En: http://www.lapatilla.com/site/2014/02/24/pablo-aure-contrataque-fulminante/
Pablo Aure
Cuando uno expresa en lenguaje coloquial que alguien sufrió un infarto fulminante quiere decir que la persona no resistió el ataque al corazón y murió en el sitio. Fulminar es, según el diccionario, matar, destruir, o aniquilar, de manera instantánea, a alguien o algo. Esta reflexión persigue explicar lo que quiso decir el gobernador cuando mediante un mensaje de tuiter informó que la Operación “Contra-ataque fulminante” era para enfrentar a los estudiantes que anunciaban manifestación, lo cual sería lo ordenado por Diosdado Cabello y ejecutado por las “Unidades de batalla Hugo Chávez”.
Las unidades de batalla, en este caso, no son sino grupos armados de al menos 50 motorizados, algunos con caras tapadas, que debían iniciar el ataque. Decenas de heridos y dos muchachas muertas deja el referido ataque violento del régimen contra los estudiantes y la población desarmada en manifestaciones de Carabobo. Este es el saldo del anunciado ataque fulminante del gobernador, que buscaba ser ejemplarizante en el modo de reprimir a los grupos estudiantiles y a la sociedad civil. “Ataque fulminante” es una expresión del argot militar que emplea el gobernador, quien no maneja el lenguaje civil de la democracia.
El gobernador ve enemigos en lugar de adversarios y tropas insurrectas en lugar de ciudadanos que vociferan un derecho. Tiene como mentores en su carrera militar, a un familiar muy cercano aficionado a la historia (que escribe en los portales oficiales, obsesionado contra el imperialismo y la CIA, al punto de llegar a plantear que el ataque de las torres gemelas fue provocado por dicha agencia), y el comandante supremo e intergaláctico: recordemos que cuando éste egresó de la escuela (el comandante) corría el año 1975, de manera que no es difícil suponer la influencia que ejerció en aquel joven cadete, ahora gobernador, y quien egresó casi una década después, en 1984. Las pruebas están a la vista. Dos preguntas para finalizar: ¿Por qué el Plan de Pacificación del que tanto habla Rodríguez Torres no incluye el desarme de los colectivos? ¿Queda alguna duda de por qué el gobernador utilizó la expresión “Contra-ataque fulminante”?
Ameliach en su telaraña
El gobernador del estado Carabobo está atrapado en una telaraña. Ahora busca culpables para escudarse y exculparse. El pueblo venezolano y el mundo entero tienen muy claro cuál ha sido su actuación. Sabemos de su inclemencia para tratar a la disidencia, lo cual lo lleva a perpetrar crímenes so pretexto de evitar un golpe de Estado. ¡Por Dios Ameliach! Compórtate como una persona seria. Debido a tu incitación hoy están muertas dos niñas que tenían un futuro por delante; a Génesis la mataron en la avenida Cedeño uno de tus pistoleros mercenarios y a Geraldine la mató un Guardia Nacional con un tiro de escopeta en la cara, de la misma manera como asesinan los esbirros cubanos.
No puedo callar esto por lo que atraviesa Venezuela -y en mala hora Carabobo-. No descansaremos hasta ver resplandecer la justicia. Por ahora, el gobernador de Carabobo se cobija detrás del abusivo ejercicio del poder dictatorial porque tiene a su merced a la Fiscalía, y le ordena lo que le venga en ganas, y, desgraciadamente, le obedecen. Eso no durará por mucho tiempo. Me podrá amenazar con cárcel y quizás hará que fabriquen expedientes en mi contra, pero no logrará silenciarme.
Cientos de miles de carabobeños ya lo conocen y están conscientes de lo que es capaz de hacer. Pero tampoco se callarán, y cada día serán más los que pierdan el miedo para enfrentarlo en el terreno de las ideas, haciendo uso del derecho constitucional a la protesta. Le puedo decir, a Ameliach, tiene los días contados como gobernador y, quizás, como hombre libre. Le recomiendo leer el artículo 7 del Estatuto de Roma para que lo tenga presente de por vida. Lo que él ha venido haciendo en Carabobo es atacar sistemáticamente a una población civil desarmada lo cual constituye un delito de lesa humanidad, y esos delitos no prescriben.
Desfachatez
La noche del sábado leí un tuit del gobernador de Carabobo que decía lamentar la muerte de Geraldine Moreno y, además, exigirle al Ministerio público dar con los autores materiales e intelectuales del hecho. ¡Qué bárbaro, qué caradura! De su tuit del 17 de febrero se evidencia que él es el autor intelectual, y de acuerdo con todos los testigos presenciales, fue un guardia nacional quien accionó la escopeta de perdigones a la cara a Geraldine. ¡Dinos tú el nombre del esbirro guardia nacional, que salvajemente la asesinó! Como gobernador tienes que saber el nombre de los efectivos militares que participaron en esa masacre.
No murieron, a ellos los mataron
Bassil Da Costa, Robert Redman, José Méndez, Génesis Carmona, Alejandro Márquez y Geraldine Moreno no murieron. A ellos los mató el régimen. Quienes quedamos en pie de lucha debemos hacerle honor a su memoria, no desmayando hasta construir un país mejor. No abandonar las calles y no rendirnos. Pero siempre evitando la confrontación cuerpo a cuerpo contra los esbirros. Tenemos que tener presente que los asesinos están en el poder. Nosotros queremos construir un país donde todos quepamos, donde nos reconozcamos como hermanos, sin importar nuestras diferencias. No se trata de buscar el poder, sino de construir la Venezuela de nuestros sueños, la que jamás será posible con los gobernantes que hoy tenemos, para quienes la vida no vale nada.
A punto de un desenlace
No hace falta tener la bola de cristal para predecir lo que viene. Maduro está de salida, y Ameliach también. El desespero del primero lo ha llevado a cometer muchos disparates que lo terminan de enterrar en el ámbito nacional e internacional. Condujo al país a una estrepitosa quiebra económica y social. Imposible recuperar la economía mientras ese señor esté en Miraflores.
Hay fuerzas internas y externas que empujan su desalojo. No es descartable que en una suerte de buscar oxígeno ofrezca una cabeza de playa y entregue a Ameliach a la justicia. Le tumbaría una torre a Diosdado Cabello. Tratará de hacer ver que él es distinto a los que procuran el enfrentamiento. Esta semana será decisiva para el futuro de Maduro y del país. Adelantó el carnaval, sin percatarse que el pueblo decidió renunciar a ese asueto y continuar en la lucha. Veamos cómo comienza la semana que presiento se iniciará con una mega paralización.
¡Venganza no, justicia sí!
Detesto la venganza, pero adoro la justicia. Trabajemos por ella al mismísimo estilo de Benito Juárez, con lo que tengamos y hasta que podamos. Jamás habrá paz si no luchamos por la justicia. Justicia por los caídos. Justicia por los detenidos y justicia por Venezuela.
Seguiré con este peregrinar. Los dictadores me podrán calificar de lo que se les ocurra, pero no abandonaré a los estudiantes ni a la sociedad civil en la búsqueda de la libertad. Si eso es un delito, me declaro confeso. Pero reitero, no los abandonaré. “Bajo un gobierno que encarcele a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel”. Henry David Thoreau
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