POMPEYO MÁRQUEZ
No hay un
solo analista que no se refiera a la profundidad de la crisis en que está
sumido el país: crisis política, económica, social; todos hacen énfasis muy especialmente
en la crisis económica. Dos datos bastarían para ilustrar la gravedad de la
situación: el primero, que el bolívar haya llegado a unos niveles deplorables
de 630 con relación a un dólar; la segunda, que la inflación que se registra
alcance el orden de 190%, cuando el máximo que alcanza país latinoamericano
alguno es de un 10%, pero el promedio alcanza solamente un 6% o 7%. Como se ve,
el contraste es notable. Venezuela escala a tres dígitos y exhibe con “orgullo”
la inflación más alta del mundo.
Lo que le duele al país es que los gobernantes venezolanos se muestran indolentes, sordos y no podemos decir mudos porque la hegemonía comunicacional que han implantado le permite realizar todo tipo de charlatanería, de mediocridad, de mentiras, ciasnacional por sus características y por todo lo que involucran.
Se ha demostrado que con Maduro la crisis se agudiza, no se vislumbran soluciones, y mucho menos consenso. El prestigioso analista Moisés Naím llega a la conclusión en su último libro, cuyo título es sugerente (El fin del poder), que, y citamos: “Ya están apareciendo dentro del régimen, del chavismo y del Psuv lo que se pronostica que ocurre con el poder: la fragmentación. Nadie duda de que Chávez tenía menos poder que al principio y que Maduro tiene menos poder que cuando inició su gobierno”.
Coincidimos con Naím en esa conclusión evidente, Maduro tiene menos poder hoy que el que heredó de su mentor y hay razones más que suficientes para demostrar que esto no puede continuar por el camino que va, que tiene que cambiar.
Mientras no se produzca ese cambio a favor de la democracia, la crisis seguirá su rumbo ascendente. Hacemos un llamado a la unidad nacional para comenzar a poner fin al desastre que Maduro ha creado que ha conducido al país al borde del abismo y decir que cuando alguien pronuncie la palabra de un paso al frente y vayamos a tener al barranco.
Como hemos sostenido en otras oportunidades, no se trata de salvar un liderazgo, ni un partido ni un gobierno. Se trata de salvar a Venezuela.
@FundaPompeyo
Lo que le duele al país es que los gobernantes venezolanos se muestran indolentes, sordos y no podemos decir mudos porque la hegemonía comunicacional que han implantado le permite realizar todo tipo de charlatanería, de mediocridad, de mentiras, ciasnacional por sus características y por todo lo que involucran.
Se ha demostrado que con Maduro la crisis se agudiza, no se vislumbran soluciones, y mucho menos consenso. El prestigioso analista Moisés Naím llega a la conclusión en su último libro, cuyo título es sugerente (El fin del poder), que, y citamos: “Ya están apareciendo dentro del régimen, del chavismo y del Psuv lo que se pronostica que ocurre con el poder: la fragmentación. Nadie duda de que Chávez tenía menos poder que al principio y que Maduro tiene menos poder que cuando inició su gobierno”.
Coincidimos con Naím en esa conclusión evidente, Maduro tiene menos poder hoy que el que heredó de su mentor y hay razones más que suficientes para demostrar que esto no puede continuar por el camino que va, que tiene que cambiar.
Mientras no se produzca ese cambio a favor de la democracia, la crisis seguirá su rumbo ascendente. Hacemos un llamado a la unidad nacional para comenzar a poner fin al desastre que Maduro ha creado que ha conducido al país al borde del abismo y decir que cuando alguien pronuncie la palabra de un paso al frente y vayamos a tener al barranco.
Como hemos sostenido en otras oportunidades, no se trata de salvar un liderazgo, ni un partido ni un gobierno. Se trata de salvar a Venezuela.
@FundaPompeyo
Vía Últimas Noticias
Que pasa Margarita
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