero tomar una
foto con él”, expresó una sexagenaria. “Este muchacho tan joven y ya está de candidato ¡Así es!”, le decían a Ivlev
Silva, mientras que éste se acercaba a un militante del Psuv que le expresó: “Yo soy demócrata, yo los respeto”, en
medio de aplausos de activistas blancos y amarillos que asistieron a la actividad.
El mensaje de ambos candidatos era único: “Tenemos que iniciar la transformación del país. Es inadmisible que
tengamos que hacer colas y que, además, todo esté tan caro. Obtendremos la mayoría en la Asamblea Nacional y
desde allí comenzará el cambio que todo el pueblo se merece. ¡Vamos en unidad!”. Un comerciante preguntó: “¿Y
qué haremos con las inhabilitaciones? Y la respuesta no se hizo esperar: “El Gobierno va a tratar de inhabilitar a
mucha gente para tratar de desmotivarlos a ustedes, para que no voten le dijo Guanipa a su interlocutor mientras le
daba la mano, entonces nuestra respuesta debe ser una participación masiva”.
El discurso de Guanipa y Silva encontró su punto álgido de receptividad cuando se acercaron a una kilométrica cola
para comprar cómo no harina de maíz, aceite y leche. “Es que ya ni Patria tenemos ¡Nos cansamos de hacer colas,
queremos un cambio!”, comentaron los más enardecidos. Un hombre de entre 40 y 45 años, usando muletas, alzó su
voz al percatarse de la visita de los opositores: “Menos mal que vinieron. Nos volvieron a engañar vale. ¿Por qué yo
me tengo que calar esta vaina? El dinero no nos alcanza vale… ¿Hasta cuándo? Dos mil bolos en una bolsita de
mercado.”
En otros tiempos, en los tiempos de “gloria” del chavismo, cuando la botija estaba llena y era Chávez quien
despachaba desde Miraflores, lo anterior hubiera sido impensable. Hoy es Maduro, con la botija vacía y el discurso
repetido, preso en su propio laberinto revolucionario.
Pero siempre hay un episodio anecdótico que advierte muy a su manera que el final está cerca. Recuerdo que la
primera vez que fui a Mamera en 1999, justo frente a la estación del metro que lleva el nombre del sector, podía
leerse en un mural: “Bienvenidos a Mamera, territorio Bolivariano”. Hoy, quince años después, en una de las calles
que da acceso hacia el sector de Carapita de los más emblemáticos de Antímano el grupo “Fuerza Bolivariana de
Liberación” firmó su propio mural: “La inflación mató a la revolución”.
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