Jesús Petit da Costa
24 Marzo, 2014
Nunca habíamos padecido una tiranía semejante: de traidores a la patria, gorilas rojos, malandros motorizados y los más ladrones de nuestra historia, a los que ampara la Internacional Comunista de América (Foro de Sao Paulo) por ser su “gallina de los huevos de oro.” A eso viene UNASUR.
Es una tiranía de traidores a la patria porque todos los que forman el gobierno títere, civiles y militares, son peones de Cuba, a la cual sirven con descaro y desvergüenza. Han convertido a Venezuela en una mujerzuela obligada a sostener a su chulo, que es Cuba, y a la familia de este chulo, que integra la Internacional Comunista de América (Foro de Sao Paulo). No hay, ni ha habido, uno solo dentro del gobierno títere de Cuba que disienta de la renuncia de la soberanía y se rebela contra la afrenta a la dignidad y el honor de los venezolanos que significa el servilismo y el entreguismo a la monarquía comunista cubana. Ni un solo gesto de dignidad y hombría, mucho menos de patriotismo.
Es una tiranía de gorilas. Este término sirvió para identificar a los militares de las dictaduras anti-comunistas en la época de la Internacional de las Espadas, cuando dominaban en América. Caracteriza al militar represivo, violador de los derechos humanos, bruto y criminal. No se imaginaron los comunistas que serían igualmente gorilas los militares que sostienen su tiranía traidora a la patria, que han descendido a tal especie en agradecimiento a sus ascensos sin méritos y a consecuencia de su adoctrinamiento cubano para el crimen. El desprecio a la vida y a la dignidad humana demostrados en la represión de los estudiantes prueban que estamos bajo una tiranía de “gorilas”. En lugar de “guardias”, que implica vigilancia, defensa y custodia, son “gorilas”, pero esta vez “gorilas rojos”.
No es una dictadura del proletariado, sino una tiranía de malandros. Este venezolanismo identifica tanto al vago como al maleante. Forman lo que Marx llamó “lumpen”, palabra alemana equivalente en español a “chusma”(conjunto de gente baja y soez) o “canalla” (gente baja, ruin, despreciable y de malos procederes). A la categoría de los vagos pertenecen los sostenidos para que asistan a los mítines portátiles, convocados para dar una imagen de país dividido, cuando son minoría desde hace mucho tiempo, y así justificar el fraude electoral sistemático. A los maleantes pertenecen los “escuadrones de la muerte” o bandas paramilitares, bautizadas con el inocente nombre de colectivos. Son asesinos de profesión, organizados como escuadras motorizadas, reclutados entre los peores criminales. Su papel en los barrios es infundir miedo para que los pobres no protesten, sentimiento que profundizan con las imágenes de la represión criminal que practican contra los estudiantes y, como lo enseñó Boves, contra todos los que sepan leer y escribir.
Es una tiranía de saqueadores. No son corruptos, sino saqueadores. Los corruptos son ladrones de poca monta; por el contrario, los jerarcas, civiles y militares, del gobierno títere le han entrado a saco a la renta petrolera, pero no un saco sino con una pala mecánica. Integran la banda de mayores ladrones de la historia de Venezuela. Y mire que en nuestro país ha sido raro el gobernante honesto, pero todos los anteriores fueron unos aprendices. A éstos no los iguala nadie. Como será que han arruinado al país cuando el petróleo está a más de 100 dólares el barril. Qué calidad de ladrón hay que ser para esta hazaña.
Por la tiranía antipatria se bate la Internacional Comunista de América Latina (Foro de Sao Paulo) porque Venezuela es la “gallina de los huevos de oro” que explotan todos sus miembros. A eso viene UNASUR. No le temamos. Es un “tigre de papel”. Venezuela no necesita de ningún país sudamericano, ya que ninguno nos compra petróleo pagándolo en efectivo. Son ellos los que necesitan de Venezuela que les compra de todo. Sólo cuentan para nosotros los que nos compran petróleo pagándolo en efectivo, y el único que lo hace hasta ahora es Estados Unidos
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