El empuje de Donald Trump se desinfló este miércoles en el segundo y
largo debate de aspirantes republicanos a la Casa Blancacelebrado
en el mausoleo de Ronald Reagan en el que, a pesar de dominar parte de la
conversación, su argumentario brilló por su ausencia en materias domésticas.
El magnate, líder en los sondeos, salió mal parado en rifirrafes con el
exgobernador de Florida Jeb Bush, en
relación con la gestión de su hermano, el expresidente George W. Bush, y con la
exdirectora ejecutiva de Hewlett Packard (HP), Carly Fiorina, respecto a sus
comentarios frívolos sobre las mujeres.
Trump concentró los ataques de la mayoría de sus rivales, que no dudaron
en afirmar que no está preparado para ser presidentede EE.UU., y
que es un ególatra que solo cree en sí mismo, en palabras de George Pataki y
Bobby Jindal, respectivamente.
Pataki,
exgobernador de Nueva York, y Jindal, gobernador de Luisiana, participaron en
la primera parte del debate, la de los postulantes peor posicionados en las
encuestas, junto con el exsenador por Pensilvania Rick Santorum y el senador de
Carolina del Sur Lindsey Graham.
En el segundo tramo, el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, aseguró
que EE.UU. no necesita «un aprendiz (en alusión al programa de televisión que
presentaba Trump, «The Apprentice») en la Casa Blanca. Ya tenemos uno
ahora».
Fiorina calificó a Trump de
«maravilloso animador» y mostró su confianza en que «el sentido común» de los
votantes pongan a Trump en su sitio.
«Creo que todas las mujeres en este país hemos escuchado muy
claramente lo que Trump ha dicho», manifestó la única fémina en la
contienda en respuesta a las formas con que el magnate inmobiliario trata a las
mujeres.
Fiorina
salió muy reforzada de este debate a pesar de que, según Trump, no debería
haber participado dada su falta de apoyos.
Según el último sondeo de CBS y The New York Times, Trump cuenta con
un 27 % de los apoyos de las bases republicanas, seguido por el
médico Ben Carson (23 %) y el exgobernador de Florida Jeb Bush (6 %), mientras
que Fiorina cuenta con un 4 %. «Creo que eres una mujer hermosa», respondió
Trump a Fiorina en un cruce de declaraciones.
La
segunda parte del debate incluyó a Trump, Carson, Bush, Fiorina, Scott Walker,
los senadores por Texas, Florida y Kentucky Ted Cruz, Marco Rubio y Rand Paul,
respectivamente, los gobernadores de Nueva Jersey, Chris Christie, y Ohio, John
Kasich, y el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee, quien denominó al grupo
como el «A-Team», como la serie de televisión de la década 1980, y a Trump «Mr.
T».
En materia migratoria los precandidatos coincidieron en
la necesidad de frenar la entrada ilegal de personas en EE.UU. y Trump insistió
en su idea de construir un gran muro en la frontera con México, un plan
cuestionado por ineficaz por Bush, Rubio, Christie y Carson, quien sí se mostró
abierto a la deportación masiva propuesta por Trump.
Carson
dijo que escucharía a quien pusiera sobre la mesa una estrategia viable para
realizar esas deportaciones, aunque afirmó no cree que algo semejante sea
posible.
«Mi mujer es méxico-estadounidense y quiere que se asegure la frontera»,
dijo Bush, que consideró que en materia migratoria el país está en «una
encrucijada» en la que hay que elegir entre la vía «optimista» de Ronald
Reagan (reforma migratoria que amnistió a millones de inmigrantes
irregulares en los años 80) o «la de Donald Trump, que dice que todo está mal».
Trump
responsabilizó a la gestión del expresidente George W. Bush de que Barack Obama
llegara al despacho oval, lo que no sentó bien en la audiencia, que aplaudió a
Jeb Bush cuando respondió que su hermano protegió a EE.UU.
El acercamiento de la Administración de Obama a Irán y el acuerdo
nuclear con el país de los ayatolás fue muy criticado por los republicanos,
que mostraron su predilección por endurecer la política exterior de EE.UU. en
Oriente Medio, así como con Rusia.
«El trato
con Irán amenaza la supervivencia de la civilización occidental. No podemos
tener un Irán nuclear», manifestó el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee.
El
segundo debate republicano se celebró en la Biblioteca Presidencial de Ronald
Reagan, en Simi Valley, al noroeste de Los Ángeles, hasta donde se
desplazaron activistas latinos para protestar por la retórica
antinmigrante exhibida por algunos de los candidatos.
Vía ABC.
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