EDITORIAL EL
NACIONAL
Ayer la ONG
Transparency International anunció, de acuerdo con un cable de la agencia AFP
fechado en Berlín, que investigará todas las actividades de constructoras
brasileñas vinculadas al escándalo de Petrobras en Argentina, Chile, Guatemala,
Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.
Paralelamente aquí en
Caracas, en las oficinas de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas,
directora ejecutiva de la organización, afirmó que “la calidad de vida de los
venezolanos está en juego por el pago de grandes obras en manos de empresas
investigadas por corrupción”.
Para Transparencia
Venezuela “la corrupción que se ha descubierto en Petrobras y que involucra a
políticos y a algunas de las firmas constructoras más grandes de la región, se
ha transformado en un caso claro de Gran Corrupción”. No se trata de un par de
ministros o políticos que se unen para hacer negocios, como sucede a menudo en
América Latina.
Esta vez “las
investigaciones apuntan a la existencia de un mecanismo que involucra a muchas
personas en las altas esferas de la vida pública y del sector privado
coordinados para extraer recursos de la petrolera en beneficio de empresas,
funcionarios e incluso de partidos políticos”.
El caso de Petrobras
supera cualquier antecedente en la región porque aparecen presuntamente involucrados
una presidente y un ex presidente, además del izquierdista Partido de los
Trabajadores que, como en Venezuela, llegó al poder tomando como bandera la
lucha contra la corrupción.
En realidad muy mal
han terminado su misión cuando en vez de acabar con esta delincuencia política
y empresarial se han unido a los bandidos para proteger sus actividades
ilícitas.
Las cifras sustraídas
al tesoro público son galácticas, como el comandante, y sorprenden por altísimo
nivel de cinismo político, por la falsedad continuada mediante la cual
engañaron a los obreros y trabajadores que creyeron en ellos, y por la forma
secreta y mafiosa como construyeron una gran maquinaria para desfalcar al
Estado brasileño.
En su comunicado, TI
advierte que una “investigación preliminar realizada por la ONG muestra que en
Venezuela, donde cuatro de las empresas bajo investigación en Brasil recibieron
más de 30 contratos del gobierno en años recientes, ha habido retrasos en
ejecución, contabilidad opaca y poca claridad sobre los criterios para las
concesiones”.
Algunos funcionarios
de Petrobras, según la ONG, calculan 3 billones de dólares en sobornos. El
fiscal Carlos Fernando Lima, encargado de la operación Lava Jato,
ha declarado que con la pérdida que ha generado el caso se podría triplicar el
presupuesto de salud de Brasil. La Fiscalía brasileña solicitó a Itamarati
copia de los documentos sobre Venezuela y Odebrecht entre 2005 y 2015.
Para que las piezas
comiencen a encajar vale recordar que entre los años 2003 y 2010, Venezuela
recibió al presidente Lula en 16 oportunidades; por su parte, el presidente
Chávez visitó Brasil 20 veces en el mismo lapso. ¿Visitas oficiales o reuniones
de negocios?
Vía El Nacional
Que pasa Margarita
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