VÍCTOR SALMERÓN | EL UNIVERSAL
martes 5 de julio de 2011 12:19 PM
La balanza de pagos, publicada por el Banco Central al cierre del primer trimestre de este año registra que el Gobierno tiene depósitos en el exterior por el orden de 22 mil millones de dólares, pertenecientes al cúmulo de fondos creados en los últimos años como Fonden.
A pesar de que cuenta con estos recursos el Gobierno no ha dejado de endeudarse y en lo que va de año Pdvsa ha asumido nuevos compromisos por el orden de 8 mil 500 millones de dólares (con China, Japón y emisión de bonos), mientras que la Asamblea Nacional dio luz verde a un aumento de 86,5% en el límite del endeudamiento previsto para este año.
Los recursos colocados en el exterior obtienen un rendimiento anual inferior a 3% mientras que la tasa de interés que la República tiene que pagar por el dinero que recibe al endeudarse supera 10% o compromete envíos de petróleo a futuro.
Así, el manejo financiero del Gobierno es similar al de alguien que decide utilizar la tarjeta de crédito para pagar mientras ahorra en la cuenta corriente.
Pero existe una lógica política. Los recursos almacenados en los fondos pueden ser gastados discrecionalmente, sin mayor control.
En su reporte fechado el 15 de junio Barclays Capital analiza la tendencia del endeudamiento en Venezuela y explica que entre 2009 y este año la carga total, que incluye los compromisos en bolívares y en dólares de la República, Pdvsa y el financiamiento de China, aumentará 60,9% hasta alcanzar 126 mil 500 millones de dólares.
La bola de nieve no se detendrá, proyecta el banco de inversión, y el año próximo la deuda total sumará 147 mil 500 millones de dólares.
Si bien el Gobierno ha señalado insistentemente que en términos del tamaño de la economía, es decir, del ingreso, la deuda no es relevante, Barclays señala que este año aumentará hasta 49,3% del PIB, una magnitud preocupante.
La deuda es una muestra de la debilidad institucional, de un país que no exige mayores explicaciones a sus gobernantes sobre el manejo del dinero y se siente cómodo en el sillón del caudillismo.
A pesar de que cuenta con estos recursos el Gobierno no ha dejado de endeudarse y en lo que va de año Pdvsa ha asumido nuevos compromisos por el orden de 8 mil 500 millones de dólares (con China, Japón y emisión de bonos), mientras que la Asamblea Nacional dio luz verde a un aumento de 86,5% en el límite del endeudamiento previsto para este año.
Los recursos colocados en el exterior obtienen un rendimiento anual inferior a 3% mientras que la tasa de interés que la República tiene que pagar por el dinero que recibe al endeudarse supera 10% o compromete envíos de petróleo a futuro.
Así, el manejo financiero del Gobierno es similar al de alguien que decide utilizar la tarjeta de crédito para pagar mientras ahorra en la cuenta corriente.
Pero existe una lógica política. Los recursos almacenados en los fondos pueden ser gastados discrecionalmente, sin mayor control.
En su reporte fechado el 15 de junio Barclays Capital analiza la tendencia del endeudamiento en Venezuela y explica que entre 2009 y este año la carga total, que incluye los compromisos en bolívares y en dólares de la República, Pdvsa y el financiamiento de China, aumentará 60,9% hasta alcanzar 126 mil 500 millones de dólares.
La bola de nieve no se detendrá, proyecta el banco de inversión, y el año próximo la deuda total sumará 147 mil 500 millones de dólares.
Si bien el Gobierno ha señalado insistentemente que en términos del tamaño de la economía, es decir, del ingreso, la deuda no es relevante, Barclays señala que este año aumentará hasta 49,3% del PIB, una magnitud preocupante.
La deuda es una muestra de la debilidad institucional, de un país que no exige mayores explicaciones a sus gobernantes sobre el manejo del dinero y se siente cómodo en el sillón del caudillismo.
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