EN: http://prodavinci.com/2015/09/09/actualidad/la-estafa-de-la-masificacion-de-la-educacion-superior-en-venezuela-por-cesar-r-gallo-p/
César R. Gallo P.
IV
Para complementar este análisis sobre el
efecto que ha tenido la política populista de masificación de la
educación superior sobre la desigualdad de ingresos, es bastante útil
dar una mirada a cómo ha sido la distribución por ocupación de los
trabajadores que tienen nivel de educación superior completa (con
título) entre 1999 y 2013. Antes, es importante dar una mirada al Cuadro
3 que muestra la distribución de la fuerza laboral con ese nivel de
educación entre empleados y desempleados.
Tal como lo ha informado el INE, la tasa
de desocupación en Venezuela disminuyó entre 1999 y 2013, disminución
que también se registra en el segmento de la fuerza laboral que tiene
educación superior completa. A pesar de eso, cuando se miran los números
y no sólo los porcentajes, sigue siendo preocupante que aun así es
considerable la cantidad de individuos con educación superior completa
que permanecían desempleados en 2013, número que llegó a superar los 250
mil. Ahora bien, la cantidad de ocupados con ese nivel de educación
también aumentó de manera importante siendo el incremento de casi dos
millones. El punto está en ver en qué se ocuparon estos individuos,
resultado de esta masificación. El Cuadro 4 muestra esa distribución.
Puede verse que tan sólo un poco más de
la mitad de ese incremento se ubicó en ocupaciones acorde con su
formación adquirida en educación superior (54%). En 1999 representaron
el 74% reduciéndose a 61% en 2013. El resto se distribuyó en ocupaciones
que son generalmente de más baja remuneración. En 2013 el 23% se
distribuyó entre empleados de oficina, vendedores en comercios y
vendedores ambulantes (444 mil individuos), mientras un 15% se
distribuían entre servicios, conductores, artesanos y operarios de
fábrica (650 mil individuos).[2]
Si a estas cifras agregamos el número de desempleados en 2013, vemos
que en ese año habían 1 millón 344 mil individuos con educación superior
completa que no pudieron insertarse en el mercado laboral acorde a su
nivel educativo, viendo posiblemente frustradas las expectativas que
tenían de poseer un título de educación superior.
El Cuadro 5 complementa esta visión del
efecto perverso de la masificación de la educación superior. Las
ocupaciones que generalmente requieren de un nivel de educación superior
reducen de manera dramática su ingreso laboral mensual. Es así como
puede verse que no es sólo que una proporción importante de egresados de
este nivel han pasado a ejercer ocupaciones para las que no se requiere
el nivel de formación educativa que supuestamente adquirieron, en las
que reciben remuneraciones más bajas, sino que además las ocupaciones
que sí requieren de esa formación también redujeron su nivel de
remuneración de manera importante. Esto es una consecuencia lógica
cuando la oferta de mano de obra para esas ocupaciones rebasa en mucho
la correspondiente demanda. Ambos efectos explican la situación de
deterioro de los ingresos laborales para el nivel de educación superior
completa mostrada antes en el Cuadro 2.
Para finalizar no se puede dejar de
destacar un hecho curioso que muestra el Cuadro 5. Puede notarse que
todas las ocupaciones reducen su ingreso laboral promedio con excepción
de los diputados y los militares (los servicios registran un ligero
incremento poco relevante). En 1999 las ocupaciones de mayor
remuneración eran las correspondientes a directores, gerentes y
propietarios, los directivos de la administración pública, los
profesionales y técnicos y los mineros, en ese mismo orden, estando los
militares y los diputados en quinto y sexto lugar respectivamente. En
2013 los militares pasan a ser la ocupación mejor remunerada por trabajo
en el país seguida de los diputados. Cabe recordar que los ingresos
reportados son los provenientes del trabajo únicamente, usualmente
sueldos y salarios, no incluye los llamados “otros ingresos”, aparte de
que usualmente los entrevistados tienden a sub-reportar sus ingresos,
particularmente cuando estos son altos. Con esto quiero decir que
probablemente los incrementos de ingresos de esos dos tipos de
ocupaciones sean aún más altos. Esto sugiere un cambio importante de
prioridades y de la valoración que se hace de la educación a partir de
1999.
Por otro lado, debe tomarse en cuenta
que todos los cálculos cuyos resultados aquí se han presentado fueron
realizados en base a la CAN suministrada por el INE, cuyo valor ha sido
cuestionado por algunos economistas por no considerarlo fiel reflejo de
la realidad de precios que rige en la economía en los últimos años. El
CENDAS proporciona a su vez un valor de Canasta Alimentaria que en los
dos últimos años ha sido tomada como la principal referencia de precios y
del costo de la vida en Venezuela, dada la ausencia de información de
cifras oficiales tanto por parte del BCV como del INE. Como dato puede
ser útil saber que en 1999 la canasta reportada por el CENDAS era 1.96
veces la del INE, mientras esa relación subió a 2.51 en 2013. El
ejercicio de especulación es libre.
