Sí hay otra fecha que probablemente jamás olvidarán los fanáticos zulianos será la de ayer, cuando su equipo, las Águilas, volvió a erigirse campeón de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, esta vez en la temporada 2016-2017.
Y como si no hubiese sido suficiente para el Zulia, también acabó con una racha de 17 años sin alzar el título de máximo monarca en la pelota nacional.
Ahora son seis los trofeos que ostenta en su historial tras los conseguidos en las campañas 1983-1984/1988-1989/1991-1992/
Los rapaces arrasaron con sus rivales en una postemporada en la que dejaron récord de 12-2.
Primero acabaron con Tigres de Aragua en la primera ronda de playoffs, luego con Caribes de Anzoátegui en las semifinales y ayer vieron recompensado su trabajo de todo el año cuando hicieron lo propio contra Cardenales de Lara, que vencieron 5-2 en el quinto juego de la serie final.
Vaya noche la que se vivió en el estado Luis Aparicio El Grande de Maracaibo, recinto al que asistieron 19.836 fanáticos, la gran mayoría de los cuales alzó sincronizadamente los brazos y la cara hacia el cielo para probablemente dar gracias a La Chinita; y, acto seguido, gritar eufóricos cuando Silvino Bracho ponchó a Gustavo Molina con el último out del juego.
En el terreno, la incontenible plantilla aguilucha no tardó en congregarse sobre el montículo para festejar por todo lo alto una de las hazañas más anheladas por los deportistas.
Todo fue júbilo desde temprano. En el primer inning José Pirela conectó jonrón de dos carreras para hacer levantar al público de sus asientos.
En el quinto las Águilas agregarían una más; y tras ver cómo Lara descontaría ventaja en la parte alta del séptimo, en el octavo episodio anotaron dos rayitas más que los encaminaron al título y dejaron atónitos a los guaros.
Por el lado del pitcheo, Mitch Lively fue determinante. El lanzador foráneo mostró su calidad durante las siete entradas en que se mantuvo sobre la lomita y en las que permitió tan solo dos hits y una carrera, producto del cuadrangular de Jesús Montero.
El refuerzo hizo méritos para ser considerado el jugador más valioso de la final tras haber totalizado 14 innings de 3 carreras, amén de 2 victorias.
En Cardenales Raúl Rivero, ganador del premio como Pitcher del Año, sucumbió en sus dos presentaciones, incluida la de ayer, a pesar de que no estuvo del todo mal.
Es la segunda oportunidad en que Águilas derrota a Cardenales en una final, después de haberlo hecho en la zafra de 1983-1984 cuando coincidencialmente también se definió en cinco enfrentamientos.
Además, Lipso Nava, integrante del equipo como jugador en el último campeonato rapaz antes del conquistado ayer, se convirtió en el tercer piloto en ganar el título la misma temporada en que fue designado Manager del Año, emulando a Buddy Bailey y Omar López.
Ahora a la gerencia de la parvada naranja le tocará armar el mejor equipo para disputar la Seriedel Caribe desde el próximo 1º de febrero en Mexicali. En esta cita intentarán traer al país su tercera corona, tras las conquistadas en 1984 y 1989.
Voló más alto
José Pirela, mejor conocido como “el Águila negra”, hizo los méritos suficientes para quedarse con el Premio Robert Pérez, que lo acreditó como el jugador más valioso de la final, la primera de su carrera.
El trujillano, que con su defensa en los jardines y velocidad sobre las almohadillas también fue importante, bateó 9 imparables en 20 turnos para un estratosférico .450 de average y empujó 5 carreras.
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