JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO)| EL UNIVERSAL
viernes 11 de abril de 2014 12:00 AM
Dialogo porque te respeto; no porque te tolero. Si te tolero, te soporto. Si te respeto, te reconozco. Este es mi axioma personal. Creo que el diálogo debe basarse en el reconocimiento del otro y en el respeto a su pensamiento, aunque sea diametralmente opuesto. De otra manera no podríamos llegar a un acuerdo que enfrente y ponga fin a la crisis que vivimos. Y digo esto porque, me parece, se ha manoseado mucho el término tolerancia; incluso, como una condición ineludible para sentarse a dialogar. Organismos internacionales lo exprimen y manipulan a su conveniencia. Pero, viéndolo desde otro punto de vista, pudiéramos también interpretarlo como "me lo voy a calar; aunque no esté de acuerdo", más eso no significa que los respeto. Por ende, significa que no los reconozco.
Hay que ver cómo, desde la época de Chávez, incluso en el momento cuando se disponía a escribir su constitución como un flux a su medida -y que, mayoritariamente la oposición votó que no- una de las justificaciones principistas de esa nueva Constitución era que se dejaba de lado el concepto de la democracia representativa para ir al terreno de la democracia participativa y protagónica. ¡Cómo ha quedado evidenciado que esto es una inmensa falacia! Necesitamos, en una coyuntura como la que actualmente vive el país, reconocer que el Gobierno no es el pueblo, ni la MUD la oposición. ¿Quién debe realmente dialogar? Tenemos que preguntarnos si Aveledo & Cía son nuestros genuinos representantes, capaces de ser la contraparte de Maduro y su modelo comunista heredado de su padre eterno.
A estos regímenes les encantan las elecciones. ¿Y qué es lo que quiere Maduro? Volver a ser presidente. ¿Cómo lo logra? Pues, estaba chingo porque se diera cualquier modelo de diálogo para lograr su cometido. Desde hace cuánto no anda dando gritos diciendo que ha abierto Miraflores para que vayan a dialogar. Porque, aunque está débil, necesita de ese aire que le daría una charla con cualquiera que pueda legitimarlo.
¿Con qué cara se va a presentar ante el país la tan ya abollada MUD, cuando Maduro y su combo, de nuevo, tomen los micrófonos para endilgarle los típicos epítetos de opositores golpistas, fascistas, terroristas, vende patrias, apátridas, con los que la califica? ¿Cómo interpretamos las sonrisas de hiena de Maduro y Jaua despidiendo a quienes se presentaron para "dialogar"? ¿Es que acaso después de esas reuniones de diálogo la oposición dejará de ser golpista y Maduro dictador? El diálogo a lo Maduro es igual a otras elecciones fraudulentas. ¿Cuáles son la condiciones que pone Nicolás para dialogar? ¡El Plan de la patria! ¿Cuáles son las condiciones de la MUD que, repito, no representa a todos los sectores de la sociedad civil venezolana? Pues, la Ley de Amnistía, que a todas luces es un chiste en este régimen que tiene preso a Simonovis; la Comisión Nacional de la Verdad Independiente, por donde ya hemos tenido un largo y tortuoso camino. ¿Cuántas comisiones de la verdad no ha habido? Renovación equilibrada de los poderes públicos; eso es chuparse el dedo, porque este régimen nunca lo ha hecho. ¿A quién se lo pide? ¿A este TSJ que al inicio de cada año judicial grita las más horrorosas consignas comunistoides o al CNE, cuyos rectores han tenido comprobada militancia partidista? Y como guinda, la última petición de la MUD es el desarme de los grupos paramilitares. ¿A quién se lo pide si son los propios militares y paramilitares los que gobiernan al país?
Me pregunto por qué en la lista de la MUD no aparecen los estudiantes o la situación que se vive con las universidades. ¿Por qué ni siquiera mencionan el robo descarado de la curul a la diputada María Corina Machado, la más votada en las elecciones, incluso con más votos que Diosdado? ¿En la Ley de Amnistía citan a Leopoldo López o a los alcaldes de San Cristóbal y San Diego? ¿O a Iván Simonovis y los otros comisarios? Hoy van cincuenta y ocho días de protestas. ¿Ha sido la MUD solidaria con los muertos y detenidos, números sustentados por el Foro Penal Venezolano? Esto es un punto de honor para aceptar el diálogo con Nicolás.
Si hasta los paramilitares de Diosdado no están optimistas con esta cháchara promovida por el régimen. ¿En qué cabeza cabe que los sectores opositores de la sociedad civil de un país civilizado se sientan a dialogar en una misma mesa con un presidente que está denunciado nada más y nada menos que ante la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de lesa humanidad, con pruebas irrefutables y sustentadas por testimonios completamente neutrales?
