Wednesday, December 30, 2015

Crowfunding, la rebelión financiera de las masas (I)

Nota del Blog: Por la extension de este artículo lo publicaremos en dos entregas, ésta y la siguiente.


Ignacio de León

No hay mal que por bien no venga. Así lo habría pensado Ortega y Gasset, quien al criticar en suRebelión de las Masas[1], la condición esclavizante y embrutecedora del hombre-masa creada por la sociedad industrial, nunca hubiera previsto que ochenta años después esa misma colectividad se convertiría en portadora de la “sabiduría colectiva”[2] que hoy ha liberado al pequeño emprendedor de su esclavitud financiera. Esta revolución liberadora, apalancada por el financiamiento colectivo de las “masas” ahorristas, es el fenómeno que hoy conocemos como “crowdfunding” o Financiamiento Compartido.

El Financiamiento Compartido abre oportunidades a nuevos emprendimientos “Startups” para financiar sus proyectos, usualmente de alto riesgo. Este riesgo elevado hacía poco atractivo este negocio a la banca comercial por sus altos costos transaccionales y de evaluación de crédito. La innovación tecnológica ha cambiado esta situación, al reducir radicalmente los costos de la intermediación financiera, atomizando el riesgo entre una multitud de pequeños inversionistas y eliminando los costos de intermediación, a través de plataformas virtuales que calibran la calidad de los proyectos y el origen de los fondos aportados por inversionistas. Esto ha causado toda una innovación disruptiva schumpeteriana sobre la industria financiera, similar a la que ha impactado en otras industrias pertenecientes a la “Economía de la Colaboración,” tales como el transporte (Ej. Uber) o la hotelería (Ej. VRBO y Airbnb).
El Financiamiento Compartido ha puesto a disposición de los emprendedores recursos de ahorristas hasta ahora subutilizados. Las bajas tasas de interés impuestas desde 2008 en muchos países, entre ellos los Estados Unidos, habían dejado prácticamente sin opciones de inversión a los pequeños inversionistas, condenados a percibir exiguos intereses por sus depósitos en la banca comercial, o a arriesgarse a invertir su patrimonio en volátiles acciones del mercado bursátil. Este volumen de ahorros que en los Estados Unidos alcanza 7.62T de dólares (2014) está comenzando a ser canalizado hacia proyectos liderados por equipos de emprendedores y startups. Para dimensionar la magnitud de este monto, pensemos que apenas 1% de ese monto equivale a 76.2MM, esto es, casi el doble del volumen de recursos invertido en la industria de capital de riesgo en 2014 en los Estados Unidos (48MM de dólares, para mayores señas).
Un dique puede estallar a la más mínima fisura si la presión del agua es alta. Esto es lo que ha sucedido con el Financiamiento Compartido, cuyo crecimiento espectacular ha sido proporcional al volumen de recursos represados. Entre 2009 y 2015 esta industria ha duplicado su tamaño año tras año, en promedio. En Asia, el Financiamiento Compartido creció en 2014 en 320%; en America Latina 167%; en América del Norte creció 145%; pero este número va a aumentar con toda certeza, por la puesta en marcha del Financiamiento Compartido para inversionistas “no acreditados” a partir de mayo de 2016, como se explica adelante. Se anticipa que en 2015 el volumen mundial de recursos dispuestos en financiamiento colectivo será de 34.4MM de dólares.[3]


CrowdfundingCrecimiento

Para dar una idea de la capacidad de financiamiento de este mecanismo, Pebble Time, un reloj de pulsera inteligente cuya campaña de Financiamiento Compartido solicitó inicialmente 500 mil dólares de apoyo, obtuvo 20 millones de dólares; Coolest Cooler solicitó 50 mil y obtuvo 13.2 millones; el juego de cartas “Explosive Kittens” llegó a su meta (10 mil dólares) en apenas 8 minutos, alcanzando 8.7 millones y respaldado por 106 mil inversionistas. Cuando el producto emociona, la “masa” de inversionistas puede apalancar hasta la estratosfera financiera en menos de lo que dura un suspiro.
La diversificación acelerada de plataformas ha buscado adaptarse a distintos tipos de clientes e inversionistas. Inicialmente pensada para facilitar donaciones en causas altruistas (donation o rewards crowdfunding), las plataformas de Financiamiento Compartido hoy permiten al inversionista invertir a cambio de acciones de la empresa (equity crowdfunding), hacer préstamos (debt crowdfunding); o especializarse en industrias de alta inversión, como es la de bienes raíces (real estate crowdfunding).
El desarrollo espectacular del Financiamiento Compartido en Europa y Asia ha sido especialmente notable en las plataformas de donación. Las más conocidas de ellas, como Kickstarter, Indiegogo, Lending Club y GoFundMe.com han llegado a financiar negocios de 100 millones de dólares. Pero son las de equity (AngelList, Fundirse) y deuda (Directo, Lending Club, Prosper) crowdfunding quienes ofrecen mayor atractivo al inversionista. ¿Por qué conformarse con una camiseta o una cena con el fundador de la empresa cuando puedes tener un pedazo de su empresa o cobrar intereses? Este modelo de plataforma, ha sido atenuado en los Estados Unidos por un afán algo desmedido de proteger al pequeño inversionista con sinnúmero de regulaciones (por ejemplo, las inversiones en empresas startup mediante Financiamiento Compartido quedan “congeladas” por un año, antes de poder revenderse a terceros). En países con menores regulaciones, son prácticamente inexistentes los casos de fraude, pues las plataformas se cuidan de mantener su reputación para poder sobrevivir.
Continúa en la siguiente entrega....

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