Monday, September 21, 2015

Francisco y su antónimo escarlata

EN: Recibido por email

Pastor Heydra. Sin Rodeos

El Papa Francisco inició su visita a Cuba, ”Territorio libre de América” según la I Declaración de La Habana (1960); el empíreo de la revolución escarlata latinoamericana, recibiendo elogiosas palabras de agradecimiento de Raúl Castro por su apoyo al restablecimiento de relaciones diplomáticas con los Estados Unidos, quien la consideró como un primer paso para “resolver problemas y reparar injusticias”

Plenamente consciente de que en ese país están restringidas las libertades ciudadanas, y sobre todo la de expresión, fue sutil en su repuesta. Como el más diestro espadachín cuando da un subrepticio toque, su verbo se transformó en un liviano y fino florete, al pedirle al Presidente Castro, en un gesto de cortesía y solidaridad,  que trasladara su consideración y respeto a su hermano Fidel. Hábilmente saltó la verja apoyándose en Martí para advertir que “la cultura del diálogo y el encuentro” debe imponerse “sobre el sistema, muerto para siempre, de dinastía y de grupos”.

Al saludar a los presentes, a la Iglesia Católica cubana que ha debido sortear múltiples dificultades en su tensa relación con el régimen castrista, le envío unas palabras a la disidencia y al exilio cuando dijo: “Quisiera que mi saludo llegase especialmente a todas aquellas personas que por diversos motivos no podré encontrar y a todos los cubanos dispersos del mundo”.

Rematando con un mensaje universal de paz cuando señaló sin ambages: “El mundo necesita reconciliación en esta atmosfera de III Guerra Mundial a trozos, que estamos viviendo”

Tres banderillas fueron suficientes para darle una primera vuelta triunfante a ese espinoso  ruedo.

Los cubanos, cada vez más pragmáticos que ideológicos, asimilaron el mensaje. Francisco fue un negociador de lujo que contribuyó a afrontar la inminente agudización de su crisis económica, colocándolos en el sendero de la asunción del esquema chino de Ten Xiao Ping: “Un país y dos sistemas”. La primera gran tranca, la del 60, la resolvieron con los aportes de la URSS, cuando por razones prácticas se hicieron “comunistas”; el ínterin entre la desaparición del imperio soviético (1991) y 1999, lo afrontaron con capitales europeos y ayuda latinoamericana (Venezuela, México, Costa Rica, Panamá),  hasta que en 1999 fue superada con la cuantiosa contribución del gobierno chavista, un regalo de los dioses que no estaba en el manual; pero que comenzó a trastabillar hace un par de años con la caída de los precios petroleros. Ahora  ante este tercer trance del 2015 se aprestan a abordarlo abiertamente con el auxilio del propio imperio al cual se enfrentaron desde 1959, pero que habían venido trabajando afanosamente desde hace dos décadas. Hay que ver las cuantiosas inversiones turísticas que han realizado en el enclave de Varadero y otros nuevos, en campos de golf, marinas, aeropuertos, hoteles 5 estrellas y residencias de lujo, en una vasta operación dirigida por el Dr. Antonio Castro, hijo de Fidel.

En este interesante cuadro el gobierno venezolano no resultó ser más papista que el Papa, ojalá lo hubiese sido; sino que  se ha tornado más fidelista que Fidel en sus tiempos de efervescencia, cuando estímulo  la lucha armada y la Tricontinental de los años 60.

El tuiter de NM dándole la bienvenida al Papa “a nuestra América”, olvidándose que Bergoglio es argentino, causa un no sé qué, al culminar vitoreando a Cuba, a Martí y a Fidel.

Nicolás asumió el empaque a favor de Cuba, más no ha comprendido su contenido. Los cubanos comienzan a dar un viraje necesario para sobrevivir. Saben que deben abrir compuertas, dialogar, entenderse, reconciliarse; pero esas palabras siguen estando prohibidas en nuestro particular libro rojo, donde seguimos auto-condenados a ser el único antónimo escarlata del pensamiento de Francisco.

pastorheydra24680@gmail.com   @PastorHeydra
Que pasa Margarita

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