Tuesday, August 23, 2011

Ojo con el oro. Hacia dónde marchamos nosotros?

En: http://www.lapatilla.com/site/2011/08/23/jesus-rojas-diaz-ojo-con-el-oro-%c2%bfhacia-donde-marchamos-nosotros/

Jesús Rojas Díaz

En los últimos días ha sido objeto de comentarios generalizados la decisión gubernamental de repatriar una parte importante de las reservas de oro monetario o de trasladarla a países considerados amigos por el actual Gobierno.  En realidad, el BCV tiene entre sus facultades el mantenimiento de las reservas internacionales en la proporción que el Directorio estime conveniente, y, específicamente en lo atinente al oro amonedado y en barras, puede mantenerlo depositado en sus propias bóvedas así como en instituciones financieras del exterior calificadas de primera clase, según criterios reconocidos internacionalmente.   Aquí surge la primera interrogante, ¿piensa el Gobierno depositar el oro venezolano en “instituciones financieras calificadas de primera clase? Eso lo desconocemos, pero, como venezolanos, no debemos permitir que sea colocado en cualquier sitio.
Lo preocupante al respecto no es tanto que el oro sea trasladado de un lado a otro, siempre que se cumplen los requisitos legales mencionados, por supuesto, sino que no existan intenciones ocultas detrás de la medida. Todos pudimos oír al ministro Giordani hablar mucho tiempo en la Asamblea Nacional en contra de los Estados Unidos, para concluir diciendo que se iba a repatriar el oro… ¡que es un activo que mayoritariamente se halla en Londres! ¿Quién entiende eso? ¿Para qué elaborar un discurso anti-imperialista (que halagaría los oídos de su jefe) para justificar la conveniencia de trasladar un oro que, precisamente, no está en los Estados Unidos? Eso tampoco lo entendí. Es más,  nuestro inefable Ministro de Finanzas, Jorge Giordani, señaló que el Gobierno tiene “que impedir a toda costa una confiscación de esos recursos”, ignorando supinamente que las reservas internacionales de los países no son susceptibles de ser confiscadas, precisamente lo que configuró en su oportunidad una de las críticas que nosotros hicimos al traspaso de reservas del BCV al Fonden, a quien sí le pueden ser confiscadas.
Ahora bien, de todo lo expuesto públicamente hasta el presente, lo que sí he entendido perfectamente es que, de acuerdo con las cifras publicadas por el BCV, las reservas operativas disponibles al 30 de junio apenas excedían de los US. $ 6.506 millones, lo que sólo resulta suficiente para cubrir dos meses de importaciones, lo cual luce bastante exiguo. Además, de que, después de que el oro representaba un porcentaje cercano al 20% de las reservas internacionales, hoy en día, gracias al alza desmedida que se ha operado en el mercado en los últimos tiempos, ahora está valorado en casi US. $ 18 mil millones, representando el 63% de las reservas. No obstante, esa cifra es muy engañosa y se aproximaría al valor real del oro sólo bajo el supuesto de que el mercado no reaccionara como es su costumbre ante la decisión de realizar una venta masiva de tal metal precioso, tal como ha ocurrido en otras ocasiones. Ojalá que el Gobierno no esté considerando ese desatino económico.
Hay que realizar algunas consideraciones respecto al comportamiento del mercado para aproximarnos a lo que ha estado ocurriendo. El precio internacional del oro ha superado ampliamente los US. $ 1.800 por onza troy (31,1034768 gramos,  a diferencia de la equivalencia métrica de 28,3495 gramos por onza, ya que una libra equivale a 16 onzas y a 0,45359237 kilogramos). El oro representa para los inversionistas, fundamentalmente, una reserva de valor, por eso, cuando la economía no ofrece buenas perspectivas, las personas e instituciones corren, literalmente, a refugiarse en el oro, lo que explica las alzas bruscas en su precio. Todo lo contrario ocurre cuando el mercado prevé un horizonte positivo orientado hacia un crecimiento económico, en cuyo caso las inversiones se desvían del oro hacia los mercados productivos, fenómeno en el que la oferta del metal excede su demanda y presiona los precios a la baja. Por esta razón, es un razonamiento infantil creer que si vendemos todas las existencias de oro el resultado estará determinado por su actual precio de mercado. La historia bursátil relativamente reciente ofrece ejemplos aleccionadores: Por ejemplo, recordemos que países como Australia, Uruguay y Argentina vendieron gran parte o la totalidad de su oro en los años finales de los setenta y comienzos de los dos mil, lo que trajo consigo una fuerte caída en los precios internacionales del mineral. Lo peor es que algunas veces ocurre en los países igual que en las familias, que cuando la situación económica es apremiante comienzan a buscar en las gavetas y escaparates la cadenita de oro que le regalaron el día del bautizo, la pulserita de los 15 años y cosas por el estilo. La venta de oro que hizo Argentina en 1997 fue sólo el preludio de lo que ocurrió en 2001 cuando se declaró en “default”.  El incremento desmedido de la deuda venezolana aun cuando su principal producto de exportación se halla en niveles elevadamente anormales, el posible desenlace de las demandas que cursan en tribunales internacionales contra PDVSA, el elevado riesgo-país que posee Venezuela, nos hace temer que pueda ingresar en el club de países que han sido declarados incapaces de honrar sus compromisos financieros, tales como Argentina, Corea del Sur, Tailandia, Indonesia, Malasia, Singapur, Birmania, Rusia (donde el gobierno, aparentemente, piensa depositar nuestras reservas), Indonesia, Malasia, Singapur y Ecuador.  Algunos han superado sus dificultades, otros no. ¿Hacia dónde marchamos nosotros?
(*) Jesús A. Rojas Díaz- Exgerente de Finanzas del BCV.Profesor de Finanzas de la UCV y otras universidades del País durante 39 años. Contador público, administrador comercial y especialista en Finanzas de la UCV.  (deInmediato

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