Es bien sabido que venezolano sin arepa pasa más trabajo que ratón en ferretería, para decirlo con un refrán criollo. Por ello, ha resultado una verdadera bendición muy buena parte de estos años de residencia en Washington el poder comprar la harina PAN en los mercados latinos y las secciones de algunas grandes cadenas de supermercados en el área, como Giant y Shoppers, para hacer las arepas y confeccionar las hallacas de diciembre. Recién llegados en 1999, cuando todavía no se conseguía con asiduidad la famosa harina de maíz venezolana, optamos por usar la que viene de México, pero aunque nos remedió un poco la nostalgia por la arepa, siempre nos parecía que estabamos comiendo la también deliciosa tortilla mexicana.
En estos tiempos la harina PAN se consigue en abundancia en Washington y otras partes de los Estados Unidos, gracias a que su productora, la el grupo venezolano de empresas La Polar, instaló una fábrica en Colombia, debido al clima adverso al sector privado que priva en el gobierno del teniente-coronel Hugo Chávez Frías. De manera, pues, que gracias a esta sana previsión de La Polar y a los apreciados colombianos que la elaboran y exportan hacia estas tierras, las arepas no faltan en los hogares venezolanos en Washington. Esto, por cierto, me trae a la memoria una ocasión en que realizábamos los preparativos para celebrar la noche internacional en la escuela primaria donde estudiaba nuestro hijo menor, en el norte de Virginia. En aquella oportunidad me entrevisté con la organizadora de la fiesta, de nacionalidad colombiana, y le ofrecí llevar unas arepas venezolanas como contribución de nuestra familia a tal celebración. Al aceptar mi ofrecimiento, dicha organizadora me respondió que ella, por su parte, llevaría a la fiesta arepas colombianas, pero que no veía problemas porque estas últimas eran dulces, mientras que las venezolanas son saladas. Cosas de gusto, le dije, entre dos pueblos vecinos que mucho se asemejan, aunque le precisé que especialmente en el oriente de Venezuela también se consume la arepa dulce que se prepara con anís, para delicia de los que allí viven o transitan...
En algunos viajes que hemos hecho a otras ciudades de los Estados Unidos, aunque no en todas, hemos encontrado la harina PAN. Recuerdo una vez que pasamos una semana de vacaciones de verano en Colorado y nos aventuramos una tarde dominical a pasar por Vail para conocer su mercado artesanal. Estando en esta ciudad, más famosa por su temporada de invierno, nos sorprendió gratamente que uno de los tarantines ofrecía en grandes letras la venta de empanadas y arepas venezolanas. Por supuesto, que inmediatamente mi esposa y yo nos apersonamos al sitio para adquirir el mentado condumio y así deleitarnos, mientras compartíamos con los compatriotas que las vendían nuestras respectivas experiencias en la preparación de comidas venezolanas, coincidiendo en que el mundo sería muy distinto si no pudiésemos contar con la harina PAN en los Estados Unidos.
Con motivo de las recientes arremetidas del gobierno de Chávez en contra del complejo empresarial propiedad de La Polar en Venezuela, no he dejado de pensar en qué pasaría si las amenazas de expropiación que dicho gobierno ha formulado se concretaran en la realidad. Es posible, como se ha demostrado en otros casos, que si se produce tal expropiación, el gobierno de Chávez adquiera también el control sobre la fábrica de Remavenca en Colombia y ésta se deteriore hasta incluso desaparecer. Tampoco es descartable que, dado el sentimiento antinorteamericano de Chávez, éste prohiba la exportación de la harina PAN hacia los Estados Unidos. Sería muy lamentable, aunque pienso que si ello sucediese, los talentosos dueños y gerentes de La Polar se la ingeniarán para instalar otra fábrica en algún otro sitio del planeta más favorable para continuar produciendo y exportando la famosa harina de origen venezolano.
Ante las aludidas amenazas chavistas, si usted vive en algún lugar de los Estados Unidos donde la harina Pan se consigue, aproveche para proveerse de una buena cantidad de paquetes, de manera tal que pueda asegurar no sólo las arepas sino la confección de las próximas hallacas navideñas...Recuerde que "guerra avisada no mata soldado", como suelen decir en Venezuela....Saludos, Jotabe.
No comments:
Post a Comment