FRANCISCO OLIVARES | EL UNIVERSAL
sábado 25 de julio de 2015 12:00 AM
"El socialismo llegó a Río Caribe" dice un mensaje colgado en el twitter. Acompaña el mensaje una fotografía de una estrecha calle bordeada con las pequeñas casas que se destacan por la variedad de tonos con colores vivos. Pero el motivo de la leyenda no es la belleza de este pueblo pesquero sino la larga cola de un número indeterminado de personas que aguardan su turno tras algún producto que escasea en ese puerto, que identifica uno de los lugares más hermosos del oriente venezolano.
La gente aguarda bajo el sol intenso, algunos sentados, otros en grupo. Es un paisaje que se ha reproducido en todo el país. En ellas, la resignación parece ser la fórmula que ha encontrado el venezolano para seguir adelante con sus vidas.
A unos cuantos kilómetros al norte de ese pequeño puerto venezolano, que se ha destacado por su pesca artesanal y por sus playas, se encuentra Cuba, la cuna del socialismo en el continente. Quizás sea eso de las colas de gente tras la comida que escasea lo que el imaginario ha identificado como socialismo.
Justamente, el modelo traído de allá, que el fallecido Hugo Chávez anheló imponer en Venezuela, patentó la imagen de las muchedumbres haciendo cola para comer.
Guillermo Fariñas, uno de los disidentes cubanos más emblemáticos de la isla, quien hasta el momento ha protagonizado 23 huelgas de hambre, señalaba en una entrevista radial, que la escasez y la dependencia alimenticia, formaban parte de los mecanismos del control de la ciudadanía por parte del Estado. Al referirse al día a día de un ciudadano de Cuba, explicaba que su principal objetivo era conseguir algo de comer para llevar a casa. Ese control, explicaba el disidente que ha pasado la tercera parte de su vida en prisión, se complementa con el sistema de contra inteligencia que tiene 60 mil hombres ocupados en vigilar la conducta de los ciudadanos cubanos.
Volviendo a Venezuela, el hecho de que el gobierno no tome ninguna medida que contrarreste la escasez y la inflación, ha generado debates de si éste es el mismo pensamiento del gobierno, es decir, entretener al pueblo ocupado buscando comida y mantenerlo pobre, como decía el exministro Giordani, o por el contrario solo se trata de gente incapaz, cuya ideología no le permite entender la dinámica del mundo actual, la democracia y la de la libertad económica.
Una tercera tesis también se ha agregado a la inacción del gobierno y es que el afán de mantener un férreo control de la economía estaría vinculado a los millonarios negocios que se hacen desde el gobierno. Aspecto que ha creado una nueva oligarquía socialista, que se equipara a la dinastía de Corea del Norte, la de los Castro y sus herederos en Cuba o los autócratas del socialismo africano. Todos ellos con un punto en común y es que viven en la abundancia y privilegios mientras han empobrecido a sus países y a sus ciudadanos.
Dejamos pues abiertas para el lector la reflexión de cuál de estas tres tesis imperan en el socialismo venezolano. Desde acá nos inclinamos a pensar que las tres tesis se conjugan en el pensamiento y la acción de los herederos del legado de Hugo Chávez.
Por eso cuando la gente ve una cola en cualquier esquina del territorio expresa "Acá también llegó el socialismo".
@folivares10
La gente aguarda bajo el sol intenso, algunos sentados, otros en grupo. Es un paisaje que se ha reproducido en todo el país. En ellas, la resignación parece ser la fórmula que ha encontrado el venezolano para seguir adelante con sus vidas.
A unos cuantos kilómetros al norte de ese pequeño puerto venezolano, que se ha destacado por su pesca artesanal y por sus playas, se encuentra Cuba, la cuna del socialismo en el continente. Quizás sea eso de las colas de gente tras la comida que escasea lo que el imaginario ha identificado como socialismo.
Justamente, el modelo traído de allá, que el fallecido Hugo Chávez anheló imponer en Venezuela, patentó la imagen de las muchedumbres haciendo cola para comer.
Guillermo Fariñas, uno de los disidentes cubanos más emblemáticos de la isla, quien hasta el momento ha protagonizado 23 huelgas de hambre, señalaba en una entrevista radial, que la escasez y la dependencia alimenticia, formaban parte de los mecanismos del control de la ciudadanía por parte del Estado. Al referirse al día a día de un ciudadano de Cuba, explicaba que su principal objetivo era conseguir algo de comer para llevar a casa. Ese control, explicaba el disidente que ha pasado la tercera parte de su vida en prisión, se complementa con el sistema de contra inteligencia que tiene 60 mil hombres ocupados en vigilar la conducta de los ciudadanos cubanos.
Volviendo a Venezuela, el hecho de que el gobierno no tome ninguna medida que contrarreste la escasez y la inflación, ha generado debates de si éste es el mismo pensamiento del gobierno, es decir, entretener al pueblo ocupado buscando comida y mantenerlo pobre, como decía el exministro Giordani, o por el contrario solo se trata de gente incapaz, cuya ideología no le permite entender la dinámica del mundo actual, la democracia y la de la libertad económica.
Una tercera tesis también se ha agregado a la inacción del gobierno y es que el afán de mantener un férreo control de la economía estaría vinculado a los millonarios negocios que se hacen desde el gobierno. Aspecto que ha creado una nueva oligarquía socialista, que se equipara a la dinastía de Corea del Norte, la de los Castro y sus herederos en Cuba o los autócratas del socialismo africano. Todos ellos con un punto en común y es que viven en la abundancia y privilegios mientras han empobrecido a sus países y a sus ciudadanos.
Dejamos pues abiertas para el lector la reflexión de cuál de estas tres tesis imperan en el socialismo venezolano. Desde acá nos inclinamos a pensar que las tres tesis se conjugan en el pensamiento y la acción de los herederos del legado de Hugo Chávez.
Por eso cuando la gente ve una cola en cualquier esquina del territorio expresa "Acá también llegó el socialismo".
@folivares10
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