Friday, March 28, 2014

Nicolás los golpistas están en la cola

En: http://www.eluniversal.com/opinion/140328/nicolas-los-golpistas-estan-en-cola

JOSÉ MAYORA| EL UNIVERSAL
viernes 28 de marzo de 2014 12:00 AM
Si de algo se ha jactado el régimen es de publicitar a la revolución bolivariana como un proceso de profundización de la democracia participativa, transfiriendo más poder al pueblo, marco en el cual se ejerce la libertad de elegir el destino y modo de vida personal que contribuye con el modo de vida y destino colectivo.

La paradoja de la revolución es que mientras la publicidad oficial pregona la transferencia de poder al pueblo, este tiene cada vez menos poder pues la misma revolución lo ha despojado de la libertad de elegir. El ciudadano de una verdadera democracia participativa, no solo debe decidir cómo quiere vivir, sino que la armazón institucional tiene que garantizárselo.

En el diagnóstico de la realidad actual, escasez y desabastecimiento son dos atributos que identifican al modelo socialista y que socavan la libertad de elegir, propia de la condición humana. Parte también de este diagnóstico es el mediático afán por demostrar que esta revolución es democrática, cometido difícil de lograr, pues el régimen ha hecho gala de un instrumento antidemocrático como es la desinformación, cuya finalidad es alejar al ciudadano de la tentación de la protesta, como legítima expresión de su inconformidad, aún cuando lo que motive tal inconformidad continúe acaeciendo, sólo que no se informa.

La estrategia de la desinformación funciona mientras no se tropiece con la ilimitada sabiduría popular. En el caso de la inconformidad ciudadana, no parece depender de los incumplimientos gubernamentales, pues este régimen, a pesar de su alta tasa de incumplimientos, durante 14 años ha contado con apoyo popular.

Lo que la torpeza o ingenuidad del régimen ha ignorado es que el pueblo se cansa y uno de los factores para el hastío es "la papa" sobre todo la que no se consigue. La gente está cansada de las interminables colas en Mercal y Pdval así como de recorrer varios mercados (auto, súper o híper) para proveerse con irregularidad de lo que necesita.

Las mencionadas colas han transformado a los mercados en centros de información, en los cuales se produce un interesante intercambio de percepciones y de formación de opinión, que desnuda la comprometida realidad nacional provocada por el fracaso de un modelo inviable.

Los ciudadanos no perciben con nitidez los desequilibrios macroeconómicos, pero si el microcosmos del bolsillo y de la ingesta calórica. El drama real es que la gente sale del mercado dejando cada vez más plata y trayendo menos bolsas. Y esto no es una ilusa percepción de realidad, no, es la realidad misma.

Si el gobierno afirma que hay un golpe en proceso, el mismo se debe estar fraguando en los mercados, en donde se está produciendo un fenómeno social muy interesante, se está logrando cohesión social a partir de las penurias compartidas.

En esas colas los ciudadanos se enteran de lo que no dice la prensa hablada o escrita es decir, lo que ocurre cotidianamente; en esas colas se nutren las redes sociales con los siniestros que le ocurren a los ciudadanos; en esas colas hay compras que van para otras ciudades (¿nuevo modo de contrabando?); en esas colas se drenan amarguras, se convocan marchas y se reconoce el fracaso del régimen.

Las colas han logrado unir a los venezolanos en torno al fracaso socialista. Ellas congregan a los escuálidos y parasitarios miembros de la clase media, junto a los que salen del barrio en procura de lo que allí no encuentran.
Nicolás: ¿cuánto tiempo aguantarás?

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