EN:
Gustavo Coronel
Un informe de la Associated Press, ver:https://apnews.com/64794f2594de47328b910dc29dd7c996/Venezuela-military-trafficking-food-as-country-goes-hungry,
revela como la Fuerza Armada de Venezuela se ha adueñado de la comida
en Venezuela y la revende a los venezolanos a precios groseros, a fin
de enriquecerse con la miseria de nuestro pueblo. Los párrafos iniciales
del informe dicen (mi traducción):
“PUERTO
CABELLO, Venezuela (AP) — Cuando el hambre llevó a decenas de miles de
venezolanos a la calle en protestas durante el pasado verano, el
presidente Nicolás Maduro puso
el manejo del problema alimentario en manos de los militares, para que
administraran el suministro de las escasas fuentes de suministro de
comida, colocando generales a cargo de todo, desde el arroz hasta la
mantequilla. Pero, en lugar de combatir el hambre
los militares están haciendo dinero con el hambre, como lo verificó la
investigación de la Associated Press. Eso fue lo que encontró el
bodeguero José Campos, cundo sus existencias de productos básicos se
agotaron. En la mitad de la noche debía ir a un mercado
ilegal, manejado por militares, para comprar harina de maíz a un precio
cien veces mayor al regulado. “Los militares vigilaban las pacas de
dinero”, dice Campos, “Ellos tenían toda la comida necesaria”……. “Desde
generales hasta soldados rasos los militares
están en el centro del crimen, de acuerdo a documentos y entrevistas
con más de 60 oficiales, dueños de negocios y trabajadores, incluyendo
cinco generales retirados”.
En
el centro de este inmenso crimen de corrupción está el general Rodolfo
Marco Torres, el ministro de Alimentación, quien se negó a una
entrevista con la AP. Este funcionario, dice el informe, dio contratos
millonarios
a empresas sin experiencia en el sector alimenticio. Algunos de esos
contratos fueron dados a empresas fantasmas, de papel, como la
registrada en Panamá, Atlas Systems International, la cual recibió un
contrato de $4,6 millones para importar pastas. Otra empresa,
J.A. Comercio de Géneros Alimenticios, tiene un sitio de internet que
menciona una dirección que no existe en Sao Paulo, Brasil. Estas dos
compañías han enviado más de $5,5 millones a una cuenta en Ginebra,
Suiza, controlada por dos venezolanos, Jesús y
Néstor Marquina Parra, cuñados del General Carlos Osorio, quien era
ministro de alimentación y que ahora es el Inspector General de las
Fuerzas Armadas, posición desde la cual vigila la “transparencia de las
actividades de la Fuerza Armada”.
¿Qué
hacer frente a esta tragedia? La Fuerza Armada de Venezuela,
institución que debe proteger al pueblo de Venezuela es hoy uno de los
principales centros de corrupción y de opresión del pueblo.
Miembros de esta Fuerza Armada roban, trafican con drogas, llevan a
cabo contrabando de hidrocarburos, se han adueñado de actividades
mineras y pretenden convertirse en contratistas petroleros. La Fuerza
Armada de Venezuela se ha transformado en una gran mafia
que oprime, explota y hace sufrir al pueblo de Venezuela. Cuando
nosotros hemos llamado a la Fuerza Armada a intervenir al régimen que
nos asfixia, hemos pecado de ingenuos, ya que el llamado ha sido hecho a
quienes son los principales cómplices del régimen
en esta pesadilla en la cual se ha convertido Venezuela. Habíamos
pensado que en una Fuerza armada de 80.000 o más integrantes, no todos
eran criminales, que debían existir sectores opuestos a este crimen
masivo, en disposición de actuar a favor del pueblo
y de las leyes.
Pero el
silencio que esta institución ha guardado por 17 años nos ha dicho
rotundamente lo contrario. Nos ha dicho que allí no hay intención alguna
de acudir en auxilio del pueblo, allí lo que
hay es codicia o cobardía, sadismo o temor, rapacidad o apatía.
Este
si es un grave problema. Frente a una Fuerza Armada explotadora del
pueblo, con armas en la mano y con objetivos de saqueo nacional en sus
mentes, el país civil se encuentra en una situación
de total indefensión.
Es
hora de comenzar a pensar en lo impensable. Venezuela es hoy un estado
forajido estratégicamente situado en la región latinoamericana. Está en
manos de una mafia integrada por funcionarios
corruptos y por militares rapaces, dispuestos a saquear el último
rincón de la patria. Su actividad de narcotráfico lo convierte en una
amenaza en contra de la región. No existe internamente una fuerza capaz
de oponerse con éxito a esa mafia. Por lo tanto,
la fuerza interventora tendría que venir de fuera. He llegado a pensar
que la situación venezolana no podrá ser arreglada por los venezolanos.
Nuestro país está demasiado podrido y podría requerir una intervención
colectiva de los países de la región. Esta
es una intervención que puede comenzar en el plano diplomático con la
aplicación a Venezuela de la Carta Democrática Interamericana,
incluyendo la expulsión de Venezuela del sistema interamericano. Deberá
lograrse que los países del Caribe, comprados con el
dinero petrolero venezolano, dejen de apoyar al régimen forajido en la
OEA.
El
aislamiento del régimen venezolano debería ser también de naturaleza
económica, mediante la aplicación de sanciones severas inter-regionales,
incluyendo el cese del envío de hidrocarburos estadounidenses
al país y el cese de la importación estadounidense de hidrocarburos
venezolanos, lo cual puede lograrse por la vía tarifaria.
El
aislamiento debe ser también de naturaleza legal, acelerando los
procesos de arbitraje que hoy cursan en el Banco Mundial en contra del
régimen forajido y los procesos que hoy se mueven en
los Estados Unidos en contra de funcionarios venezolanos señalados por
corrupción ypor violación de los derechos humanos.
Y
si todo ello no fuese suficiente, debería considerarse una invasión
armada de fuerzas colectivas de la región, la cual termine con el
régimen, libere los presos políticos, ponga a los cabecillas
de la mafia que nos acogota tras las rejas y promueva la ejecución de
elecciones libres en el país.
Ya
me imagino los gritos de “dignidad” ofendida de la jauría chavista
sobre esta última alternativa, esa jauría que ha aceptado de manera
sumisa el tutelaje cubano por 17 años. Pondrían de moda
a Cipriano Castro y su discurso sobre la “planta insolente del
invasor”, pero la verdad es que los millones de venezolanos que hoy
sufren toda clase de humillaciones y privaciones a manos de la mafia
cívico-militar chavista lo verían con buenos ojos.
No comments:
Post a Comment