Tuesday, August 30, 2011

Querido Pablo

En: http://www.elpais.com/articulo/opinion/Querido/Pablo/elpepiopi/20110827elpepiopi_5/Tes

YOANI SÁNCHEZ 27/08/2011
La Habana y Miami son de esas ciudades que están muy lejos a pesar de
solo ubicarse a unas millas de distancia. Las confrontaciones
políticas a ambos lados, los impedimentos para viajar y un discurso de
cinco décadas de enfrentamiento han provocado que el estrecho de La
Florida nos parezca insondable. Tímidamente empiezan, no obstante, a
levantarse puentes en cada orilla, todavía frágiles e incompletos,
pero al menos son un atisbo de un posible y futuro reencuentro. Entre
esos gestos de concordia, ninguno ha levantado tanta polémica como el
concierto de Pablo Milanés que está programado para hoy, 27 de agosto,
en el American Airlines Arena de Miami. Seguidores y antagonistas se
enfrentan en un careo sobre la pertinencia o no de que el conocido
cantautor se presente ante los exiliados cubanos.

La querella me ha hecho desempolvar algunos recuerdos de aquellos años
de subsidio soviético, cuando el panorama de la música cubana era gris
y chato. Todavía no había venido Ry Cooder a descubrir a los viejitos
del Buena Vista Social Club, los videoclips extranjeros apenas se
colaban en algunos espacios televisivos y tener un reproductor de
casetes era algo tan remoto como poseer un trozo de meteorito. La
existencia de una lista negra con cantantes exiliados y otros tantos
prohibidos hacía que cada día desaparecieran más y más voces de
nuestro ya menguado espectro sonoro. En las pesadísimas radios que se
importaban de Europa del Este, al mover el dial solo era posible
encontrar -una y otra vez- la voz de Silvio Rodríguez o de Pablo
Milanés.

Con sus canciones ellos habían creado la banda musical de la utopía,
los acordes que acompañaban a un proyecto social que muchos no
habíamos ni siquiera podido elegir. Quienes crecíamos bajo esos
estribillos, identificábamos a la Nueva Trova con el poder, el statu
quo, el Gobierno.

Fuera de la Isla, sin embargo, las mismas canciones que a nosotros nos
saturaban hasta el cansancio cobraban otras connotaciones. Fueron los
himnos de miles de jóvenes que querían alcanzar ese espejismo del que
muchos cubanos estábamos de ida y de vuelta. Las letras interpretadas
por Pablo Milanés se convirtieron en verdaderos cánticos de protesta
en países como Chile, Argentina y España. El cantautor -nacido en
Bayamo en 1943- parecía estar en la cima de su popularidad
internacional, pero el camino transitado para llegar hasta ahí no
había sido nada fácil.

Pablo tropezó también con la intolerancia que expulsó a tantos colegas
suyos de la radio y la televisión nacionales. A mediados de los años
sesenta el autor del célebre tema Yolanda fue recluido en la UMAP
(Unidades de Ayuda a la Producción), campos de trabajo forzado donde
se pretendía reformar a golpe de disciplina militar y de labores
agrícolas a religiosos, homosexuales y desviados ideológicos. Después
de eso su periplo personal y artístico se mezcló con el de las
instituciones, especialmente con la Casa de las Américas. Llegó
incluso a convertirse en diputado de nuestra Asamblea Nacional. De ese
periodo pocos le perdonan no haber roto la unanimidad de tantas manos
levantadas y atreverse a decir en voz alta las opiniones críticas que
ya tenía.

Pese a su silencio público, todos empezamos a notar que Pablo Milanés
se separaba del oficialismo. No lo hacía con declaraciones
altisonantes ni con evidentes tomas de posición, sino lentamente, sin
rupturas. El punto climático de ese desgajamiento vino, sin dudas,
cuando en 2003 se negó a firmar una carta donde se intentaban
justificar las medidas represivas tomadas por el Gobierno cubano. Bajo
el nombre de Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos,
varias personalidades de nuestro quehacer artístico y literario
respaldaban hechos de una tremenda violencia judicial. Entre ellos, el
fusilamiento de tres jóvenes que habían secuestrado una embarcación
para emigrar y el envío a prisión de 75 opositores pacíficos. Pablo se
desmarcó de tal compromiso político, aunque otras conocidas voces como
Omara Portuondo, Amaury Pérez y Silvio Rodríguez sí suscribieron el
documento.

En entrevistas a medios extranjeros, Pablo Milanés ha pronunciado
críticas a la gestión del Gobierno cubano. Hasta ha llegado a decir
que cree "en el sistema, pero no en los hombres que lo hacen". Herejía
de grandes proporciones, si se habla de un proyecto político que
durante 50 años se ha intentado hacer a la imagen y semejanza de Fidel
Castro. Pero sería errado tachar a Pablo como un disidente. Aunque
durante los meses del año que pasa en Cuba evita mezclarse en actos
públicos demasiado ideologizados, tampoco ha roto lanzas desde aquí
adentro para que se respete la discrepancia o se paren los mítines de
repudio.

Sin embargo, su mérito mayor estriba en haber encontrado su propio
espacio de inconformidad, su manera muy personal de ser él mismo. Ya
no está en todos los puntos del dial de la radio cubana, es cierto,
pero en unos días cantará en Miami y contribuirá con su voz al delgado
y frágil puente que se levanta entre las dos orillas.

Yoani Sánchez, periodista cubana y autora del blog Generación Y, fue
galardonada en 2008 con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. ©
Yoani Sánchez / bgagency-Milán.

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