El santo
Job, paradigma de la paciencia, está siendo encarnado hoy por millones de
venezolanos. Los indignados cada día son legiones y ya nos estamos cansando de
un maltrato social convertido en habito deshumanizador. Las próximas elecciones
serán una especie de punto de quiebre para revertir éste descenso a los infiernos.
Para volver a recuperar las virtudes de una civilidad perdida
Pasan los años, pasan los días,
pasan las horas y las rutinas de una cotidianidad insufrible se repiten sin
mayor variación, por el contrario, hay nuevas amenazas, sorpresas inesperadas
de éste revuelo en que se ha convertido la sociedad venezolana en franco
proceso auto-destructivo y cuyos niveles de hostilidad ya son proverbiales.
El ciudadano es víctima de un
engendro social cuya premisa es el socialismo. Un socialismo francamente
burlesco y contrario a todo su significado ennoblecedor y humanista. El
socialismo a la venezolana es la representación de un fracaso diluviano, un
atentado a los derechos humanos más elementales. Lo que antes funcionaba lo ha
dejado de hacer, y lo que ahora existe es la minusvalía de los comportamientos
cívicos. Adicionalmente, se nos ha instalado el cinismo. Nadie es responsable
de nada. Las culpas se trasladan y la impunidad campea. Los protagonistas del
desastre actual tienen la desfachatez de querer seguir reinando bajo las
ruinas.
Nunca pensé convalidar la idea de
que con los adecos y copeyanos se vivía mejor, porque nunca les voté y soy un
creyente del tiempo futuro. Hoy, no me queda más remedio que rendirme a la
evidencia. Padezco como todos los mismos problemas: cortes del servicio
eléctrico, racionamiento del agua, robo a mano armada de mis bienes, colas para
adquirir los vitales alimentos y medicamentos (cuando se consiguen). Salario
insuficiente, con todo y que soy un Profesolr Universitario Titular, para pagar
los bienes y servicios de mi núcleo familiar en el día a día.
Cada día que pasa tenemos que
lidiar con las malas noticias. Que empezó el año escolar y las escuelas no
están acondicionadas o sufrieron robo. Que el contrabando de gasolina ya no
sólo es culpa de las mafias wayuu sino de los mismos gerentes de PDVSA que la
trafican en cargueros de alto tonelaje. Que la justicia en Venezuela permite la
existencia de presos políticos y de conciencia. Que asaltaron a los plácidos
espectadores de una sala de cine llevándose más de 200 celulares. Que el crudo
venezolano se desplomó hasta los 40$ y que el dólar negro se cotiza en 718 bsf.
Para rematar, condenan a Leopoldo López a 14 años de presidio siendo inocente,
y con ello le preparan el camino expedito hasta Miraflores.
El santo Job, paradigma de la
paciencia, está siendo encarnado hoy por millones de venezolanos. Los
indignados cada día son legiones y ya nos estamos cansando de un maltrato
social convertido en habito deshumanizador. Las próximas elecciones serán una
especie de punto de quiebre para revertir éste descenso a los infiernos. Para
volver a recuperar las virtudes de una civilidad perdida.
Director del
Centro de Estudios Históricos de Luz
Vía Tal Cual
Que pasa Margarita
No comments:
Post a Comment