Víctor Salmerón
Los analistas reunidos por Ecoanalítica para discutir cuáles son los escenarios más probables en materia económica y política coinciden en que 2016 luce como un año difícil y conflictivo.
Alejandro Arreaza, analista de Barclays Capital, centró su exposición en la tendencia de los precios del petróleo y en cómo luce el balance de ingresos y egresos en dólares. Sobre las perspectivas del oro negro explicó que a un valor de 50 dólares el barril será muy difícil que se concreten las inversiones necesarias para que continúe la expansión de la producción de los países no OPEP, por lo que el departamento de Barclays que evalúa el comportamiento de las materias primas proyecta una recuperación de los precios a partir de la segunda mitad de 2016. Según Alejandro Arreaza:
“Con la caída de la inversión que se espera para este año y el próximo, producto de los menores precios del petróleo, debería acentuarse la tendencia de desaceleración de la producción no OPEP y los cuellos de botella que podría tener el mercado a mediano plazo pudieran generar presiones al alza sobre los precios. Sin embargo, dado los niveles de inventarios y el bajo crecimiento en algunas regiones del mundo, probablemente no veamos una recuperación significativa de los precios del petróleo hasta la segunda mitad del año entrante”.
Las proyecciones de Barclays esperan que en 2016 el precio del petróleo Brent se ubique en 63 dólares el barril y la tendencia a mediano plazo contempla una convergencia alrededor de los 85 dólares en 2020.
Si el precio promedio del petróleo Brent en 2016 es de 63 dólares, la cesta petrolera venezolana se cotizaría a 55 dólares el barril. Y así las cuentas no cuadran: 96 de cada 100 dólares que ingresan a Venezuela provienen de las exportaciones de petróleo y a ese precio no habría suficientes divisas para cubrir todos los gastos. Dice Arreaza:
“Con ese precio calculamos un déficit de 16 mil millones de dólares de los cuales aproximadamente 5 mil millones podrían ser financiados por China por la renovación de uno de los tramos del Fondo Chino. Hay negociaciones para tratar de hacer una renovación del Fondo de Gran Volumen que era de 20 mil millones y de los cuales Venezuela ha pagado la mitad. Si logran levantar esos 10 mil millones adicionales, prácticamente con eso cerrarías el déficit. Pero China hasta ahora no ha dado señales claras”.
Cubrir esta brecha de 16 mil millones de dólares se traduciría en que el país pagaría los compromisos de deuda externa, pero sería incapaz de aumentar las importaciones y salir de la crisis de escasez, inflación y recesión.
“Este escenario contempla que las importaciones sean aún más bajas que las de este año, nuestro estimado es que en 2014 las importaciones han debido estar en 43 mil millones de dólares y este año podrían ubicarse en 37 mil millones de dólares. El recorte de las importaciones ha sido principalmente en el sector privado”.
Barclays estima que, en capital e intereses, Venezuela tendrá que cancelar en 2016 por concepto de deuda externa 13 mil millones de dólares incluyendo los compromisos con países como Brasil y organismos multilaterales.
Ante la pregunta de cuán cerca o lejana es la posibilidad de un default, es decir, que el país no pueda cumplir a tiempo con el pago de capital e intereses (sobre todo los 10 mil 400 millones que tendrían que pagar PDVSA y la República por el vencimiento de bonos), Alejandro Arreaza señala:
“En un escenario como este no es descartable, aunque la posibilidad es más baja de la que observa el mercado. Con 15 mil millones de dólares en reserva, si los chinos no te desembolsan lo que supuestamente te van a desembolsar, te ves muy comprometido. Si el precio del petróleo te cae 10 dólares o 5 dólares por debajo de lo que estamos proyectando, el déficit superaría los 20 mil millones de dólares y ahora tienes menos activos”.
Explica que, de acuerdo con sus estimaciones, el país cuenta con activos que incluyen fondos fuera de las reservas internacionales por el orden de 40 mil millones de dólares, pero de los cuales alrededor de 70% tienen restricciones para su uso. Por ejemplo: esta cuenta incluye bonos por 7 mil millones de dólares que el gobierno no puede vender fácilmente porque propiciaría una caída muy fuerte en la cotización de los títulos.
Al realizar estos ajustes los activos disponibles al cierre del tercer trimestre de 2015 se ubicaban en 15 mil millones de dólares y, tras los últimos pagos de deuda, entre 8 mil y 9 mil millones de dólares.
Implosión o transición
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que la firma construyó cuatro escenarios para 2016:
“Observamos un escenario de implosión en el chavismo: uno de status quo es que Nicolás Maduro continúa; otro donde Maduro toma medidas y da un viraje; y un escenario de transición junto con factores de oposición. En este momento, me muevo hacia una implosión del chavismo, en menor medida el status quo y los menos probables serían el viraje o la transición. Con lo cual hay un 2016 bastante complejo”.
