José
Rafael Buendía
El pasado sábado 11 de mayo, los países de la Unión
Europea abrieron las sedes de sus embajadas en Washington D.C., con el fin de
recibir al publico y presentar una muestra de la cultura, economía, comida, y
otras actividades características de dichos países. Este es un evento que se ha
venido repitiendo en un día de la primavera en los últimos años, entre las 10
de la mañana y las 4 de la tarde, al cual no habíamos tenido oportunidad de
asistir. Este año pudimos hacerlo y como resultado de nuestra visita podemos
decir que realmente valió la pena y merece ser repetida el próximo año, Dios
mediante.
En total, 29 embajadas, incluyendo la de la propia
delegación de la Unión Europea, participaron en este programa que permitió unir
en un peregrinaje interesante y alegre a la familia washingtoniana en un día
que, aunque lluvioso, no fue capaz de detener el flujo incesante de visitantes.
Para cubrir las distancias entre las embajadas, los organizadores pusieron a
disposición una cantidad numerosa de autobuses que sirvieron cuatro rutas, cada
una distinguida por un color. Nosotros optamos por la ruta azul que transportó
el gentío por la avenida Massachusetts, donde se concentra gran parte de las
embajadas anfitrionas, aunque algunos trayectos decidimos recorrerlos a pie.
Eso sí, el tiempo disponible hace necesario ser cuidadoso en una selección
inicial de las embajadas de los países que se desean visitar, ya que sólo llega
a alcanzar para cubrir un número bastante limitado de ellas.
Nuestra visita la iniciamos en la embajada de
Bélgica, la cual seleccionamos por encontrarse ubicada al final de la ruta
azul. Esto nos permitió hacer el recorrido de regreso para visitar las
embajadas de otros países. Para nuestro agrado, esta primera visita colmó con
creces nuestras expectativas. Los belgas se las ingeniaron para organizar de
manera eficiente una recepción del numeroso publico que nutria una inmensa fila
de varias cuadras. En apenas 20 minutos nos encontrábamos en la puerta de la
sede de la embajada donde, luego de la correspondiente verificación de
seguridad en los morrales y carteras, se iniciataba el tour. Este comprendió un
paso por diversas salas con muestras y/o videos relacionados con arte (Victor
Horta), actividad diamantífera, labores de investigación en el Ártico, defensa,
cooperación y turismo, incluido en este último renglón una exposición sobre el
servicio ofrecido por la principal línea aérea del país. Igualmente, el
recorrido incluyó una muestra de productos belgas obsequiados al publico, tales
como, chocolates, jugos, cervezas (para llevar…), tortas, pan, cremas para
untar (pesto) y bizcochos.
Nuestro recorrido lo continuamos con la visitas a las
embajadas del Reino Unido, Dinamarca e Italia. En la primera, el énfasis de la
exposición estuvo en la muestra al publico de la residencia del embajador y los
jardines, automóviles de las marcas originarias del país, actividades de
defensa, arte y comida, esta última vendida a precios módicos. Esto es bueno
aclararlo, ya que la comida que repartió la embajada Belga no tuvo costo alguno
para el publico, mientras que otras embajadas como las antes indicadas
decidieron instalar expendios de comida típica a precios razonables, con el
propósito de obtener fondos para ayudas benéficas.
La embajada de Dinamarca, por su parte, también
ofreció la oportunidad de visitar la residencia del embajador e incluyó la
exibición de videos sobre actividades ligadas a la vida presente del país.
Entre éstas, destacan las labores en pro del mejoramiento del ambiente,
incluido el saneamiento de las aguas alrededor de Copenhagen. Como actividad de
esparcimiento, se organizó un bingo con
fichas de actividades culturales e históricas vinculadas a Dinamarca. Mientras
allí estábamos, nos dió gran gusto oir el nombre de Victor Borge, destacado
músico danés quien combinó su virtuosidad en el piano con un fino humorísmo que
enriqueció por mucho tiempo el mundo del espectáculo teatral y televisivo.
El año 2013 ha sido proclamado como el año de la
cultura italiana, así es que el entusiasmo en el público para ver muestras de
este acontecimiento en la embajada de Italia se encontraba multiplicado. La
fila era numerosa y fue la que más tardó en circular hasta el portón de la
entrada a la embajada. Ésta se encuentra albergada en un moderno edificio que
desde afuera parece formado por varios cuerpos que asemejan pedazos de torta en
forma triangular, pero que una vez adentro se brinda generoso en el manejo del
espacio, con un techo transparente altisimo que cubre un antepatio, el cual
cumple de manera admirable las labores de distribución hacia los otros
ambientes del edificio. Un amplio bar-reaustaurante ofrecía bebidas y platillos
de la región, que se complementaba con el ofrecimiento de café de máquina
recién hecho y pizzas acabadas de hornear en un inmenso horno de leña colocado
en el patio. En el teatro se escenificaban conciertos de grupos de cámara que
daban muestra fehaciente del talento juvenil italiano. Las guías repartían invitaciones
para desfiles donde se presentarán las colecciones de trajes y diseños de la
última moda. En el patio de salida no podían faltar los automóviles de famosas
marcas originarias de Italia. En fín, un grato encuentro con un pedazo de la
bota italiana en Washington D.C.
Al salir de la embajada italiana nos dimos cuenta
que en la acera de enfrente, en la mezquita de la localidad, el grupo de damas
musulmanas de Washington D.C. ofrecía un bazar con productos y comida de
procedencia de varios países (Egipto, Turqía, entre otros). Por tanto, aunque
estaba fuera del programa del tour europeo, no dudamos en dispensarle una corta
visita y de paso degustar algunas de las sabrosas especialidades de la comida
árabe y turca que allí se expendían. Al salir de este lugar nos dimos cuenta
que llovía y que el inexorable transcurrir del tiempo se acercaba a las 4 de la
tarde, hora final del tour europeo. Con el amparo del paraguas nos dirigimos a
la embajada de Croacia llamado a convertirse en miembro de la Unión Europea a
partir del próximo mes de julio, donde casi se preparaban para cerrar y los
vinos de la región ofrecidos al publico ya se habían agotado. Será el próximo
año, cuando también esperamos visitar las embajadas de Francia, España y
Portugal…
En resumen, el tour europeo en Washington
D.C., organizado por las embajadas de los países de la Unión Europea y de la
delegación de esta última, representa una grata oportunidad para entrar en
contacto con diversas manifestaciones de estos países, incluidas las
culturales, económicas, gastronómicas y artísticas. Se trata de un evento que
permite a la familia washingtoniana el disfrutar de un evento sano y divertido,
haciendo un alto en las actividades cotidianas, el cual no dudamos en
recomendar para que sea imitado por las embajadas de otros países,
especialmente por los que integran la región latinoamericana.
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