V
Este análisis sugiere que el deterioro
de las remuneraciones de los trabajadores ocupados con nivel de
educación superior es el resultado de un proceso de disminución de los
retornos de la educación en Venezuela, de desvalorización de la
educación, debido a que la demanda de mano de obra calificada ha estado
muy rezagada en comparación con la oferta. Esto es una consecuencia
lógica de un proceso de masificación con fines principalmente políticos,
sin prestar la debida atención a la capacidad de absorción del mercado
laboral de mano de obra con ese nivel de calificación. El proceso de
masificación de la educación en Venezuela, y junto con ella el deterioro
de su calidad, comienza realmente en la época de los primeros gobiernos
de la llamada “era democrática”. Sin embargo, con la llegada de la
“Revolución Bolivariana” al poder en 1999 ese proceso se exacerba, en
particular a partir de 2003, conducido por la orientación populista del
gobierno, con el agravante de que no sólo se descuidó el estado real de
la demanda de mano de obra calificada en el país, sino que peor aún las
políticas económicas implementadas contribuyeron en gran medida a
reducir esa demanda. Las expropiaciones, nacionalizaciones,
confiscaciones, control de cambio y de precios, son todas políticas que
ahuyentan la inversión privada nacional y extranjera, aparte de destruir
lo existente, con la lógica consecuencia de reducción de demanda de
trabajo tanto calificado como no calificado. Debido a esto la gran masa
de egresados del sector de educación superior se ve obligado a ubicarse
en ocupaciones que no corresponden a su formación educativa y a aceptar
niveles de ingreso muy por debajo de los que corresponderían a su nivel
de educación, mientras otros sencillamente engrosan las filas del
desempleo.
Es así como ha operado una gran estafa a
la que han sido sometidos los grupos de menores ingresos de nuestro
país, llevando en efecto a una menor desigualdad de ingresos laborales
pero con un empobrecimiento generalizado de la población educada. Es así
como se les ha hecho creer que esta “revolución” los ha incluido y les
ha concedido poder. Se les ha creado la ilusión de poseer un nivel de
educación superior, cuando en realidad esa educación está devaluada,
manteniéndolos en la práctica excluidos del proceso de producción de
riqueza, de su propia riqueza, que es la única forma de lograr su
verdadera liberación sin tener que depender de las dádivas del estado.
Las políticas educativas deben estar
coordinadas con las económicas. Deben ser parte de un mismo proyecto de
desarrollo. El gasto en educación, incluido el sector superior,
correlaciona en efecto negativamente con la desigualdad de ingresos,
como lo muestra la evidencia empírica en la mayoría de los países.
Definitivamente una mano de obra más educada es más productiva si la
educación se promueve acertadamente, sin intereses populistas, en los
sectores primario y secundario, lo cual se traduce en una mayor
prosperidad para los individuos que reciben educación y en una mayor
equidad en la distribución del ingreso.
En Venezuela se dio un proceso de
disminución de la desigualdad por la vía de desmejorar económicamente a
toda la población ocupada en términos reales, creando además una ilusión
monetaria a través de las transferencias de dinero, el cual cada día
pierde rápidamente valor. No se puede dejar de destacar que el análisis
aquí presentado se ha hecho en el período 1999 a 2013. Es decir, esta
situación es resultado de las políticas económicas y sociales
implementadas durante el gobierno del finado presidente Hugo Chávez. No
recogen los efectos de los desaciertos del actual gobierno, ni tampoco
se puede atribuir este escenario a la caída de los precios petroleros,
ya que en 2013 dicho precio aún se mantenía alto. Es fácil entonces
especular que la situación en 2015 debe ser mucho más frustrante que la
aquí mostrada. Aún más si se toma en cuenta que todos los cálculos se
han hecho en base al valor de la CAN publicada por el INE, la que para
muchos dista bastante de la situación real de precios en el mercado de
alimentos básicos.
El populismo en educación a través de
engañar a la población con una masificación del nivel superior que está
divorciada de nuestra realidad económica hace un gran daño a la nación.
Cabe aquí recordar las palabras de Uslar Pietri citado en un trabajo de
José Alberto Montilla y María Cristina Parra (1992, p.87) al discutir la
supresión de muchos requisitos de ingreso al sector universitario:
“Otros han visto el problema
universitario desde un ángulo exclusivamente político, o mejor dicho
demagógico. Para ellos el problema se ha reducido a dar puerta franca en
la universidad, a establecer una lotería de títulos y distinciones
académicas, a creer que se abre una universidad dondequiera que se abre
un edificio con este nombre. A tomar siempre ante los problemas por la
línea de menor resistencia, sin percatarse de que el problema pospuesto
hoy es problema doble para mañana.” (Uslar Pietri, 1986:106).
Sería muy bueno para Venezuela que los
políticos que pretenden tomar las riendas de conducción de este país en
un futuro, que espero sea cercano, aprendan de nuestras sufridas
experiencias y renuncien en su ejercicio del poder a la demagogia, al
populismo, a no posponer los problemas, a saber tomar las líneas
acertadas, así sean las de mayor resistencia aunque den sus frutos sólo
en el largo plazo. Que renuncien a su ambición personal de pasar a la
historia rápidamente y piensen realmente en el futuro de este país,
aunque no reciban hoy los aplausos de aprobación que tanto desean.
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