Editorial de www.analítica.com
En Venezuela estamos por presenciar la victoria de la civilidad
ante la desafortunada tradición de considerar que la solución de los males del
país está en manos de algunos dirigentes militares
No conocer los límites del poder real es
un error en el que caen muchos gobernantes que confunden la realidad local de su
poder relativo con la insignificancia de su posición en un mundo cada vez más
interdependiente.
En el caso de Maduro y sus cogobernantes,
se llamen éstos Cabello o Jaua, para sólo mencionar algunos de los que hoy
comparten el mando, el delirio es de dimensiones patéticas. Están convencidos de
que gobernar temporalmente a Venezuela con legitimidad cuestionada, les da carta
blanca para increpar, insultar y hasta amenazar a jefes de Estado de otros
países.
La reacción que han tenido y seguirán
teniendo con las intervenciones y conversaciones que en el exterior mantienen
Capriles y otros dirigentes de la oposición, demuestra el impacto de la
estrategia de la Unidad Democrática de hacer notorio el fraude que se cometió en
las elecciones presidenciales de abril.
Es evidente que la iniciativa política en
Venezuela la tiene hoy Capriles y que ésta se mueve en dos escenarios distintos
pero complementarios.
En primer lugar, el contacto directo con
el pueblo en las distintas asambleas populares en las que el gobernador de
Miranda expone de manera clara y efectiva la realidad de los hechos que han
ocurrido y ocurren en el país, arrinconando a un gobierno que no encuentra
manera de contrastarla, salvo intentando ponerle un bozal a los medios de
comunicación social.
Por otro lado, merece ser destacada la
coordinación de las relaciones con los principales actores del mundo
internacional que viene adelantando con mucha eficacia la diputada María Corina
Machado y que le abren camino a Capriles para que en muchos países se conozca el
carácter ilegítimo y anti democrático del actual gobierno. Se ha subsanado una
carencia que afectó durante muchos años la actividad internacional de la
oposición.
Los "enchufados" no van a mejorar
su imagen internacional amenazando a aquellos países que quieran escuchar la
versión de la realidad venezolana expresada por los líderes de la oposición. Por
el contrario, estos intentos de coacción demuestran la intolerancia y la falta
de espíritu democrático de quienes detentan el poder actualmente en
Venezuela.
Si no entienden que ya no tienen el poder
que alguna vez tuvieron, y del cual abusaron, para crear la crisis que atraviesa
hoy nuestro país, y no asumen una actitud más humilde y acorde con la realidad
actual, acelerarán su caída. El militarismo que prevalece en la conducción del
destino de Venezuela será mas temprano que tarde vencido por el espíritu
democrático del pueblo venezolano. Es tan arraigado y vigoroso nuestro espíritu
democrático que aún en los períodos de apogeo del régimen castrocomunista nunca
estuvo por debajo del 40% de la población y ahora supera con creces el 50%.
En Venezuela estamos por presenciar la
victoria de la civilidad ante la desafortunada tradición de considerar que la
solución de los males del país está en manos de algunos dirigentes militares.
Este país afortunadamente tiene ya tras de si una larga vocación democrática y
no acepta gobiernos que no surjan de la auténtica e incuestionable voluntad
popular
No comments:
Post a Comment