Monday, July 25, 2016

Carta a la Comisión Europea sobre el diálogo en Venezuela

EN: Recibido por email

Por Luis Emilio Bruni, Ph.D.
Profesor Asociado – Universidad de Aalborg
A.C. Meyers Vænge 15 | 2450 Copenhague SV
Dinamarca

Sra. Federica Mogherini
Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores
y Política de Seguridad / Vicepresidente de la Comisión
Comisión Europea
Rue de la Loi / Wetstraat 200
1049 Bruselas - Bélgica

RE: Conclusiones sobre Venezuela en el Consejo de Asuntos Exteriores (18/07/2016)
Copenhague, Julio 22, 2016

Estimada Alto Representante Federica Mogherini,

Como ciudadano venezolano y como ciudadano (italiano) europeo, le escribo humildemente para expresarle mi profunda preocupación por el reciente apoyo otorgado por el Consejo de Asuntos Exteriores a la iniciativa de diálogo promovida por los ex-presidentes Sr. José Luis Rodríguez Zapatero, Sr. Leonel Fernández y Sr. Martín Torrijos, en la crisis venezolana.
Para un diálogo eficaz y constructivo es una condición sine qua non que todas las partes dialogantes se sientan bien representadas y que tengan una percepción clara de la imparcialidad (o al menos del equilibrio) de la entidad mediadora. Hay numerosas razones por las cuales este no es el caso en la presente mediación propuesta por el Sr. Maduro, quien ha designado expresamente a los tres ex presidentes arriba mencionados a ser coordinados por UNASUR.
La primera y más obvia de esas razones es precisamente “quien” unilateralmente ha nombrado a los mediadores, es decir una de las eventuales partes del dialogo: el gobierno revolucionario de Venezuela. Sin embargo, existen otras razones igualmente importantes que presentan peligros inminentes para la sociedad civil venezolana, las cuales intentare de explicitar en esta carta.
Para discernir el tipo de dialogo que eventualmente pudiese llevarse a cabo, es necesario considerar los siguientes seis aspectos interrelacionados:

1) La naturaleza de las partes dialogantes
En sus 17 años de hegemonía ininterrumpida, la auto-proclamada revolución Bolivariana tiene un impresionante record de violaciones flagrantes a la constitución que los mismos revolucionarios aprobaron a través de un referéndum inconstitucional con la intención de desmantelar las instituciones democráticas que eligieron al Sr. Hugo Chávez en 1999.
Estas violaciones han sido documentadas por académicos y ONGs en muchos estudios y reportes detallados (y más recientemente también por la Organización de Estados Americanos), y se han traducido en una abolición de facto de la división de los poderes y del estado de derecho, la utilización partidista de las fuerzas armadas, violaciones sistemáticas de los derechos humanos (incluyendo encarcelamientos ilegales y tortura), discriminación masiva, y el control de casi todas las instituciones del Estado por un partido hegemónico (el PSVE), incluyendo: el Tribunal Supremo y la totalidad del sistema judicial, El Banco Central de Venezuela, la Fiscalía Nacional, la Defensoría del Pueblo, el Concejo Nacional Electoral, la Fuerza Armada Nacional, la industria petrolera estatal (PDVSA), el vasto sistema radiotelevisivo del Estado, y los miles de activos
industriales y comerciales nacionalizados en los últimos años. Ha tomado 17 años de estas violaciones, muchos líderes opositores encarcelados, muchos estudiantes asesinados y torturados, y el advenimiento de la actual crisis humanitaria, para que los ciudadanos venezolanos lograran mostrarle al mundo y a la comunidad internacional lo que el poderoso y dispendioso lobby y maquinaria propagandista del régimen revolucionario lograron esconder en 17 años de completa e ininterrumpida hegemonía.
En el otro lado del dialogo se encuentra una coalición pluralista de partidos políticos con gran diversidad de origines e ideologías que representan a la vasta mayoría de la sociedad civil (tal como las últimas elecciones parlamentares demostraron), los sindicatos, las federaciones de empresarios y cámaras de comercio, las universidades y comunidades académicas sobrevivientes, y los pocos medios de comunicación independientes restantes, unidos en una causa común: el regreso pleno a la democracia y al estado de derecho, el respeto de los derechos humanos, el rescate de la soberanía de la nación y el bienestar y la convivencia pacífica de todos los ciudadanos venezolanos.