En el escenario de crisis institucional e implosión del chavismo, Ecoanalítica proyecta una inflación en 2016 de 830%. En el escenario de status quo de 296%, en el del viraje de 360% y en el de transición con factores de oposición de 152%. “Esto te dice que la clave del control de inflación pasa por un cambio de modelo. En la medida en que el modelo no cambie vas a seguir teniendo una presión al alza en inflación”, considera Oliveros.
En materia de estimados de comportamiento del PIB en el escenario de crisis institucional e implosión del chavismo, habría una contracción de 12,3%; en el de status quo de 6,8%; en el viraje de 4,5% y en el de transición de 2,1%.
Ecoanalítica construyó un modelo para medir la inflación que toma en cuenta las variaciones de precios en 500 productos. El resultado es que entre octubre de 2014 y octubre de 2015 la inflación registró un salto de 185% y la proyección es que cierre este año en 205%.
Asdrúbal Oliveros señala que el gobierno ha estado tomando medidas para contener el aumento de la liquidez y frenar la expansión del crédito, lo que explica que en octubre la inflación haya sido de 7% versus un promedio mensual de 11% en los nueve meses anteriores.
Agrega que, además, el gobierno está evaluando “profundizar el control de precios, afianzar la relación con China, minimizar el impacto de una derrota electoral, mayor control sobre el comercio exterior y distribución de bienes, y sigue habiendo resistencia a la eliminación del tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar”.
Oliveros profundiza en el tema del mayor control del comercio exterior y señala que:
“en 2015 el gobierno ha incrementado las importaciones del sector público y ya prácticamente controla 60% de las importaciones. Estamos hablando de una caída de más de 60% de las importaciones privadas y un aumento entre 15% y 18% de las importaciones públicas”.
Parte de guerra
Alejandro Grisanti, analista de Barclays Capital, explica que entre 2014-2016 Venezuela sufrirá una “caída del PIB por habitante de 22%, casi una cuarta parte de lo que produce Venezuela se va a perder en estos tres años. Una inflación acumulada de 1.000% y al final una muy fuerte depreciación de la moneda”. Además, añade:
“Soy pesimista sobre el año que viene, porque creo que el gobierno perdió toda credibilidad para hacer un ajuste en la economía. Si aquí se trae a un nuevo pítcher, un equipo económico renovado, pero queda el Presidente Maduro como jefe de Estado, creo que nunca va a tener la credibilidad necesaria para enfrentar los retos económicos. […] Cuando el Gobierno habló de unificar el tipo de cambio, el dólar paralelo estaba en 32 bolívares. El vicepresidente Jorge Arreaza habló de aumentar el precio de la gasolina después de las elecciones de alcaldes y aún no se ha hecho”.
Desde su punto de vista, el país requiere un plan de estabilización y no un ajuste. Este plan necesitaría recursos que deberían obtenerse a través de la inversión de las empresas petroleras, de China que es “un aliado estratégico de Venezuela y no del gobierno de cada tres barriles extra que se consumen de petróleo en el mundo dos corresponden a China; del Fondo Monetario Internacional, que hoy en día no tiene nada que ver con el de 1989, y de los mercados internacionales”.
La política
Alfredo Croes presentó los resultados de la última encuesta de Venebarómetro. Precisó que al cierre de octubre de este año la disposición a votar es de 68% y las estimaciones señalan que podría terminar entre 75% y 80% para el 6 de diciembre, día en que los venezolanos escogerán a los diputados que formarán la nueva Asamblea Nacional.
“Esta disposición a votar es atípica. Sólo se produce en los eventos electorales en los que hay una altísima polarización entre dos candidatos presidenciales que están cabeza a cabeza. El hecho de esta altísima disposición a votar nos indica que la esperanza está enfocada en la situación del cambio”.
En cuanto a la tendencia del voto, indica que al evaluar la tendencia de quienes manifiestan que están seguros de ir a votar, 39% se inclina por la oposición, 25% por el chavismo y 14,9% por los independientes.
“Ahora hay un gran bando mayoritario. De acuerdo a esta encuesta que salió hace cinco días al preguntar: ¿Ante el cuadro nacional que está viviendo el país en la actualidad le gustaría un cambio en la conducción del país? El 83% contesta de forma afirmativa”.
John Magdaleno, analista de Polity Consultores, evaluó los resultados de encuestas realizadas por Datanálisis, IVAD y Venebarómetro para concluir que:
“Al día de hoy, lo más probable es que la oposición obtenga la mayoría simple en la nueva Asamblea Nacional y es poco probable que alcance la mayoría calificada. Algunos estudios comienzan a indicar que hay alguna posibilidad de que controle las tres quintas partes”.
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