Friday, July 1, 2016

Inocente Carreño, el músico del que todavía falta mucho por escuchar

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Inocente Carreño esperaba que después de su muerte su obra se pudiera escuchar más. Lamentaba que no la tocaran o cantaran tanto como a él le hubiese gustando. Sus palabras, después de su muerte, son una tarea en encomendada.
“Mi música no la tocan, no la cantan. No sé si son difíciles, tengo más de 200 piezas para coros. Será cuando me muera”, dijo en entrevista a El Nacional en diciembre de 2014, cuando también afirmó sentirse triste por no poder seguir viviendo. A la muerte, la sentía cerca.
Nacido en Porlamar el 28 de diciembre de 1919, dejó un legado que consta en centenares de piezas musicales de las que aún muchas son inéditas. “En los últimos años se dedicó a escribir décimas. Tenía un gran talento para la rima, lo que completó su reconocida capacidad para abarcar muchas expresiones. En música hizo danzas, valses, boleros, danzones, sonatas, conciertos, sinfonías, obras corales. Estamos hablando de más de 1.000 obras. Como familia tenemos el gran compromiso de preservar su legado, estirpe y humildad. La semana pasada hablamos por última vez. Siempre tenía planes, uno de ellos era dar a conocer lo que aún permanece inédito”, señaló Gregory Carreño, sobrino del compositor, que además es clarinetista y director del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela.
El artista murió el miércoles en la tarde en su casa de un paro respiratorio.Fue uno de los discípulos de Vicente Emilio Sojo, al igual que Antonio Estévez, Antonio Lauro, Antonio José Ramos, Blanca Estrella y Antonio Narváez, entre otros.
Su formación musical comenzó con Lino Gutiérrez, reconocido maestro de bandas margariteño. En 1932, tras su llegada a Caracas, además de trabajar en una zapatería, siguió su gran interés por la música. Entonces, no solo se conformó con tocar la guitarra en el grupo que formó con sus hermanas, sino que quiso expandir más su conocimiento en lo que ahora se conoce como Escuela José Ángel Lamas, con Sojo como profesor. “Me la pasaba con un trío cantando en la radio, no asistía a las clases; él me regañaba mucho por eso y mis calificaciones eran malas”, contó en 1976.
Llegó a ser integrante de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, de la que Sojo fue fundador, como cornista y trompetista. Incluso, formó parte del Orfeón Lamas. Con el tiempo, la trascendencia de la obra de Carreño fue en aumento. La orquesta de la que formó parte llegó a interpretar 30 de sus piezas y los músicos de la institución estuvieron bajo su dirección 104 veces.
Además de la interpretación, composición y conducción, fue docente e incluso ocupó cargos como político. Fue senador en representación del estado Nueva Esparta por Acción Democrática e incluso fue el responsable de la música del himno de ese partido, cuya letra escribió Andrés Eloy Blanco. También fue ganador del Premio Nacional de Música por su trayectoria.
“Él se convirtió en un hito del nacionalismo musical académico. Fue un hombre estudiado en las tendencias vanguardistas del momento. Conociendo los movimientos clásicos, románticos e impresionistas, el maestro incorporó la idiosincrasia venezolana en esos estilos”, dijo la directora Elisa Vegas, quien además de la Glosa sinfónica margariteña, tiene predilección por las llamadas 6 canciones francesas.
A Carreño no solo le gustaba hablar de música, sino también contar chistes y las anécdotas de sus periplos por el país, especialmente por Caracas. Así lo recuerda Eddy Marcano, quien se enteró de la muerte del compositor en Margarita, donde hoy entregarán al pianista David Ascanio el primer Premio Nacional Inocente Carreño que otorga el Círculo Internacional de las Artes del Estado Nueva Esparta. En el acto habrá un concierto en su honor. “Cuando debuté como solista de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar el 10 de julio de 1996, él fue quien dirigió. Estaba cumpliendo 50 años de carrera”, contó el violinista sobre el concierto en la sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño.
María Guinand mencionó que cuando se graduó como directora coral en 1980 incluyó en su programa piezas de Carreño. “Conservas de coco fue mi favorita con Gioconda Cabrera como solista. También estrenamos bajo su batuta su Réquiem. Siempre lo recordaremos por sus hermosísimos madrigales Gota de breve rocío y Pregúntale a ese mar”.
El director de orquestas Christian Vásquez, que en 2014 condujo la Orquesta Teresa Carreño en un concierto homenaje al músico, confía en que el legado del fallecido músico se fortalezca. Considera que en el país hay buena formación compositiva, además de las orquestas y coros. “Siempre será una referencia para nuevas obras. Hay una generación de relevo suficiente”, indica en referencia a figuras como Marianela Arocha, Alberto González, José Villegas, Luis Ernesto Gómez y Andrés Levell.
El 11 de noviembre de 2013 debutó la Sinfónica Juvenil Inocente Carreño integrada por 120 adolescentes de varios núcleos del sistema de orquestas en Caracas. Un año después, el compositor la dirigió en un concierto en la Sala Simón Bolívar del Centro de Acción Social por la Música.
Con el sistema nacional de orquestas también tuvo un estrecho vínculo: fue miembro principal de la junta directiva y asesor musical, además de haber dirigido en varias oportunidades las orquestas de la institución, a la que actualmente pertenecen Gregory Carreño y sus hijos, los violinistas Alejandro y Gregory Mauricio Carreño Godoy, además de la percusionista Margarita Carreño.
Los restos de Inocente Carreño serán velados hoy, a partir de las 11:30 am, en la capilla Imperial de la Funeraria Vallés.
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