Editorial de www.analítica.com
El principal mito es que el llamado caracazo
fue una insurrección popular frente a las medidas económicas de Carlos
Andrés Pérez. Solo que ninguna de esas medidas se habían puesto en
marcha, ni siquiera un discretísimo aumento del precio de la gasolina
En Venezuela hemos vivido, a
partir del golpe fallido de 1992, la creación y difusión de unos mitos
que pretenden ser convertidos en verdades.
El principal mito es que el llamado caracazo
fue una insurrección popular frente a las medidas económicas de Carlos
Andrés Pérez. Solo que ninguna de esas medidas se habían puesto en
marcha, ni siquiera un discretísimo aumento del precio de la gasolina.
Si el solo anuncio desencadenó una explosión social, nos preguntamos
por qué no ocurre hoy con una situación económica mucho más grave de
escasez generalizada e inflación desbocada.
Ambas generadas por una política económica fundamentada en el resentimiento y la ignorancia de un dogma político a la cubana.
La respuesta es evidente. Hoy no
existe, como hubo ayer, una conspiración en marcha de diversos factores
de la realidad política y social pescando en río revuelto para hacerse
del poder a cualquier precio.
Este mito es uno de los tantos que debemos disecar para demostrar que lo único que en realidad existió entonces fue una sed desenfrenada de poder por sectores definitivamente anti democráticos.
Este mito es uno de los tantos que debemos disecar para demostrar que lo único que en realidad existió entonces fue una sed desenfrenada de poder por sectores definitivamente anti democráticos.
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