“El día que llegué a Ramo Verde” es el titulo de la primera publicación del blog “El diario de Leopoldo” del líder político venezolano y preso de conciencia, Leopoldo López, al aire en el ciberespacio desde este domingo 22 de noviembre, en el que promete revelaciones sobre sus vivencias durante los últimos 21 meses de encarcelamiento injusto, juicio absurdo y violaciones a sus derechos humanos y fundamentales.
“Estos escritos, intervenciones, discursos y notas se han reunido con el esfuerzo y dedicación de muchas personas. Los obstáculos no han sido menores. Se trata de anotaciones hechas en la adversidad por Leopoldo López que una y otra vez han sido confiscadas por la dictadura de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello (…) Sin embargo, muchos de estos escritos han podido sortear las alambradas y las púas de la injusticia roja y hoy son presentadas a ustedes por deseo de su autor”, explica la sección “Presentación” del blog.
Desde el 18 de febrero de 2014, día en que Leopoldo López enfrentó a la justicia injusta que impera en Venezuela, hoy con claras evidencias tras una condena en su contra de casi 14 años de prisión; mucho se ha especulado sobre cómo el hoy preso político más importante de América pudo burlar a los cuerpos de seguridad e inteligencia del Estado venezolano para subir a la Estatua de José Martí ante miles de personas, en Caracas, e iniciar una nueva etapa en su lucha por La Mejor Venezuela. Hoy esas preguntas son respondidas a través del protagonista de los hechos a través de “El diario de Leopoldo”.
“Me presenté ante una justicia injusta. Fui encerrado en la prisión de Ramo Verde el 18 de febrero a las once y media de la noche. Ese día me había despertado a las tres de la mañana. A las 4 am salí escondido en la maleta de un carro desde mi sitio de clandestinidad, pasé 45 minutos hasta llegar a Caracas. Durante esos 45 minutos que parecieron horas, no dejé de pensar en las víctimas del secuestro que son sometidas y trasladadas de esa forma. Estaba sensibilizado con el tema puesto que días antes habían secuestrado y asesinado al hermano de un buen amigo mío. Pensé en mi familia, en mis hijos y sobre todo pensé dónde iba a terminar ese 18 de Febrero”, es una de las primeras revelaciones.
Más adelante continúa “logré llegar a la concentración en moto. Fueron minutos tensos, tuve que pasar por un punto de control de la Guardia Nacional y pude hacerlo porque no me quité el casco integral. Al llegar hasta donde estaba la multitud sabía que ya no me podrían detener, fue entonces cuando me quité el casco. Caminamos hacia la plaza Brión. No había ninguna tarima ni sonido. Solo había gente, muchísima gente, mucha más de la que podía haberme imaginado, todos de blanco, en alusión a la paz, como habíamos pedido en la convocatoria (hecha mediante video grabado en mi corta clandestinidad). El llamado se había hecho por las redes sociales, de manera artesanal. Nunca voy a olvidar la inmensa solidaridad y el cariño que me trasmitió ese día el pueblo de Caracas, pueblo por el que, sin dudarlo ni un segundo, haría mil veces el mismo sacrificio”.
En su narración López desmonta alguna de las tesis que durante su encarcelamiento ha tratado de vender el régimen de Nicolás Maduro. “El Comandante General de la GNB, General Noguera, acompañado por el General (B) de la GNB, Benavides. Ambos insistieron en que me pusiera un casco y un chaleco antibalas —quizás buscando reforzar la especie, generada por el Gobierno, de que habría un atentado en mi contra, o para presentarme como un criminal—, obviamente tenía que negarme a hacerlo”.
También adelanta algunos detalles de su primer encuentro, para él inesperado, con Diosdado Cabello quién el 18 de febrero fungió de su chofer. “Llegamos a La Carlota, a los minutos llegó Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional. De ese encuentro. hablaré más adelante. Dio la orden de que abordáramos tres helicópteros que se dirigieron a Fuerte Tiuna. No había otra manera de salir. Todas las entradas de La Carlota estaban tomadas por la gente, por el pueblo noble de Caracas que manifestaba en contra de mi detención. Desde el helicóptero pude ver la inmensa cantidad de gente que había acudido a manifestar, cientos, miles de caraqueños en las calles aledañas (…) De Fuerte Tiuna fuimos en una caravana de vehículos hasta el Palacio de Justicia. El vehículo donde me encontraba fue conducido por Diosdado Cabello. Al llegar tuvimos que esperar pues no estaban listas las actas ni los papeles relacionados con mi caso. No podían estarlo, todo es forjado e inventado”.
El ex fiscal Franklin Nieves también es mencionado en esta primera publicación de “El diario de Leopoldo”, cuando narra “Los fiscales no me miraron a los ojos. Al final, uno de ellos, Franklin Nieves, se acercó y me dijo: ‘Lo siento mucho’. Me ofreció un chocolate y unos caramelos de menta. Los recibí y me dije, este hombre sabe que lo que está haciendo está mal, pero es prisionero del sistema, de la dictadura, tanto como lo puedo ser yo. Ya vendrá el tiempo de la liberación, para él, para los militares y para todos los venezolanos”.
El líder del partido Voluntad Popular también describe los primeros visos de una serie de violaciones a sus derechos fundamentales. “Así fue mi llegada, mi primera noche. Esa primera noche en la cárcel es quizás la más larga. Es un punto de transición, de cierre de una etapa y el comienzo de otra. Esas largas primeras horas, echado en la cama, viendo el techo recordaba todo lo que había pasado desde el 12 de febrero: la clandestinidad, los allanamientos, la persecución y la presentación ante la justicia injusta. Pude asimilar entonces los eventos de ese 18 de febrero que comenzó en la maleta de un carro, la gente, los tribunales, un vuelo en helicóptero, la llegada a este sitio y el cierre de la reja con ese sonido. Desde ese día, aún 18 de febrero, hasta el 23 de septiembre, siete meses, estuve encerrado en la celda, en aislamiento, con solo una hora al día de patio”.
Finalmente la presentación del blog deja muy claras las circunstancias de incomunicación en las que Leopoldo López permanece hoy día.
“Leopoldo López escribe estas notas en sus audiencias de juicio y desde sus celda durante los pocos momentos en que contaba con papel y lápiz, y que pudo hacer llegar a familiares y allegados. Hoy ya no cuenta ni con ese derecho de escribir y recibir correspondencia.
Si quieres conocer más sobre las vivencias de Leopoldo López en Ramo Verde, no dejes de entrar a http://diariodeleopoldolopez.blogspot.com/ y suscribirte para recibir notificación de próximas revelaciones.
Nota de prensa
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