Debemos partir de la premisa elemental de que para dialogar es necesario primero el reconocimiento de las diferencias de criterios. Este es un principio básico. Maduro dialoga para lavarse las manos manchadas de sangre -las de él y las de sus esbirros- y para colocarse el ropaje institucional e internacional del gran adalid de la democracia.
Hay que ver cómo, desde la época de Chávez, incluso en el momento cuando se disponía a escribir su constitución como un flux a su medida -y que, mayoritariamente la oposición votó que no- una de las justificaciones principistas de esa nueva Constitución era que se dejaba de lado el concepto de la democracia representativa para ir al terreno de la democracia participativa y protagónica. ¡Cómo ha quedado evidenciado que esto es una inmensa falacia! Necesitamos, en una coyuntura como la que actualmente vive el país, reconocer que el Gobierno no es el pueblo, ni la MUD la oposición. ¿Quién debe realmente dialogar? Tenemos que preguntarnos si Aveledo & Cía son nuestros genuinos representantes, capaces de ser la contraparte de Maduro y su modelo comunista heredado de su padre eterno.
A estos regímenes les encantan las elecciones. ¿Y qué es lo que quiere Maduro? Volver a ser presidente. ¿Cómo lo logra? Pues, estaba chingo porque se diera cualquier modelo de diálogo para lograr su cometido. Desde hace cuánto no anda dando gritos diciendo que ha abierto Miraflores para que vayan a dialogar. Porque, aunque está débil, necesita de ese aire que le daría una charla con cualquiera que pueda legitimarlo.
¿Con qué cara se va a presentar ante el país la tan ya abollada MUD, cuando Maduro y su combo, de nuevo, tomen los micrófonos para endilgarle los típicos epítetos de opositores golpistas, fascistas, terroristas, vende patrias, apátridas, con los que la califica? ¿Cómo interpretamos las sonrisas de hiena de Maduro y Jaua despidiendo a quienes se presentaron para "dialogar"? ¿Es que acaso después de esas reuniones de diálogo la oposición dejará de ser golpista y Maduro dictador? El diálogo a lo Maduro es igual a otras elecciones fraudulentas. ¿Cuáles son la condiciones que pone Nicolás para dialogar? ¡El Plan de la patria! ¿Cuáles son las condiciones de la MUD que, repito, no representa a todos los sectores de la sociedad civil venezolana? Pues, la Ley de Amnistía, que a todas luces es un chiste en este régimen que tiene preso a Simonovis; la Comisión Nacional de la Verdad Independiente, por donde ya hemos tenido un largo y tortuoso camino. ¿Cuántas comisiones de la verdad no ha habido? Renovación equilibrada de los poderes públicos; eso es chuparse el dedo, porque este régimen nunca lo ha hecho. ¿A quién se lo pide? ¿A este TSJ que al inicio de cada año judicial grita las más horrorosas consignas comunistoides o al CNE, cuyos rectores han tenido comprobada militancia partidista? Y como guinda, la última petición de la MUD es el desarme de los grupos paramilitares. ¿A quién se lo pide si son los propios militares y paramilitares los que gobiernan al país?
Me pregunto por qué en la lista de la MUD no aparecen los estudiantes o la situación que se vive con las universidades. ¿Por qué ni siquiera mencionan el robo descarado de la curul a la diputada María Corina Machado, la más votada en las elecciones, incluso con más votos que Diosdado? ¿En la Ley de Amnistía citan a Leopoldo López o a los alcaldes de San Cristóbal y San Diego? ¿O a Iván Simonovis y los otros comisarios? Hoy van cincuenta y ocho días de protestas. ¿Ha sido la MUD solidaria con los muertos y detenidos, números sustentados por el Foro Penal Venezolano? Esto es un punto de honor para aceptar el diálogo con Nicolás.
Si hasta los paramilitares de Diosdado no están optimistas con esta cháchara promovida por el régimen. ¿En qué cabeza cabe que los sectores opositores de la sociedad civil de un país civilizado se sientan a dialogar en una misma mesa con un presidente que está denunciado nada más y nada menos que ante la Corte Penal Internacional de La Haya por crímenes de lesa humanidad, con pruebas irrefutables y sustentadas por testimonios completamente neutrales?
Debemos partir de la premisa elemental de que para dialogar es necesario primero el reconocimiento de las diferencias de criterios. Este es un principio básico. Maduro dialoga para lavarse las manos manchadas de sangre -las de él y las de sus esbirros- y para colocarse el ropaje institucional e internacional del gran adalid de la democracia.
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