2) La naturaleza de la crisis
Una diferencia crucial entre el régimen revolucionario y la oposición reside en el modo de entender la crisis que abarca todo el país. En la única entrevista pública concedida por el Sr. Rodríguez Zapatero a un medio de prensa Venezolano (y por ende la única fuente referencial para un ciudadano), el Sr. Rodríguez Zapatero describió la crisis en términos similares y congeniales al gobierno, algo que la oposición política, y la vasta mayoría de ciudadanos a la cual representa, ven como una concepción prejuiciada que lo descalifica para el rol. En la entrevista (12/07/2016) – transmitida por el canal internacional Telesur bajo control estatal (http://www.telesurtv.net/) – el Sr. Rodríguez Zapatero enfatizó la grave crisis económica que Venezuela enfrenta, sin nunca elaborar sobre las proporciones y las causas de la misma, la cual no es, como por él expresado, “como en muchos otros países”. La crisis, que no es solo económica sino también institucional, política y social, de hecho ha devenido en una crisis humanitaria de proporciones devastadoras y sin precedentes, la cual es el resultado de 17 años de esta hegemónica auto-proclamada revolución. Las causas no son otras que el desmantelamiento de las instituciones democráticas con la consecuente abolición del estado de derecho, la carencia de división de poderes y sistemas de control y fiscalización – lo que ha desencadenado uno de los más grandes saqueos a una nación en la historia contemporánea, a través de una red internacional de corrupción y lavado de dinero que involucra a las principales instituciones y activos del Estado Venezolano (incluyendo la Fuerza Armada Nacional, la compañía petrolera estatal y el Banco Central de Venezuela), en una espiral de corrupción que mezcla fraudes monetarios y financieros, lavado de dinero, narcotráfico, e incluso el manejo de las reservas de oro de Venezuela. La magnitud de este pillaje, sin precedentes, ha sido estimada en unos 300 o 400 billones de dólares en los 17 años de la hegemonía de la auto-proclamada revolución. No es posible certificar con certeza la cifra exacta por el hecho de que todas las principales instituciones involucradas de hecho no son auditables y han sido substraídas de la obligación constitucional de ser fiscalizadas por la Asamblea Nacional – una auténtica tragedia histórica para las futuras generaciones de venezolanos.

3) La constitución de la iniciativa de mediación
Otro importante motivo de preocupación es que la iniciativa de los tres ex-presidentes (coordinada por UNASUR) pretende substituir o disminuir las iniciativas institucionales e internacionales ya existentes que han venido trabajando arduamente para ayudar a la sociedad civil venezolana a reencontrar su camino democrático y a resolver la gran crisis heredada de este periodo revolucionario. Concretamente, existen otras dos iniciativas regionales e internacionales que miran al rescate y al restablecimiento del estado de derecho en la República de Venezuela. Las alternativas que el Sr. Rodríguez Zapatero apunta a substituir son:
 La iniciativa hemisférica de la Organización de Estados Americanos (OEA), el más antiguo sistema institucional internacional que agrupa los 35 estados independientes de las Américas y constituye el principal foro intergubernamental de carácter político, jurídico y social en el Hemisferio, siendo la principal organización para la promoción de la democracia y los derechos humanos, y en la cual la UE funge de observador.
 La iniciativa IDEA, que agrupa a 36 ex-presidentes de Latino América y España, provenientes de un espectro político altamente pluralista y que tienen en común su compromiso por la alternabilidad y los valores democráticos durante sus respectivos desempeños – un principio fundamental que la auto-proclamada revolución no está dispuesta a aceptar o reconocer.
Ambas iniciativas ponen el énfasis en la defensa de la democracia y de los derechos humanos como meta principal en la mediación. Como es de conocimiento público, la OEA está en el proceso de activación de sus mecanismos institucionales para tratar el caso de la interrupción del orden democrático en Venezuela (la Carta Democrática Interamericana). Uno de los objetivos del régimen revolucionario en imponer la mediación de UNASUR es evadir el énfasis en el déficit democrático reconocido por las otras dos iniciativas, y substraer al Estado Venezolano de sus obligaciones regionales en el sistema Interamericano, incluyendo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

