Anabella Abadi
Después de que tres miembros de las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas y un civil resultaran heridos en un enfrentamiento con presuntos contrabandistas, el 20 de agosto de 2015, el presidente Nicolás Maduro ordenó el cierre de la frontera con Colombia por 72 horas. Al día siguiente, el Jefe de Estado había declarado un estado de excepción en la llamada Zona 1 conformada por los municipios Bolívar, Pedro María Ureña, Junín, Capacho Nuevo, Capacho Viejo y Rafael Urdaneta del estado Táchira, con lo que se prolongaba el cierre de la frontera “hasta nuevo aviso, hasta que regularicemos nuestra vida económica, social, hasta que capturemos a los asesinos queda cerrada esa frontera”.
Para el 1 de septiembre, el estado de excepción se había extendido a la Zona 2, conformada por otros cuatro municipios del Táchira: Lobatera, Panamericano, García Hevia y Ayacucho.
Antecedentes
El 9 de agosto de 2014, el Comandante Estratégico Operacional de las FANB, Vladimir Padrino López, anunció el cierre nocturno de la frontera colombo-venezolana entre las 10:00 pm y 5:00 am, así como la prohibición del transporte de carga de 6:00 pm a 5:00 am en los municipios limítrofes con Colombia.
La medida se formalizaría el 11 de agosto de 2014. Para justificarla, el 12 de agosto de 2014 el presidente Nicolás Maduro afirmó que “entre 30% y 40% de los productos del mercado nacional son desviados a Colombia por el contrabando que opera en la zona fronteriza de ambas naciones”.Casi dos semanas después, la Embajada de Venezuela en Bogotá denunciaría que 20% de la gasolina que consumían en Colombia se la robaban a Venezuela vía contrabando. Por eso el cierre fronterizo nocturno con Colombia se ampliaría desde el 15 de diciembre para cualquier otro tipo de vehículo y para peatones.
En enero 2015, el presidente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, José Miguel González, afirmaba que “el contrabando sigue siendo una distorsión en muchos productos, pero sí creemos que se ha dado una reducción en la canasta básica”. Sin embargo, se mantenía alto el contrabando de medicamentos, productos veterinarios y la gasolina.
Vale decir que el contrabando de combustible ha sido un negocio rentable desde la década de los ochenta, por el gran subsidio a la gasolina que ha mantenido Venezuela. Con el boom petrolero del período 2002-2014, aumentaron aún más los márgenes de ganancia, convirtiendo al contrabando de gasolina en un negocio todavía más atractivo.
Además de los cierres temporales de la frontera, se ha registrado una salida importante de colombianos desde Venezuela, tanto de forma voluntaria como forzada. Según la Asociación de Colombianos en Venezuela, en los 10 meses previos a la declaratoria del estado de excepción, el Gobierno Central ya había obligado a salir del país a más de 9.000 colombianos. La mayoría fueron deportados y acusados de paramilitares, sicarios, desestabilizadores y bachaqueros.
¿Qué ha pasado desde el cierre de la frontera?
Durante los primeros cuatro días del estado de excepción, Venezuela deportó a 10 colombianos cada hora, mientras que organismos de ayuda vinculados con la ONU estiman que durante la primera semana del estado de excepción, alrededor de 2.000 colombianos abandonaron Venezuela voluntariamente, cruzando a pie el río Táchira.
Además de reportarse decenas de allanamientos y demoliciones de casas, la mayoría de los deportados ha denunciado malos tratos, insultos y atropellos. Incluso, algunos de los ciudadanos que se han visto obligados a dejar el país han afirmado que los guardias están cobrando 500 bolívares fuertes para permitirles cruzar el río con sus pertenencias: “Cada cruzada tiene ese precio, por lo que las personas tratan de llevarse lo más que pueden cada vez que atraviesan el río”.
¿Cuál es el impacto socioeconómico que tendrá el cierre de la frontera?
El Impacto en la frontera. La frontera colombo-venezolana se extiende por 2.219 kilómetros, siendo la más larga que ambas naciones poseen con alguna otra. El tramo fronterizo entre Táchira (Venezuela) y Cúcuta (Colombia) presenta unos de los flujos poblacionales más dinámicos de toda Latinoamérica. Y allí los habitantes de ambos países se movilizaban con bastante fluidez sobre los límites geográficos de ambos países. Incluso, hay habitantes de Táchira trabajaban en Cúcuta y viceversa. Con el cierre de la frontera, se limita la actividad económica de la mayoría de las familias que habitan a ambos lados.
Si bien el Gobierno Central espera que el cierre de la frontera permita eliminar por completo el contrabando de extracción, los controles de precios que se mantienen en Venezuela y la fuerte devaluación del bolívar frente al peso colombiano en la frontera genera importantes distorsiones de precios y permite que el contrabando siga siendo un negocio increíblemente rentable. Por ejemplo: se reporta que un litro de leche que se consigue en BsF 200 en Venezuela se puede vender en BsF 14 mil en Colombia y que una pimpina de gasolina que cuesta BsF 1 en Venezuela se puede vender a BsF 15 mil en Colombia.
Aún más, según el profesor Ronald Balza Guanipa, “el cierre de parte de la frontera colombo-venezolana ordenado por el presidente Nicolás Maduro puede empeorar todavía más la depreciación del bolívar en pesos y, por tanto, reforzar los incentivos al contrabando en la región y acelerar la depreciación en relación con el llamado dólar paralelo, a pesar de sus objetivos declarados. Y eso implica presiones al alza del ‘dólar paralelo’”. Según el Banco de la República de Colombia, al 1 de septiembre de 2015 un peso colombiano equivalía a BsF 240,62; pero en la frontera de Cúcuta un peso colombiano equivalía apenas a BsF 4,85.
Impacto sobre el comercio binacional. Hasta 2006, Venezuela fue el segundo socio comercial de Colombia después de Estados Unidos, pero la salida de Venezuela de la Comunidad Andina (CAN) y una ruptura de relaciones entre 2009 y 2010 (además de otros conflictos) redujeron el volumen del intercambio.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, las exportaciones de Venezuela hacia Colombia cayeron 82% entre 1998 y 2014. Y si bien las importaciones de Colombia hacia Venezuela de 2014 duplicaron las del año 1998, representan apenas 6% del total.
Entre 2005 y 2008, Venezuela y Colombia congelaron relaciones diplomáticas en tres ocasiones, impactando de manera tangencial las relaciones comerciales. Sin embargo, las tensiones han crecido desde 2009 y las discordias diplomáticas entre ambos países han impactado el flujo comercial. Así que el cierre de la frontera, además de impactar el flujo intrafronterizo, podría impactar el flujo comercial total entre estos países vecinos. Algo que, en medio de la coyuntura de inflación y desabastecimiento que vive Venezuela, sumaría mayor conflictividad.
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