BBC Mundo
Dónde queda parado el presidente que más criticó la ofensiva rebelde en Libia cuando la caída de su aliado Muamar Gadafi parece inminente?, pregunta BBC Mundo.
Por lo pronto, el domingo de noche –cuando la ofensiva rebelde, con ayuda de la OTAN, sobre Trípoli cobró vigor el presidente de Venezuela criticó los ataques de países europeos y de Estados Unidos porque “están destruyendo Trípoli con sus bombas”.
El mandatario aseguró que se están atacando “escuelas, hospitales, casas, centros de trabajo, fábricas y campos agrícolas” con el objetivo de “intervenir y tomar un país y sus riquezas”.
“Pidamos a Dios por el pueblo libio y por los pueblos del mundo, y paz para el mundo”, agregó Chávez, quien calificó la situación de “masacre”.
El presidente no mencionó a los rebeldes –a quienes en el pasado calificó de “terroristas”– ni a su amigo y aliado Muamar Gadafi.
Apenas a principios de agosto Chávez proclamó en televisión “Larga vida a ti, Muamar (Gadafi), larga vida a Libia, vivirás y vencerás”, luego de que las autoridades libias le agradecieran a través de una carta el apoyo que el venezolano dio al libio durante el conflicto.
Es que Chávez quizá haya sido el único líder mundial en defender a Gadafi, en el poder desde 1969.
Pocas semanas después de que estallar el conflicto en febrero, propuso la creación de una “comisión de paz” para mediar en el conflicto, aunque la iniciativa no prosperó.
Amigos y aliados
Para ese entonces, y en una peculiar señal, de que las cosas en Libia no iban muy bien para Gadafi, hasta Chávez se quedó sin estadio.
Un recinto que había sido inaugurado en la ciudad de Bengasi, transformada en el conflicto en bastión rebelde, dejó de llamarse “Estadio Hugo Chávez” para tomar el nombre de “Mártires de Febrero”.
Que un estadio en Libia llevara el nombre del presidente venezolano no tenía otra explicación que la amistad –y los negocios– que a fuerza de petróleo, ambos líderes –también unidos por la retórica antiestadounidense y antiimperialista– empezaron a cimentar.
Ante la posible salida de Gadafi del poder, “la imagen de Chávez queda muy mal. Chávez se aísla más en el contexto internacional”, le dice a BBC Mundo Julio César Pineda, embajador de Venezuela en Libia entre 1996 y 2000.
“Esto no es algo del ‘imperio’, acá se llegó a través de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que votaron ‘aliados’ de Venezuela, como Brasil, Rusia o China”, recuerda Pineda.
Para Pineda, Chávez no sólo pierde un aliado político, sino también hay repercusiones desde el punto de vista económico.
Ambos países son miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
“Había un fondo de inversión y proyectos por US$1.000 millones, se pierden posibilidades de inversión. Y también se pierde el acceso al mercado africano, que Gadafi había facilitado”, señala Pineda.
El exembajador sostiene que en caso de que caiga el régimen, Chávez evitará legitimar a las nuevas autoridades: “Va a seguir reconociendo al gobierno de Gadafi, como hizo con Manuel Zelaya en Honduras”.
Consecuente
Tras su llegada al poder en 1999, Chávez visitó seis veces Libia. Y del estrecho vínculo emergió la lealtad del presidente.
En momentos en que el gobierno libio se tambalea, la figura del mandatario venezolano no se vería afectada, sostiene, en cambio, el analista internacional Raimundo Kabchi.
“Es una posición consecuente con los mejores intereses de Venezuela toda vez que Libia, a lo largo de los años, asume posiciones identificadas con los postulados de Venezuela (…) Su posición, acorde con principios antiimperialistas, no queda desdibujada, sino todo lo contrario porque es un hombre de principios: lo dice y lo lleva a la práctica”, le dice a BBC Mundo.
Kabchi recuerda que Chávez “ha tenido con Gadafi una relación de amistad en la misma oportunidad que Obama, Sarkozy, Cameron, Berlusconi y Blair estaban ávidos de recibir al líder libio y congraciarse con él”.
Eran épocas en que países europeos y Estados Unidos aprovecharon una mejora en las relaciones con Libia, considerado un Estado paria hasta hace unos años, para buscar acuerdos petroleros.
El analista desestima que la eventual caída de Gadafi pueda tener implicancias del punto de vista de la economía venezolana aunque reconoce que habrá que ver cuál es la posición futura de Libia en la OPEP, algo que puede afectar a Venezuela y al bloque como organización.
La defensa
Una vez que estalló la crisis libia y ante rumores de una posible partida de Gadafi –quien en más de una oportunidad dialogó por teléfono con Chávez–, corrieron los rumores de que podría exiliarse en Venezuela, extremo desmentido por las autoridades en Caracas.
La semana pasada revivieron los comentarios, que esta vez no trascendieron más allá de las redes sociales.
Tras la entrada de los rebeldes a Trípoli, la capital libia es escenario de fuertes enfrentamientos.
Aunque Gadafi apenas pisó Venezuela en una oportunidad su presencia no pasó desapercibida.
Chávez le entregó una réplica de la espada de Simón Bolívar, y comparó al líder libio con el libertador venezolano: “Lo que es Bolívar para nosotros, esMuamar Gadafi para el pueblo libio”.
Quizá era una retribución por el Premio Internacional Gadafi de los Derechos Humanos que cinco años atrás había recibido el presidente de Venezuela.
Y durante el conflicto libio Chávez no ha estado solo en la defensa del régimen dentro de Venezuela.
Los medios de comunicación estatales han seguido la línea presidencial de cuestionar las informaciones de que las autoridades bombardeaban a los civiles y de criticar la intervención de la OTAN en el país.
Apenas comenzado el conflicto, en febrero, un enviado de la cadena latinoamericana Telesur –financiada mayormente por Venezuela–aseguró que “Trípoli era una fiesta” y que se vivía una situación de “total normalidad” al mismo tiempo que otras cadenas internacionales informaban de los ataques a civiles.
Por estos días la Agencia Venezolana de Noticias califica de “procoloniales” e “intervencionistas” a los rebeldes libios.
La conexión local
En sus declaraciones del domingo Chávez vinculó lo que ocurre en países como Libia y Siria con Venezuela. Según el presidente, los opositores a su gobierno, dirigidos por “imperialistas”, pretenden desencadenar en el país una violencia similar a la de Libia y Siria, ya que en Venezuela se encuentra “la primera riqueza petrolera del mundo”. “Pongámonos en manos de Dios para que impida la violencia en Venezuela (…); tenemos que neutralizar los planes de violencia que están cocinando, planes que vienen del imperio yanqui que quiere desestabilizar al país para intervenirlo”, señaló. Críticos descalifican los comentarios de Chávez y aseguran que busca agitar fantasmas y alimentar un discurso de creación de un enemigo externo y de confrontación al imperio que ha utilizado desde que alcanzó la Presidencia.
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