4) Los objetivos del dialogo
Existen muchas dudas legitimas en la sociedad civil venezolana sobre cual pueden ser los verdaderos objetivos de un dialogo impuesto con las modalidades, las condiciones y los tiempos del lado hegemónico de la mesa, visto que ya ha sucedido varias veces en los últimos 17 años. Del lado de la oposición existen claras pre-condiciones para un eventual dialogo. Con su concepción equivocada de la crisis, el Sr. Rodríguez Zapatero no parece apreciarlas. Enmarcando la crisis como si fuera exclusivamente económica, tácitamente avala la estrategia del régimen revolucionario, a saber, obstruir y evitar un referéndum revocatorio legal, al cual la sociedad civil y la oposición política tienen un derecho constitucional, así como negociar auxilio financiero internacional para ayudar al régimen revolucionario a ganar tiempo, y evitar rendir cuentas sobre el déficit democrático descartando la iniciativa de la OEA. En la misma entrevista en Telesur, el Sr. Rodríguez Zapatero argumentó que “Venezuela tiene grandes riquezas, un gran patrimonio y mucha solvencia como para que pueda tener más capacidad de financiación” y continuo afirmando que “hay que pedir un gran esfuerzo a la comunidad internacional a que ayude a que las dificultades financieras de Venezuela se superen”. Bajo la excusa de abordar las necesidades de la gente, y la crisis humanitaria no reconocida, aboga por un paquete financiero internacional para rescatar política y económicamente al mismo régimen revolucionario que ha dilapidado la más grande fortuna a la cual nunca haya tenido acceso un gobierno Latino Americano, y que en tiempos de afluencia ha endeudado a la nación a niveles sin precedentes, ha vaciado las instituciones democráticas y violado sistemáticamente los derechos humanos.

5) Las condiciones del diálogo
Bajo estas circunstancias y basada en la tortuosa experiencia de los últimos 17 años, la oposición ha acordado unánimemente por lo menos tres condiciones legítimas que no pueden ser sujetas a ninguna negociación y que deben ser intrínsecamente respetadas: i) cesar la ilegal e inconstitucional obstrucción al legítimo referéndum revocatorio; ii) reconocer la crisis humanitaria para que se suspenda el bloqueo gubernamental a los canales internacionales de asistencia; iii) la liberación de todos los prisioneros políticos. En la entrevista de Telesur, al Sr. Rodríguez Zapatero le fue solicitado opinar sobre el hecho de que el gobierno revolucionario quiere dialogo sin condiciones, en contraste con la oposición. Su respuesta fue: “Yo siempre digo que la democracia es la renuncia de cada uno a su programa máximo, cuando uno es capaz de renunciar a su programa máximo está haciendo democracia, cuando uno está dispuesto a renunciar a sus peticiones máximas está haciendo dialogo, y construyendo dialogo y cree en el dialogo”. Como el honorable Consejo de Asuntos Exteriores que usted distintamente preside puede fácilmente entender, no es posible aceptar ninguna renuncia a derechos humanos fundamentales.

6) El peligro de esta mediación para la nación Venezolana
Cualquier apoyo incondicional a la iniciativa del Sr. Rodríguez Zapatero – así como está concebida al momento – es proporcionalmente una obstrucción a los derechos constitucionales de millones de ciudadanos venezolanos. Apoyando incondicionalmente esta iniciativa, la UE contribuye a privar de sus derechos y a aislar a la oposición política en Venezuela de manera que se vea forzada a aceptar un dialogo que traiciona las aspiraciones y el mandato otorgado por la mayoría de la sociedad civil que la eligió al parlamento. Esto no puede sino prolongar la crisis y la agonía de los ciudadanos venezolanos; aumentar la creciente e ilegal deuda financiera, mantener la represión del gobierno revolucionario, y continuar la espiral de corrupción que ha arruinado la economía del país. Debería ser aspiración de los millones de ciudadanos Europeos preocupados por el destino de la democracia y de los derechos humanos en Venezuela que el Consejo que usted preside revise el apoyo total a la iniciativa del Sr. Rodríguez Zapatero. Seria propicio que el Consejo aclarase que el Sr. Rodríguez Zapatero no es el enviado oficial de la UE (como algunos medios ya están sosteniendo) y que incentive explícitamente la expansión del panel de mediadores para incluir representantes de las iniciativas de la OEA y del grupo IDEA, así como de la Iglesia Católica, y quizás incluso nombrar un representante oficial de la UE.

Agradeciéndole su tiempo y en el deseo de su pronta atención a este urgente asunto

Atentamente

Luis Emilio Bruni Mondolfi, Ph.D.
Profesor Asociado
Universidad de Aalborg
Dinamarca

No comments:

Post a Comment