Enrique Meléndez / especial Noticiero Digital / foto referencial / 28 ago 2015.- El experto petrolero Diego González, representante del Centro de Orientación de Energía, rechaza la idea de larga data en Venezuela según la cual el petróleo es un “recurso estratégico” cuya produccion debe estar en manos del Estado empresario – todo esto supuestamente “ sinónimo de soberanía e independencia”.
La afirmación la hizo en un foro que patrocinaron el IFEDEC y la Fundación Venezuela Positiva, a los fines de presentar el libro “Venezuela: Ilusión, Realidad o Ficción”, del cual Gonzáles es coautor.
Comenzó señalando que para entender nuestra industria petrolera nacional (que es algo mucho más que la estatal Pdvsa) hay que observar los paradigmas que la han regido y que fueron creados por cuatro ilustres venezolanos.
“Alberto Adriani que fue el primer economista venezolano graduado en el exterior, quien consideraba al petróleo como una riqueza efímera; que no la deberíamos tomar muy en cuenta. Luego, Arturo Uslar Pietri asoció el tema petrolero con el factor de la producción y la “siembra del petróleo”; a continuación Rómulo Betancourt, quien en su muy importante trabajo de 1956 (en su libro Venezuela, Política y Petróleo) podemos ver que él hacía una fuerte crítica; consideraba el tema petrolero asociado a la injerencia extranjera y sinónimo de dominación imperialista”.
Agregó González que estos paradigmas fueron recogidos por el más importante crítico de la industria petrolera, el doctor Juan Pablo Pérez Alfonso en su libro del año 1967: El pentágono petrolero. “Estos paradigmas –asentó- definitivamente hay que cambiarlos. Porque nuestra clase política ha asociado al petróleo diciendo, primeramente, que todos los recursos son estratégicos”.
González abrió un paréntesis para comentar que el término estratégico formaba parte del léxico de los militares, sobre todo, en el Medio Oriente. Pero que en Venezuela era el único lugar donde se le daba ese sentido no militar, y que no solamente se le aplica al petróleo como el principal recurso estratégico sino también que hasta las piedras, las playas, las montañas, todo es estratégico.
“Segundo, porque todas los empresas que manejan esos recursos estratégicas son básicas y que estos recursos son sinónimo de soberanía e independencia, y, algo que está de moda a través de leyes que hemos visto promulgarse, que todos los recursos son para el desarrollo social. Con esos paradigmas en mente; el corolario equivocado que se extrae es que esos recursos deben ser manejados por el Estado empresario. Eso está en todas las leyes; porque los particulares, sencillamente, no somos de confiar”.
Destacó lo que llamó una tremenda tergiversación histórica que aparece en nuestra Constitución, también en nuestra Ley de Hidrocarburos, así como en otras leyes, y que arranca con el famoso Decreto del Libertador de 1829 donde se establecía que las minas de cualquier clase correspondían a la República.
Sin embargo, recordó, ese decreto del Libertador fue derogado en 1854 para añadirle que los recursos eran de la República pero que el Estado los podía otorgar en concesión a los ciudadanos que las solicitasen. Así, según su punto de vista, nosotros todavía seguimos utilizando en nuestras Constituciones un decreto que fue derogado.
Al referirse a lo que llamó sus propuestas, dijo que la nueva Pdvsa debe dejar de ser una mala operadora, que según sus palabras, constituye lo que es hoy en día, para convertirse en una buena administradora: “Que represente al dueño del recurso que somos todos los venezolanos, ante terceros, para los negocios que se tienen, en vistas a la explotación futura de ese recurso. Ya hay más de 60 países, productores de petróleo, que utilizan esta figura de la producción compartida”.
Seguidamente, González mencionó el caso de algunas transnacionales que siguen esta política mediante la cual se le permite al particular, sea nacional o internacional, disponer del recurso mientras el dueño del mismo no hace la inversión ni hace gastos; pero a cambio recibe un porcentaje de lo que se produce.
“Eso es lo que va a ir a los fondos que se han propuesto en los diferentes escenarios, cuando hablamos de qué hacer con los recursos petroleros”.
En segundo lugar consideró que debe haber la máxima participación privada en la industria de los hidrocarburos, y que, en ese sentido, se puede demostrar cómo nuestro proceso de industrialización no se manejó acertadamente. Citó el caso contrario de países que sí han prosperado como Australia, Noruega y el Reino Unido que sacan el máximo provecho del recurso y no cuentan con empresas estatales.
Otro ejemplo que puso fue el de EEUU donde en la industria de los hidrocarburos participan más de 6 mil empresas particulares que no pasan de más de 10 trabajadores cada una. “Las grandes corporaciones, en general, no están metidas en este negocio”. De modo que, a juicio de González, Venezuela debe contemplar una política en este trecho que le queda como energética mundial, cuya estimación los técnicos la ubican en unos 25 ó 30 años, para darle apertura al capital privado en la industria petrrolera.
Habló en tercer lugar de la creación de un ente regulador, independiente y completamente autárquico del gobierno de turno, y en cuarto lugar habló también de la necesidad de crear la Comisión Nacional de Energía, con el mismo carácter independiente y autárquica, con respecto al gobierno de turno.
“Estas cuatro proposiciones que con voluntad política podríamos poner a marchar en el país necesitan libertades políticas, libertades civiles y libertades económicas; que es el mensaje importante que hay que dar: estimular la libre participación de los capitales; que ya en la misma Cuba se está viendo, a propósito de su apertura económica y comercial. Eliminación de los controles de cambio. Reforma a las leyes laborales. Ofrecer mensajes claros, para bajar la percepción de la corrupción, juzgando aquellos casos resaltantes de peculado. Restaurar el estado de derecho, a los fines de que las reglas sean claras”.
Para finalizar mostró dos impagenes. En la primera se veía una fotografía de nuestra industria petrolera en sus inicios cuando el transporte del petróleo se llevaba a cabo con mulas. Allí explicó que ése era, de continuar con la política que rige hoy en día a Pdvsa, el destino de la industria petrolera.
En la otra lámina mostró a una persona abrazada de una estatua reflejando el “efecto Pigmalión”: un escultor que se enamora de la figura que estaba esculpiendo y que la misma cobró vida.
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