México, tras la apreciación del
22% frente al peso en un año, es el principal beneficiario
La apreciación del dólar está
creando verdaderos quebraderos de cabeza a las multinacionales de Estados
Unidos, que ven desde hace un año cómo la divisa es un factor que hace de
lastre en sus negocios. Y su influencia en la caída de las materias primas
llena de nubarrones el horizonte de países emergentes. Pero la fortaleza del
billete verde tiene, sin embargo, otro efecto, esta vez positivo, para las
economías de América Latina, que se nutren del dinero que le llega de sus
emigrantes en el gran vecino del norte a través de las remesas.
Los envíos en rublos se hunden
El estancamiento económico en Europa y, sobre todo, las sanciones a
Rusia están teniendo un efecto muy negativo en las remesas enviadas a los
países de Europa del Este y del Asia Central, en su caso por el acusado
desplome del rublo. Además, juegan en contra los controles a la inmigración.
Se vio con claridad este doble
efecto el año pasado. De subir un 11% en 2013 a caer un 6,3% en 2014, a 48.000
millones de dólares (43.700 millones de euros). Para el ejercicio en curso se
espera una nueva contracción de casi el 13% en la región. El motivo es simple.
La crisis económica en Rusia está provocando que muchos emigrantes pierdan sus
empleos y la depreciación del rublo está reduciendo los ingresos reales para
los que lo conservan.
La revalorización de las remeses
que se reciben en América Latina arroja lecturas divergentes, en función del
origen de los flujos de capitales que llegan a cada país. El alza del dólar
eleva el valor de las remesas en los países cuyos inmigrantes están
concentrados en Estados Unidos. Las grandes beneficiadas por el brusco
movimiento registrado en el mercado de divisas son, por tanto, México (el dólar
se ha apreciado un 22% en el último año, si antes equivalía a 13 pesos, ahora
compra 16) y países de América Central como El Salvador, Guatemala y Honduras,
donde el Banco Mundial ya vio el año pasado un robusto incremento del 6% en el
montante de dinero que le llega de sus nacionales en el exterior.
México es el cuarto mayor
receptor del mundo en términos absolutos de remesas, con 25.000 millones de
dólares (al cambio actual, 22.760 millones de euros) en 2014. Le superan la
India, China y Filipinas. En su caso se beneficia por la mejora de la economía
en Estados Unidos, el principal país de destino de inmigrantes por delante de
Arabia Saudí, Alemania, Rusia y Emiratos Árabes. Los dos países crean el mayor
corredor de inmigrantes del planeta.
Crecimiento del 3,4%
Pero el valor de estas
transacciones varía incluso cuando se comparan los países de la misma región.
Es el caso de economías como las de Brasil, Perú, Argentina, Bolivia, Colombia
y Paraguay, que se ven afectadas por la debilidad de la actividad económica en
España y el efecto de depreciación paralela del euro por la crisis griega. Uno
de cada diez inmigrantes latinoamericanos vive en España.
Esta discrepancia va a tener como
consecuencia que las remesas en América Latina crezcan este año un 3,4%, a
66.000 millones de dólares (60.000 millones de euros). Es un incremento
inferior al 5,8% de 2014, como señala el Banco Mundial, pero significativamente
mejor que el anémico ritmo visto durante el periodo posterior a la Gran
Recesión. Y además, el valor es mayor en cada una de las monedas locales. Se
espera que suban a los 69.000 millones en 2016 y a los 71.000 millones de
dólares en 2017.
En la actualidad hay 250 millones
de trabajadores migrantes que mandan de vuelta parte de su dinero a casa. Las
remesas globales hacia los países en desarrollo ascendieron a 436.000 millones
en 2014 y se espera alcancen un valor de 479.000 millones de dólares en 2017.
Es una cantidad que dobla en estos países la ayuda que les llega del exterior y
supera incluso la inversión directa, salvo en China.
El efecto del euro
El euro está tratando ahora de
mantener los 1,10 dólares. Está lejos de los 1,40 dólares que se vieron el
pasado verano y llegó a caer hasta rozar la paridad. Europa es la principal
fuente de remesas para los países del Norte de África y la adversidad en el
tipo de cambio se hizo notar especialmente en Marruecos. Mientras que las
remesas en euros subieron un 9,6% entre noviembre y enero, cayeron un 2,6%
cuando se pasan a dólares. Argelia y Túnez sufren una situación similar.
Los conflictos y las dificultades
económicas, como señalan los técnicos del organismo que apoya el desarrollo,
harán que la gente siga buscando trabajo fuera. Pero con el incremento de las
remesas moderándose, los técnicos del organismo piden a los países receptores
de esta liquidez que sean más “creativos” para aprovechar esta fuente de dinero
que les llega del exterior. El Fondo Monetario Internacional quiere que este
ingente flujo de capital puede contribuir al desarrollo de proyectos en
infraestructuras o se utilice como colateral para reducir el coste de la deuda
externa.
Vía El País. España
Que pasa Margarita
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