Friday, May 17, 2013

El sueño chino y el sueño de Maduro

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WILFREDO FRANCO |  EL UNIVERSAL

jueves 16 de mayo de 2013  12:00 AM
Xi Jinping, después de haber consolidado su liderazgo como secretario general del Partido Comunista, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y presidente de la Republica Popular China, ha lanzado una campaña por el "Sueño Chino", que acentúa el nacionalismo y el rol del Partido Comunista, pero que deja la definición en el pueblo y no puede evitar el símil del sueño americano. Recientemente afirmó ante los trabajadores que el "sueño más grandioso de China" era  "el gran renacimiento de la nación china". El propio Partido Comunista está en campaña por el sueño chino utilizando los recursos estatales. Un grupo musical del Cuerpo de Misiles Nucleares de China tiene en el tope de la cartelera la balada "El Sueño Chino", cuyo video destaca el tren bala, jets despegando del nuevo portaaviones chino y paisajes de la nación, estimulando el espíritu nacionalista y la grandiosidad de la China moderna. El tema es oficial en las escuelas para que le entre "en los cerebros a los niños". El Partido Comunista ha seleccionado "soñadores modelo" para que inspiren al pueblo, al mundo académico se le ha solicitado propuestas de investigación y los periódicos se refieren cada vez más a ello. La cosa va en serio, todo chino debe aspirar y trabajar duro para vivir cada vez mejor e impulsar a China al tope de las naciones, mucho más de lo que lo fue en la antigüedad. El presidente Xi ha afirmado que la meta se alcanzará a mediados de este siglo.

Si bien este paradigma es algo nuevo para la China continental gobernada por el Partido Comunista, es larga inspiración de las diminutas Taiwán, Singapur y Hong Kong, sociedades chinas capitalistas de extraordinario nivel socioeconómico, alcanzado sin recursos naturales ni territorio gracias a su
 manpower, el alto nivel educativo de la población, y a su sistema político-económico de plena libertad y democracia.

En paralelo, y muy relacionado con la dinámica económica y, como vemos con el paradigma de la nación más poblada del planeta, las compañías alemanas Mercedes Benz, BMW, Audi y VW, productoras de los vehículos más prestigiosos del mundo, y más emblemáticos del éxito económico personal, hacen grandes inversiones en la propia China. VW está construyendo una planta para 300.000 vehículos anuales cerca del pueblo de Mao, y afirma que para 2020 uno de cada tres de sus vehículos en todo el mundo será vendido en China. Actualmente los chinos adquieren 30 millones de carros por año, de los cuales 3 millones son de marcas alemanas, porcentaje que se duplicará muy pronto. Igual tendencia presentan las ventas de apartamentos, yates, joyas y relojes costosos. Todos muy representativos del "buen vivir", al que aspira todo hombre o mujer común, y para lo cual debe prepararse y trabajar duro. Y una sociedad en donde la gente se prepara y trabaja duro para progresar, termina alcanzando mayor bienestar y calidad de vida para todos. Obviamente las políticas gubernamentales deben ser las adecuadas. Para los comunistas chinos, ese comportamiento ya no es tildado despectivamente de "burgués", sino que es un paradigma sociopolítico "para el engrandecimiento nacional".

En Venezuela, el señor Maduro, en ejercicio de la Presidencia otorgada por el CNE, pero impugnada debido a serias dudas aún no resueltas sobre si fue realmente elegido por el pueblo, ha lanzado su gran campaña:
"querer vivir bien es un espejismo burgués". Es evidente que su inspiración no viene de China, sino de la pobrísima Cuba, donde vivió varios años entrenándose bajo la guía de Raúl Castro. Según Maduro, los venezolanos de a pie no debemos aspirar a vivir bien, porque eso "son espejismos de la burguesía capitalista". Los profesores universitarios en los años 60 y 70 podían comprarse un Mercedes con sus sueldos de entonces y el poder adquisitivo del bolívar. Los pobrecitos profe de ahora ganan entre la décima y la quinta parte de un sueldo de Diputado o Magistrado, y, por supuesto, apenas le alcanza para la harina PAN, el quesito, la sardina y el papel toilette, si es que lo consiguen. ¿Cómo viven las familias que ganan menos que un profesor universitario con este gobierno? Y con el petróleo no a 5 o 7 dólares como antes, sino a más de 100 dólares. ¿Qué está pasando aquí?

Señor Maduro, su revolución debería dejar de destruir a las empresas establecidas en Venezuela, y dejar de lado aquello de que "ser rico es malo" y, más aún, eso de que aspirar a progresar es un
 espejismo burgués. Por cierto, explíquele al pueblo, ¿qué hizo usted con los millones de dólares que, según denuncia pública, recibió durante su pasantía por la Cancillería solo por concepto de viáticos? ¿Ha progresado usted en su vida profesional? ¿Sí? Entonces no se lo impida a los venezolanos.

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