César Miguel Rondón
Lustros, décadas atrás, los militares eran sinónimo de orden disciplina y eficiencia. De un buen tiempo a esta parte, sin embargo, ni la disciplina, ni el orden, ni la eficiencia parecieran estar entre sus principales características.
A ver… ¿Qué ocurrió ayer en el estado Vargas? Luis López escribe esta reseña en El Nacional: “Ayer no fue un día tranquilo para los varguenses. Desde las 7:00 am una protesta de vecinos y docentes cerró el paso de vehículos en la avenida Soublette, en El Cojo. La falta de mantenimiento en el túnel peatonal, ubicado en ese sector de Macuto, obligó a dos pequeñas alumnas de la escuela Guaicamacuto, como a muchos escolares cada día, a atravesar la avenida y fueron embestidas por un camión grúa. Este accidente provocó una protesta de tres horas en la única avenida que atraviesa gran parte del litoral central. Las menores, de 8 y 10 años de edad, fueron trasladadas al hospital del Seguro Social, pero una de ellas falleció en el hospital Pérez Carreño, en Caracas; la otra, recluida también en este hospital, está grave”.
Protestaban por falta de mantenimiento. Y resulta que en la tarde el puente Guanape II, a la altura de Punta de Mulatos, que conduce a Macuto, se hunde. Un autobús y un carro particular quedan atrapados en el momento del colapso. Hubo 15 lesionados. Las personas que quedaron del lado oeste solo pueden regresar a Caracas por La Sabana o por Higuerote.
¿Y qué dice el gobernador García Carneiro? Recordemos, en primer lugar, que García Carneiro es general, ya en condición de retiro, cierto, pero esa es su formación. Se le recuerda, entre otros hechos no precisamente gratos, por una actuación bastante ambigua en aquellos sucesos de abril de 2002. Fue ministro de la Defensa, precisamente después de esos sucesos, y a partir de entonces se le tuvo como uno de los militares de confianza de Hugo Chávez; a la fecha ya tiene varios períodos al frente de la Gobernación de Vargas. No hace mucho cobró mucho centimetraje y video en las redes –porque esas noticias ya no salen por televisión– cuando, por lo visto en avanzado estado de ebriedad, zozobró el yate (que no era de él, era el expropiado a Mezerhane) donde paseaba turísticamente por el Litoral Central. Al parecer no lo supo navegar cuando la intoxicación abordo se hizo generalizada. El video está a disposición en las redes, y es verdaderamente penoso por no decir cómico y ridículo.
Pues bien, ¿qué ha dicho el general García Carneiro con relación al colapso del puente? “Se cayó por sabotaje”. Tal y como lo lee. No fue falta de mantenimiento, fue sabotaje.
“José Manuel Olivares, diputado por el estado Vargas –según cita el portal Runrunes– denunció vía Twitter que el gobernador de la entidad, Jorge Luis García Carneiro, está amenazando y mandando a investigar con el Sebin a los parlamentarios de la MUD, a quienes responsabiliza por la caída de puente de Guanape, hecho ocurrido la tarde de este 24 de enero”.
“¿Me vas a amenazar a mí y a los diputados de la Unidad por culpa de tu abandono a Vargas? Es inaceptable que el Carneiro diga que el puente se cayó por saboteo. Su irresponsabilidad no tiene límites”, tuiteó Olivares.
“La caída del puente de Guanape es la prueba de que no les interesa el estado. La exigencia es muy clara: ¿qué van a hacer? ¿Cuándo lo van a hacer? ¿Cuándo se va a restituir el paso? Las personas de Naiguatá, de la costa, de Caraballeda no saben cómo van a llegar a su casa”, le reprochó Olivares al gobernador.
Pero García Carneiro insiste en la tesis del sabotaje, y Ernesto Villegas, flamante ministro de Comunicación e Información, informó que se está investigando el hecho pero, por supuesto, le dan prioridad a lo que diga el general.
Hablando de militares, hoy se publica una información que llama profundamente la atención. Resulta que el Tribunal Supremo de Justicia, que se ha vuelto una suerte de gran mampara, de núcleo de alcahuetería de todas las marramucias que se quieran llevar adelante en el régimen, ha decidido que las empresas militares no van a ser supervisadas por la Contraloría General de la República. El Impulso de Barquisimeto titula: “Contraloría queda sin facultad sobre las empresas militares. La sentencia establece que el Ministerio se autocontrola en su gestión empresarial”. Se cobran y se dan el vuelto, pues. “El control del gasto público en las empresas militares queda enteramente en manos de los militares”. ¿Confiables, sanas, limpias estas manos? ¡Vaya usted a saber!
Eran otros tiempos, muy lejanos, cuando un uniforme verde oliva era sinónimo de eficiencia, orden, disciplina y honestidad.
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