Karl Krispin
No sé qué celebran hoy los socialistas indoamericanos. Nosotros los occidentales proclamamos la Navidad. Los consejos comunales y el cómico e írrito parlamento comunal deben estar en este momento enarbolando la bandera de la hoz y del martillo, alzando el puño izquierdo, prohibiendo los nacimientos, recordando al padrecito Stalin y cantando la Internacional. Porque comunal es comunista con una redacción más adecuada, menos estruendosa para camuflar el Soviet premoderno. Nuestros menesterosos marxistas del patio que nunca leyeron a Marx sino fueron aleccionados por la satrapía cubana nos vienen con lo comunal y el poder popular antidemocrático confiscatorio de las libertades. Pero resulta que el verdadero poder popular es de los ciudadanos inscritos en el registro electoral que salimos a votar para decirle NO a esta chimbocracia antivenezolana e ignorante.
Los humoristas del PSUV han dicho que los votos de la MUD son del chavismo. Si de titularidad histórica se trata, esos votos serían adecos y hasta del liberalismo amarillo. Mucha democracia declarada pero bastó la descomunal derrota electoral para que salieran los bolcheviques a dudar de sus empleados del CNE, a invocar una desternillante compra de votos y hasta un infeliz dirigente de provincias invocara la necesidad de una insurrección popular al estilo de un 27 de febrero. En un país con estado de derecho estaría ya sometido a juicio. Llueva, truene o relampaguee, Venezuela cambió el 6D y nadie, por más corrupto que sea, le va a confiscar su futuro.
Hoy celebramos una Navidad de unión y regocijo ante el porvenir. 2016 pactará el regreso al país de todos que los comunales quisieron impedir. En estas fechas Venezuela debe permanecer atenta frente a quienes atentan contra su democracia y repiten el libreto castrista y distópico. Estos son momentos de gran reflexión para la inclusión y reunión de todos los venezolanos alrededor de los cambios positivos que vendrán. Vamos a disfrutar mucho el 5 de enero cuando la AN regrese a las prácticas democráticas. Lo digo sin rodeos: la asamblea requiere de un operador político de primerísimas calificaciones para capear el temporal de la antidemocracia. Henry Ramos Allup las tiene. No nos equivoquemos por favor. Lo sostengo sin participar de su proyecto y hasta criticar que tiene suficientes años empozado en la secretaría general de AD además de que soy liberal y de ningún modo socialdemócrata y menos socialcristiano. Pero este es el momento de poner a un lado nuestras opiniones personales. Feliz Navidad Venezuela: el pasado grotesco de estos 17 años de oscuridad ha quedado atrás.
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